viernes, 30 de julio de 2010

El símbolo, entre la irrealidad y la verdad verdadera.

"Incluso si usted está en una minoría de uno, la verdad todavía es la verdad". Ghandi.

Si miramos a nuestro alrededor, podemos darnos cuenta que los símbolos dominan todo nuestro entorno. Están presentes en la historia y en la religión, en épocas de paz y bienestar y también en la tragedia de la guerra. Son parte de la cultura humana y los encontramos en la vida diaria, en la docencia, en los signos del tránsito, en el comercio y en cada actividad que emprendemos, cualquiera sea nuestra edad, raza, sexo o lugar del mundo donde residimos.

Por tanto no es extraño que la gente descifre la mayoría de los mensajes implícitos en los símbolos, a menos que éstos sean de índole esotérica y correspondan a un lenguaje iniciático y secreto.

La mayoría interpreta su significado mediático, aunque no entienda la real dimensión o alcance para lo que fue creado, ni menos cree que forman parte de una conspiración. Y ésto también es normal, porque justamente el símbolo fue creado como un lenguaje propio de las sociedades secretas, un signo o señal de reconocimiento entre hospedador y huésped, que comparten las dos mitades de una misma cosa, un lenguaje oculto, esotérico, a la vez misterioso y revelador, claro para los iniciados, oscuro para el vulgo.

El mejor ejemplo para ilustrar lo afirmado, es el modesto billete de un dólar americano, que como objeto de cambio oficial, avalado por el Estado, se supone no esconde amenazas ni subterfugios.
No obstante si miramos con atención la fotografía
de un billete cualquiera, cerca del 1 del lado derecho, podremos ver, como se aprecia en la zona aumentada del anexo de la derecha, un Búho muy pequeño posado en un vértice del entramado del papel moneda.

El ave, por supuesto no está colocada allí por una casualidad, piensen ustedes que estamos hablando de un billete del país más poderoso de la tierra, que desde que se diseñó hace siglos, permanece allí como vigía inalterable e inamovible, testigo del tiempo.

El Búho, que representa a una deidad mesopotámica asociada a Moloch, es el símbolo de los Illuminati, que fue una sociedad secreta fundada el 1 de mayo de 1776 en Ingolstadt, Baviera. El objetivo que tenían era derrocar a los gobiernos y reinos del mundo y acabar con todas las religiones y creencias para unificar la humanidad bajo un “Nuevo Orden Mundial”, basado en un sistema internacionalista, con una moneda única y una religión universal, donde según sus creencias, cada persona lograría la perfección.
Se supone entonces que fue esta poderosa Logia, la que infiltró a sus miembros en la fancmasonería de casi toda Europa, la que también influyó en los próceres estadounidenses de distintas epocas para incorporar su filosofía a la idiosincracia yanqui.

Pero hay una historia más cercana al pueblo americano, que tiene que ver con sus pueblos originarios y con la presidencia del que fuera el tercer presidente de los Estados Unidos, Thomas Jefferson entre 1801 y 1809, mayormente recordado por el hecho de ser el autor principal de la Declaración de Independencia de Estados Unidos.
Y ello fue la compra de Luisiana a Napoleón Bonaparte, quien se desprendió de 2.144.776 km2 de posesiones francesas en América del Norte, a un precio de 7 centavos por ha, lo que significó un precio total de 15 millones de dólares, una fortuna en aquellos tiempos.
Esta negociación abrió a Estados Unidos el acceso al océano Pacífico e incrementó de forma espectacular su territorio, por lo que constituye uno de los acontecimientos históricos de mayores consecuencias en la historia Universal de los últimos dos siglos.

Pero he aquí lo importante. Junto con la tierra, los americanos heredaron la etnia de los indios Cahokia, conocidos como los constructores de cúmulos, enormes terraplenes de tierra escalonados, cientos de ellos, encima de los cuales construían sus ciudades que contaban con una desacostumbrada población de cinco a diez mil habitantes, tanto como en las grandes capitales europeas, como era el caso del Cúmulo del Monje, la mayor construcción en tierra del mundo: con 305 m de longitud, 213 de anchura y 30 de altura, que abarca una superficie de 5,7 ha, extensión extraordinaia, mayor que la base de la Gran Pirámide de Egipto.

Sobre estos gigantescos montículos frutos del esfuerzo humano, no sólo se alzaban ciudades y templos, sino también las residencias de sacerdotes y otras personalidades de importancia. En los campos vecinos se cultivaba judías, maíz y calabazas y estaban salpicados de aldeas, cada cual con su propio montículo templo. Esta sociedad estaba regida por un rey dios que habitaba en una ciudad ceremonial.
Extraordinario resulta establecer que esta civilización, al igual que los habitantes de Nazca, crearon monumentales figuras a flor de tierra; los indígenas de Perú, rascando la capa negra del suelo hasta que apareciera la roca blanquizca y los Cahioca amontonando toneladas de tierra y piedras conformando figuras gigantescas de animales y aves, que solo pueden ser vistas y apreciadas desde gran altura.
Jefferson, estaba convencido que estos indígenas, que presentaban un alto grado de cultura y sorprendentes conocimientos tecnológicos, eran los habitantes primigenios de norteamérica que habían venido de Asia por la ruta del norte y dedicó mucho tiempo en estudiar sus costumbres y conocer el alcance de su sabiduría.

El símbolo de esta raza era el Búho, que como se sabe, es considerado universalmente como una representación del conocimiento, quedando Jefferson tan impresionado al adentrarse en los “antiguos secretos” de los Constructores Norteamericanos de Túmulos que consideró “tan sabios y profundos”, en especial en sus predicciones agoreras de lo que ocurriría con norteamérica en el futuro, que ordenó que "el símbolo del búho debería ser colocado por siempre en la moneda Estadounidense como advertencia de que ese sombrío día llegará".
La orden del Presidente Jefferson sigue en vigor hasta el día de hoy y esa sería una explicación del “símbolo del búho” que puede verse en todo billete de Dólar, como recordatorio para lo que va a venir.

No hay evidencias que Thomas Jefferson fuese masón, pero nunca ocultó su simpatía por la sociedad Rosacruz. Bacon, Locke y Newton fueron según el, "los tres hombres más grandes que han vivido jamás, sin excepción alguna". Todos ellos fueron luminarias francmasones y cercanos a los Illuminati.

En la sala de lectura de Jefferson de la Biblioteca del Congreso, de orden suya, el nombre "BACON " es mostrado de forma prominente pintado en el techo como uno de los grandes poetas de la historia. En la bóveda del Congreso de los Estados Unidos, hizo colocar a Minerva, la diosa de los romanos. Esta diosa es la misma que los griegos conocen como Athena, la diosa del conocimiento, que era dibujada con un Búho sobre su hombro, llevando un casco y llevando una lanza que ella blandía contra la ignorancia. Esta estatua lleva una leyenda con la frase. "Shakes her spear", que significa, "Ella blande su lanza", pero que es interpretada como una ironía, pués se dice que lo que esta escito allí es el nombre de Shakespeare, pues según algunas teorías Bacon sería el verdadero autor de algunas famosas obras atribuidas a la autoría de Shakespeare.
Aquí mostramos el billete de un dólar americano por sus dos lados. En el anverso, la efigie del presidente George Washington y en el reverso la pirámide trunca con un gran ojo encima y a la derecha, el Gran Sello de Estados Unidos, que es un signo con un Aguila, típica del territorio, que a falta de un escudo heráldico, es usado para la certificación de documentos oficiales. En la composición figura el lema nacional: E Pluribus Unum, que significa en latín "de varios, uno" o "de muchos, uno".Pero este billete de un dólar nos reserva otras sorpresas, nuevos mensajes para la humanidad. Dando vuelta el billete, la primera imagen que impresiona es la pirámide trunca con un ojo en su parte superior: la llamada “Pirámide con el Ojo que todo lo ve”, símbolo distintivo de la masonería que hace referencia al Ojo de Horus, el más importante Dios egipcio que representa a Ra el Dios Sol, de la antiguedad por el cual sintieron adoración la totalidad de las primeras civilizaciones en todo el planeta. Según la leyenda egipcia, Osiris fue asesinado por Set y Set fue muerto por Horus que perdió un ojo en el proceso, de aquí el Ojo de Horus.
La pirámide hace referencia a la construcción, la Obra (masónica) para llegar a Dios. El ojo representa al Gran Arquitecto del Universo, es decir, al Dios Universal.


En su parte inferior observamos la leyenda “Novus Ordo Seclorum”, que traducido sería: “Nuevo Orden Mundial” y que en inglés se escribe “New World Order”. Este lema era de los más conocidos dentro del grupo masón de los Iluminatti. ¿No encuentran familiar esta expresión? He leído a muchos articulistas llamando despectivamente teoría de la conspiración a quienes advierten que actualmente está en marcha un Nuevo Orden Mundial...pero todo indica que llegaron tarde a la fiesta.

Y aquí, en la parte superior de la pirámide leemos: Annuit Coeptus, que significa "Nuestra empresa es exitosa". Algunos expertos señalan que su traducción correcta es "El comienzo de una nueva Era". ¿Cuál empresa, cuál Era, la de la Obra masónica y el Poder Illuminati..?
En la base de la pirámide podemos encontrar escrito en números romanos el año 1776 ( MDCCLXXVI ), en concordancia con el año de la independencia de los Estados Unidos, pero… también el año en que el masón educado como jesuita de origen judío, Adam Weishaupt, fundó la sociedad secreta de carácter masónico, "Los Iluminados de Baviera" o "Maestros Illuminati", nivel superior de la francmasonería que concitó a los más poderosos e influyentes personajes de la época, como asimismo a los intelectuales más destacados del siglo.
Además, hay otro símbolo relacionado con los masones en esta zona: En la pirámide del billete, se puede formar la estrella de David si se unen las letras A en Annuit, la S en Coeptis, la N en Novus, la O en Ordo y la M en Seclorum. Bien ordenadas estas letras forman la palabra Mason.

La pirámide, posee 13 escalones, (representan de una forma esotérica, los 13 grados del Rito de los Illuminati de Baviera) cuyos grados eran a saber: 1) Preparatorio; 2) Novicio; 3) Minerval; 4) Iluminado menor; 5) Aprendiz; 6) Compañero; 7) Maestro; 8) Iluminado mayor; 9) Iluminado dirigente; 10) Sacerdote; 11) Regente; 12) Mago; 13) Rey. Si un miembro llegaba al grado de sacerdote podía asumir los poderes del Estado y debía actuar en consecuencia.
Los Illuminati de Baviera fue una orden paramasónica, es decir, con una estructura y grados masónicos pero soberanos e independientes de la Gran Logia inglesa y del Gran Oriente francés.

Weishaupt empezó a formar los Illuminati de Baviera cuando era profesor de derecho canónico en la universidad de Ingolstadt, el único no eclesiástico que ha ocupado ese cargo. Por entonces estudiaba para hacerse sacerdote jesuita. Sin embargo, cuando en 1773, el papa Clemente XIV prohibió los Illuminati, su disgusto le llevó a romper con la Iglesia Católica. Perseguido a muerte por el Papado, que veía en el movimiento un serio peligro para el futuro, fue desterrado de Baviera en 1784, pasando el resto de su vida como un huésped del Duque de Gotha, donde escribió "Una imagen de los Illuminati" (1786), "La historia completa de las persecuciones de los Illuminati de Baviera" (1786), "Apología de los Illuminati" (1786) y "Un sistema mejorado de los Illuminati" (1787), obras señeras que fueron devoradas por sus seguidores y que dieron presencia a diferentes movimientos sociales de orden mundial, en especial revoluciones y profundas transformaciones de la sociedad internacional.

La Orden defendía una iniciación basada en los términos de igualdad, libertad, fraternidad y revolución, términos que posteriormente fueron la consigna de la Revolución Francesa y promovía un sistema iniciático de trece grados que se fundamentaba en el “despertar” de la consciencia del Hombre “dormido”; en la coherencia, en la ciencia, en el rigor, en la filosofía materialista…

La implicación de los Illuminati y de masones en la Revolución Francesa está fuera de toda duda. El duque de Orleáns, Saint-Just, Danton, Herbert, Lafayette, Mirabeau, Marat, Robespierre, Desmoulins y Babeuf, fueron algunos de los iniciados y revolucionarios masones e Illuminati que participaron en la gran Revolución.
Karl Marx (1818-1883), de origen judío, fue el que sentó las bases del socialismo científico o comunismo, siendo sus obras más destacadas El Manifiesto del Partido Comunista y El Capital.


Marx en su juventud, en la Universidad de Berlín, se unió a una sociedad secreta de carácter iluminista y hegeliana en 1836 llamada Doctor Club. Ya para 1846, una organización iniciática secreta descendiente de Los Illuminati llamada, La Liga de los Doce Justos de los Illuminati, financió a Marx para que escribiera el Manifiesto, el cual aparece en 1848 y la Liga cambia su nombre a la Liga de los Comunistas. Ahora, los Illuminati habían creado e impulsado el comunismo, trasladando así en el Manifiesto, las principales premisas Illuminati bávaras, propuestas socialistas y revolucionarias:

De igual manera en el Gran Sello con el águila calva, símbolo nacional americano, modelo actual y único vigente aprobado el 20 de junio de 1782, por el Congreso de Estados Unidos, previo estudio de una Comisión presidida por Benjamín Franklin, podemos ver en una de sus patas
13 flechas; sosteniendo en la otra, aferrada con sus garras, una rama de olivo que ostenta igualmente 13 hojas y 13 frutos.

La rama de olivo significa paz y las flechas el poder militar. El aguila, con las alas extendidas, porta sobre su pecho un blasón con trece barras verticales, de gules y plata alternadas, que simbolizan los trece primeros estados que se independizaron de Gran Bretaña y crearon la Federación.
Sobre la cabeza del águila, dentro de una esfera figuran
trece estrellas agrupadas, que si se unen por una línea trazan nítidamente, otra vez la alegoría masónica de la Estrella de David.

Curiosamente, la esfera que rodea estas trece estrellas que forman la Estrella de David en el Gran Sello Americano, tiene gran similitud, como se aprecia en el dibujo de la izquierda, con el signo del ZODIACO, usado según sus críticos, en adoración satánica oculta. Los practicantes conocen a su Dios como Baal o Lucifer. Esto incluye los signos de los horóscopos.


La Estrella de David es uno de los símbolos del Judaísmo y emblema del pueblo de Israel, que se suele confundir con el Hexagrama, que se dice es un símbolo satánico; la diferencia es que el Hexagrama esta dentro de un círculo. No obstante hay que tener cuidado con este adjetivo de satánico, luciférico, diabólico u otros parecidos que livianamente tanto la jerarquía eclesiástica o esos evangelizadores delirantes, -que sienten tanta preocupación por salvar el alma de los demás-, lanzan en contra de los signos cabalísticos, y que por desgracia, han sido recogidos por diccionarios, enciclopedias y otras entidades que no han reformado sus directrices, las que hace siglos, fueron impuestas por la poderosa Iglesia Católica, considerada en aquel entonces la única autoridad moral con capacidad para discernir sobre estas materias.

Hoy, a la luz del conocimiento y en una sociedad donde las religiones y en especial el catolicismo han perdido esa connotación, podemos observar, que el único criterio usado para estimar símbolos o vocablos como utilizados por el demonio, -figura en la que ya nadie cree realmente-, fue que: O se menciona en las leyendas de la Biblia despectivamente, o el signo, vocablo o situación tiene relación con otras religiones que no son la judea-cristiana, lo que significa una discriminación inaceptable; o corresponden al mundo esotérico, de la magia, ocultismo, alquimia y otros elementos, que causan a la Iglesia especial preocupación y más bien pavor, por cuanto estas disciplinas y doctrinas, ponen en tela de juicio su visión exclusivista de la creación. Es decir todo signo que no sea Católico, es hereje, endemoniado, aberrante o pagano.

Se dice por ejemplo que la mano cornuda, un saludo que se hace entre hermanos de secta, sería considerado satánico. No obstante, es usual ver fotografías, de famosos políticos, religiosos, artistas de cine y otras personalidades que son sorprendidos haciendo este saludo


Benjamín Franklin, fructífero intelectual, inventor, político y científico autodidacta, en esos años era un insigne masón y encargado de la emisión de papel moneda en las colonias británicas de América (1727). Ello hace suponer que su mano no estuvo ajena a estas inserciones iluministas en el diseño de Dólar americano..

El lema que se lee en la cinta que lleva el águila “E PLURIBUS UNUM”, "De Muchos Uno", también lleva 13 letras.
TOTAL
13 estrellas sobre el águila conformando una estrella de David
13 escalones en la pirámide
13 letras en ANNUIT COEPTIS
13 letras en E PLURIBUS UNUM
13 barras verticales en el escudo
13 rayas horizontales en la parte de arriba del escudo
13 hojas en la rama de olivo
13 frutos en la rama
13 flechas

La historia menciona que fue el presidente Francmasón de grado 33º de la Logia Nobleza Negra, Franklin Delano Roosevelt, quien hizo imprimir o ratificó la continuidad oficial de estos símbolos en el billete de un dólar desde 1933, en particular la pirámide con el ojo que todo lo ve, los cuales eran conocidos por las sociedades secretas en Europa mucho antes de que alguien oyera hablar de los Estados Unidos, los que provenían del simbolismo Masónico y de otras sociedades secretas que se remontan al mundo antiguo.

La historia de la humanidad está plagada de sociedades secretas, grupos iniciáticos, sectas paganas, logias masónicas, organizaciones herméticas. Para recordar algunas podemos nombrar los Rosacruces, cuya misión es desentrañar ese misterio de la naturaleza del hombre mediante el conocimiento y el estudio de la teosofía y de los poderes mentales; el Ku-Klux-Klan, cuyo requisito primordial es el racismo y su finalidad la eliminación de negros o judíos e incluso de todos aquellos seres que no son de su raza y residen en sus territorios.


La Orden de Sión, la legendaria sociedad secreta cristiana que habría sido creada por los Templarios, que fueron su brazo militar. Esta asociación de Caballeros Templarios y sionistas, servía al propósito de proteger los intereses de los descendientes de Jesucristo, quién no habría muerto en la Cruz y que además se casó con María Magdalena, como asimismo cautelar los secretos del Arca de la Alianza y el Santo Grial (que se supone estaba en su poder) y brindar apoyo a los peregrinos que viajaban a Jerusalén, a visitar la supuesta tumba de Jesús.


Los Ashashins o Assessinos, que deben este erróneo apelativo a la involuntaria equivocación de Marco Polo al traducirlo de la palabra persa "Ashashins". Fue Marco Polo el primer europeo que narró en occidente las costumbres de esta sociedad secreta de los ashashins y su Jardín del Paraíso, que en realidad se traduce no como asesinos sino como "fumadores de hashish"). Estos assessinos o Guardianes de la Tierra Santa son o fueron una Sociedad Secreta islámica casi idéntica a la Orden del Templo, que nació en Persia en el siglo XI como orden religiosa y que conformaron la facción más extremista del grupo religioso ismaelita (chiitas), musulmanes gnósticos de influencia zoroástrica que disputaron la herencia de Mahoma a los sunnitas ortodoxos, defensores del califato de Bagdag como el legítimo líder del Islam.

La Carbonería, cuyo origen no está suficientemente documentado, pero cuyos primeros vestigios encontramos en torno al año 1814 en Italia, compuestaprobablemente por masones franceses disidentes, enfrentados a Napoleón.
Sus orígenes masónicos no ofrecen muchas dudas, sus ritos, su iniciación y su simbología de antiguos leñadores, son, con ligeras variantes, muy similares a los utilizados por la Francmasonería, no es por tanto de extrañar que haya sido conocida la Carbonería como la "Masonería Forestal" o masonería de la madera en contraposición a la masonería tradicional de La Piedra.
Lo que sí diferenciaba notablemente La Carbonería de Masonería era la finalidades de ambas; los masones tradicionales evitaron mezclarse en política, en cambio la Carbonería desde su orígenes, nació con vocación beligerante y combativa, enfrentada al poder absolutista y contra el invasor austriaco, siendo germen de generaciones de anarquistas comunistas, nacionalistas y revolucionarios. El movimiento se extendió rápidamente por Europa e Hispanoamérica, infiltrándose poderosamente en Polonia, Italia, Alemania, Francia y España. Fueron estos masones carbonarios los que en América Latina agitaron las banderas de la independencia, siendo su finalidad la subversión total, destruir la Santa Alianza, destronar el poderío Borbón, arruinar a la burguesía y cambiar el orden social.
Hoy se puede decir, que Mazzini, Garibaldi, Pellico son algunos de los insignes carbonarios de este período histórico.

casi todos los movimientos revolucionarios de finales del siglo XX han seguido miméticamente esa doctrina revolucionaria nacida en las "barracas" carbonarias, juramentándose en la ley del secreto, la agitación permanente y la obediencia obediencia revolucionaria.

La Mafia, fue quizás la más popular de la Sociedades Secretas criminales. Sin embargo, en su remoto origen era una organización nacionalista y popular de Sicilia. La Mafia moderna y criminal germinó en el siglo XIX a través del caciquismo tiránico de algunos terratenientes y lo que en un principio constituía un movimiento defensivo popular contra la explotación despótica del invasor, se trocó en un instrumento de explotación de su propia sociedad.
Su característica fue la ley del silencio (omerta), sus leyes internas implacables contra los traidores y la asociación o compra de personalidades influyentes (piovra).

La Mafia alcanzó su esplendor y mayor popularidad tras la emigración italiana hacia los Estados Unidos, donde arribaron más de un millón de sicilianos. Allí encontraron un vasto y fértil campo de actuación que comenzó con la Ley Seca y se fue extendiendo a otros muchos sectores de la economía sumergida de aquel entonces, como la prostitución, juego y drogas.
En Estados Unidos la Mafia trastocó su señas de identidad, dando entrada en sus filas a delincuentes ajenos a sus familias, italianos de otras regiones e incluso individuos de otras nacionalidades, pasando a ser conocidos como La Cosa Nostra.

Por otro lado, en la historia de América se aprecia la buena influencia iluminista, de las cuales los franceses y los estadounidenses vieron con muy buenos ojos en su momento. Por ello no es raro ver que en la firma del Acta de Independencia de Estados Unidos, de cincuenta y seis personas, sólo uno no era masón; la gran mayoría de nuestros próceres venezolanos fueron masones, de hecho, Francisco de Miranda (1750-1816) es considerado el padre de la masonería latinoamericana.

Él fue el fundador y Gran Maestre de la Sociedad de Lautaro, una sociedad con ciertos nexos a los Carbonarios, los cuales tuvieron nutridos e influenciados por los restos de los Illuminati. Dicha Sociedad de Lautaro o Caballeros Racionales, tenía sede como en Londres y Cádiz y era tendente a abolir la monarquía e implantar la república en América y en especial Caracas; su fin último era la independencia de América. Por esto, Miranda siempre buscó apoyo en Francia, Inglaterra y Estados Unidos, en los cuales participó en sus revoluciones, muy acercadas a los ideales illuminati y del cual vemos su relación a través de Los Carbonarios. Gracias a su participación en la Revolución Francesa, Francisco de Miranda aparece en el Arco de Triunfo de París.

Otros de los tantos ilustres independentistas que promovieron las naciones fueron: Bolívar, iniciado en Lautaro por Miranda en 1803 en Cádiz; Simón Rodríguez, José María España, Manuel Gual, Pedro Gual, Andrés Bello, Rafael Urdaneta, Santiago Mariño, Carlos Soublette, José Tadeo Monagas, José Félix Ribas, Antonio José de Sucre, Daniel Florencio O´Leary, José María Vargas, Juan Crisótomo Falcón, José Antonio Páez, entre otros muchos. En otras latitudes, Lafayette, Washington, San Martín, O´Higgins, Rizal, Martí, Garibaldi, Sandino, Franklin.

Según David Vaughan Icke, escritor y conferencista británico, autor del libro "El Mayor Secreto", que profundiza con gran agudeza en varias temáticas que son la base de las llamadas teorías de la conspiración, las sociedades secretas y sus iniciados siempre han tenido una clave de comunicación a través de ciertas frases, palabras y tocaciones además de los símbolos.


Opina que las grandes catedrales de la antiguedad y muchos monumentos actuales han sido construidos, bajo ciertas condiciones teniendo por centro una enorme cúpula, obeliscos y lugares con llamas encendidas, porque sus diseñadores, los grandes maestros constructores, entendían el poder de la geometría para recoger y focalizar la energía en un sitio ya que estos símbolos atraen y generan energía tal cual está probado ocurre con las pirámides y domos, palabra griega que significa lugar de Dios, que concitan energía solar y astrológica.


Asevera que esta actividad del uso de "geometría sagrada" no ha cesado y que muchas de las grandes ciudades modernas actuales, presentan claras señales de haber sido diseñadas por las hermandades esotéricas, lo que afecta a sus calles y monumentos principales.


Símbolos, formas y ángulos generan energías diferentes, que pueden satisfacer la búsqueda del rango vibracional que acomoda a ciertas ceremonias ocultistas. "El obelisco y la cúpula son vistas comunes en los monumentos y edificios de la Hermandad", dice Icke.


"El obelisco es un antiguo símbolo fálico de la energía masculina y la energía solar y la cúpula representa lo femenino o la energía de la luna".

"Los caminos en Washington se relacionan con los puntos donde el Sol sale al solsticio de invierno y verano, justo como los antiguos túmulos, templos y círculos de piedra como Stonehenge, fueron diseñados".. "Otras calles se cruzan en precisamente 33 grados y todavía otras marcan la precesión de los equinoccios, y hay un hexagrama o Estrella de David"

En el caso de Washington D.C., la capital de Estados Unidos, Icke ha encontrado la simbólica Estrella de David en el espacio comprendido entre la casa Blanca y el Obelisco a Washington.



"A menudo son puestos juntos o cerca uno de otro. Este es el simbolismo del Salón Oval (el útero femenino) en la Casa Blanca que da al Monumento a Washington, el vasto obelisco de piedra (fálico, masculino). Estos símbolos atraen y generan la energía que representan; son una forma de pensamiento física. El obelisco también simboliza el pene del dios del Sol egipcio, Osiris. De acuerdo con la leyenda, después de que Osiris había sido cortado en pedazos por su rival, Set, la Reina Isis encontró todos los pedazos excepto su pene".

En verdad, Osiris es el dios egipcio de la resurrección, símbolo de la fertilidad y regeneración del Nilo; es el dios de la vegetación y la agricultura; también preside el tribunal del juicio de los difuntos en la mitología egipcia.

Y la historia completa es que mediante una trampa artera, su hermano Seth lo asesinó, cortando su cuerpo en catorce pedazos que esparció por todo Egipto. Su esposa y hermana Isis recuperó amorosamente todos los miembros, excepto el viril, que se había comido el pez oxirrinco. Con la ayuda de su hijo adoptivo, Anubis lo embalsamó y posteriormente, Isis con su poderosa magia logró insuflar nueva vida al cadáver momificado de Osiris, quedando embarazada de él. Engendraron así a su único hijo, Horus, quien vengó la muerte de su padre, desterrando a Seth al desierto y recuperando el trono de Egipto, mientras que Osiris permanecería como rey de los muertos, en los fértiles campos de Aaru..

También es denominado Unenefer "El que continua siendo perfecto", en alusión a su prodigiosa potencia después de muerto...

En el Eclesiatés, uno de los libros sapienciales del antiguo testamento de la Biblia y del Tanaj, aparece el dicho “nada nuevo hay bajo el sol” (Nihil sub sole novum), refrán muy apropiado para definir lo que ocurre con el simbolismo de los signos.
La mayor parte de ellos, viene de sociedades de la más remota antigüedad y además de haber sido tergiversados y mal interpretados, tanto sus autores como el símbolo mismo, han sido objeto del plagio más descarado.


La cruz no fue un signo inventado por el cristianismo, en realidad es un símbolo cuyo origen es claramente pagano e idólatra. Tanto en Babilonia como en Egipto se veneraba al dios Tammuz - Horus. Su símbolo místico era una "T", inicial de Tammuz, con el travesaño un poco bajo, es decir, una cruz. En los monumentos y templos egipcios, se ven representaciones de reyes y dioses portando cruces en sus manos.

A veces, la "T" iba debajo de un círculo o redondel, es lo que se conoce como "Cruz egipcia" o "Cruz de Tau". Este culto se difunde en el mundo helenístico, donde la cruz adquiere otras formas tales como la "Cruz Griega", es decir, la que tiene todos sus lados iguales o la "Cruz Latina", con el travesaño más corto que el palo, de manera que quedan tres lados iguales que representan, según la tradición oriental, "Cielo, Purgatorio e Infierno", mientras que el más largo representaba a la "Vida".

La swástica no fue un emblema creado por el nazismo, sino adoptado por el Tercer Reich.
La esvástica o suástica, es una cruz cuyos brazos están doblados en ángulo recto, ya sea en sentido horario, o bien antihorario .
El término español esvástica proviene del sánscrito swástica que significa muy auspicioso, bendito. Geométricamente sus 20 lados conforman un icoságono irregular.
Es un monograma que se ocupa desde hace siglos en la escritura sánscrita y fue creado posiblemente en el siglo V a. de C. creyéndose que puede representar a los cuatro elementos, apareciendo repetidamente en toda la historia de la humanidad, en forma de conceptos muy diversos, como la suerte, el Brahman, la reencarnación o a Surya (dios Sol).
Se menciona por primera vez en Los Vedas, las escrituras sagradas del hinduismo, pero también se encuentra en otras religiones de la India y Nepal como el budismo y el jainismo.
La Esvástica o cruz gamada significa que Hitler se consideraba la cruzada del presente. Así lo explicó él con sus propias palabras: “La cuestión de nuestra bandera, es decir, lo relacionado con su aspecto, nos preocupó por entonces muy intensamente. De todos lados recibíamos sugestiones bien intencionadas, pero carentes de valor práctico. Por mi parte me pronuncié a favor de la conservación de los antiguos colores (los de la bandera imperial), no solo porque como a soldado son ellos para mí lo más sagrado de la vida, sino también por su efecto estético, ya que mejor que cualquier otra combinación armonizan con mi propio modo de sentir. Yo mismo, después de innumerables ensayos logré precisar una forma definitiva: sobre un fondo rojo, un disco blanco y en el centro de éste, la cruz gamada en negro.

Igualmente, después de largas experiencias, pude encontrar la forma y el tamaño de la svástica. Y así quedó”. Sobre su significado, añade: “Como nacionalsocialistas vemos en nuestra bandera nuestro programa. En el ROJO, la idea social del movimiento; en el BLANCO, la idea nacionalista y en la SVÁSTICA la misión de luchar por la victoria del hombre ario y, al mismo tiempo, por el triunfo de la idea del trabajo productivo, idea que es y será siempre antisemita”


































2 comentarios:

Vivianne dijo...

Muy interesante y completísima información del tema, siempre se comenta de estas cosas pero como bien dices caen en el esoterismo, yo visito un par de páginas, quizás te interese:
www.findelciclo.blogspot.com
www.lasguerrasmesianicas.blogspot.com
Abrazos amigo!!!

Enrique Arias Valencia dijo...

¡WoW, Tocayo!

Excelente trabajo.

Sobre todo, el párrafo que cito más abajo, pues hace tiempo me preguntaba qué quiere decir Annuit Coeptus, y pues tú acabas de ganar la primicia de la información. Recuerdo (y conste que es de memoria) que Stephen Jay Gould sostenía que quería decir "Sonríe sobre nuestros orígenes". En fin, a continuación pongo tu párrafo:

"Y aquí, en la parte superior de la pirámide leemos: Annuit Coeptus, que significa "Nuestra empresa es exitosa". Algunos expertos señalan que su traducción correcta es "El comienzo de una nueva Era". ¿Cuál empresa, cuál Era, la de la Obra masónica y el Poder Illuminati..?"

Por cierto que una amiga lo pronunciaba "Annuit Chéptis".

¡Salud e inquieta alegría!