Paris Hilton, Escándalos y Millones

Para nadie puede resultar desconocido el nombre de Paris Hilton, Paris Whitney Hilton en realidad, nacida en Nueva York el 17 de febrero de 1981, la heredera de millones de dólares, la actriz del escándalo, la lesbiana, la diva, la borracha mimada, la reina del best seller, y ahora la reclusa más famosa de las cárceles americanas, celebridad estadounidense que disfruta sus ratos de ocio actuando y cantando

Si uno lee o mira los programas televisivos de la curiosamente llamada “crónica de sociedad”, del corazón, de los famosos, de las estrellas o como quiera denominarse ese bodrio del copucheo internacional de baja estofa, podrá observar que la salsa del cominillo picante de estos “periodistas de espectáculos”, recalco entre comillas esta impúdica denominación, generalmente versa sobre aquello que puede producir más morbo, escarnio y repulsión respecto de la conducta de los también “famosos,” recalco otra vez entre comillas a esta gente, porque parece ser que por eso venden. Produce titulares en los periódicos más cotizados y constituye el tema de los cuicos, ociosos y traficantes de la desdicha humana, que por desgracia , casi tengo la plena convicción, constituyen la gran mayoría del planeta.

Si uno lee sobre su vida, queda patente que solo brilla en el firmamento de la fama por dos cosas, por ser la presunta heredera de la fortuna de su abuelo Barron Hilton, estimada en 1.410 millones de dólares, un hombre ya viejo de cerca de ochenta años que la estadística señala que morirá muy pronto, y porque uno de sus numerosísimos novios o amantes esporádicos, Rick Solomon vendió e hizo público un video donde sostenía una apasionada relación sexual con la bella y disipada “heredera”.

El video sexual mencionado, bajo el sugestivo título One Night in Paris, causó en el 2003-2004, una encendida polémica pública, que solo sirvió para colocarla en la cúspide de la popularidad, disputándole preferencias a los otros esperpentos mediáticos de la telebasura chatarra como el Gran Hermano y la serie de los Reality Shows, que siguen el mismo esquema de recoger de la muchedumbre espesa y municipal personas comunes, desconocidas y anónimas, generalmente insípidos de conducta moral relajada, bastantes maricones y mujeres livianas de cascos, para que durante la exposición pública de su encierro desborden escenas donde afloran sus más bajos instintos, para el deleite del público televidente que desde el otro lado de la pantalla idiota, disfruta al más puro estilo de los fisgones o adictos al voyeur.

Luego de la aparición de Una Noche en Paris, los Hilton se indignaron y demandaron a Solomon por difundirla, ganando el juicio y de paso la no despreciable suma de US$ 400.000, más por supuesto, un porcentaje de las ventas pasadas y futuras de la película. Todo muy legal, muy consecuente y civilizado, al estilo Hollywood.

Sobre esta base de presentación en sociedad, muy estimada no solo en Estados Unidos sino que en casi todo el mundo, los escándalos digo, la Hilton forjó una fortuna personal como una celebutante, mezcla de celebridad y debutante, palabra inventada que a falta de méritos para ser célebre por su trabajo o artista reconocida, suple estas condicionalidades, que les son comunes a los actores y actrices de verdad, entregándole una especie de pase franco para que se pasee entre ellos y comparta la farándula actoral.

Algunos de sus escándalos

Paris,escamoteadora de guante blanco:
En su sitio de internet, el programa de televisión "Celebrity Justice" difundió un video de seguridad grabado el mes pasado donde aparece Hilton comprando varias revistas en un quiosco de periódicos. Luego de recibir el cambio, el video la muestra llevándose del quiosco su famoso video sexual, sin pagar, antes de alejarse caminando.

Amigas Traicioneras
En abril del 2005, Paris confirmó su pelea con su muy íntima amiga Nicole. Según indican, Paris organizó una fiesta para mostrar su video como conductora del programa Saturday Night Live (SNL), pero Richie puso el video que Hilton había hecho junto a su novio Rick Solomon, el cual convirtió la fiesta en escándalo total.

Anuncio polémico
Uno de los últimos trabajos de Paris Hilton en el mundo de la publicidad ha sido un anuncio para una famosa cadena de hamburgueserías norteamericana, Carl's Jr. Este spot ha despertado mucha polémica entre los sectores más conservadores de la sociedad de Estados Unidos por su alto grado de erotismo. En sus imágenes aparece enfundada en un sugerente traje de baño lavando un coche y de repente muerde una hamburguesa de esta cadena. Acaba con el eslogan de la marca: "Eso es caliente". Diferentes asociaciones de padres y de familia del país expresaron inmediatamente después de su estreno su queja por su contenido.

Celular Extraviado
Tambien ha circulado por la red el rumor de que a Paris se le perdió su celular, y alguna mano con mala espina lo encontró, en él llevaba almacenadas fotos con sus mascotas, sus amistades y su "Intimidad". En algunas imágenes se la ve desnuda en su parte superior, en poses sugerentes, y en algunas besándose y tocándose con una modelo..Indudablemente algo que Paris haría.

Demanda Peculiar
Otro escandalo de la polemica rubia, es tan importante como curioso. Un taxista hawaiano quiso demandar a Paris por haberse orinado en un taxi de su propiedad, cuando condujo a la sicalíptica rubia y a ex su pareja, Stavros Niarchos, al hotel donde pernoctaron.
El taxista perjudicado afirma que Paris no pudo sujetar sus esfínteres y se hizo pipí en la parte trasera del automóvil. "Tuve que limpiar mi taxi para después de dejarlos en su hotel, pero conservo el paño humedecido con la orina de Paris , y también con su DNA para llevarlos a la corte".

La venezolana Eglantina Zing, una de las presentadoras del canal MTV Latin America, es ahora famosa mundialmente gracias a unas fotos íntimas con la heredera y actriz Paris Hilton.

Las imágenes de Zing besándose apasionadamente con Hilton (que se asoma con los pechos descubiertos) son ahora las más requeridas en Internet, solamente disputadas por las de la cantante Britney Spears dejándose fotografiar por los “paparazis” sin ropa interior.

Pero su historia personal no debe causar extrañeza a nadie. En verdad es muy similar a la de cientos de personajes, hoy distinguidos miembros del jet set internacional, que a falta de méritos propios pero provistos de gran audacia, con fortunas generalmente heredadas o conseguidas en forma poco clara, se codean con la realeza europea y son asiduos de los salones de la más rancia aristocracia social y la elite pudiente que controla los medios de información.

Pero en verdad Paris Hilton, a pesar que en los últimos años ha ganado muchísimos millones de dólares por su cotización en el mercado del escándalo, no es interesante como persona.


O lo es, como ya ha ocurrido antes, al estilo de famosos que dan mucho que hablar y muy pronto sabemos de ellos porque fallecieron por una sobredosis, se mataron mientras conducían borrachos o fueron víctimas de un enajenado mental o de algún desvíado celoso.

Jerry Oppenheimer, biógrafo “no autorizado” de celebridades, que ha escudriñado sin permiso en las vidas de famosos como Rock Hudson, Jerry Seinfeld, Bárbara Walters y hasta el borrascoso matrimonio de Hilary Clinton, promociona en estos últimos meses su nuevo libro, “House of Milton: From Conrad to Paris: A drama of wealth, power ans privilege” ( La casa de los Hilton: De Conrad a Paris: Un drama de riqueza, poder y privilegio), diciendo que la chica, simplemente le produce lástima.

Me quedo con el comentario del autor de House of Hilton, quien concluye que “Paris probablemente vive en un mundo de fantasía en el que inventa personajes y escenarios. Paris, sin estudios ni profesión, se define ahora como cantante, modelo de pasarela, actriz y empresaria; sin embargo, para la mayor parte de quienes siguen sus andanzas en los tabloides no es más que una chica fiestera.

Lo rescatable de este capítulo donde ella es cola de ratón de la historia, es cómo el nuevo libro de Oppenheimer desnuda sabrosas anécdotas y pasajes desconocidos de la familia, como que Paris es la mayor de los bisnietos de Conrad Milton, fundador de la cadena hotelera que lleva su nombre. Sin embargo lo que Paris heredará de este imperio es más bien poco y que como el resto de la familia Paris deberá trabajar para vivir, antecedentes que el biógrafo asegura son el resultado de una consistente investigación hurgando en las raíces de Paris Hilton a través de entrevistas, documentos privados y registros públicos, desvelando el oscuro pasado de sus antecesores.

Ahí se cuenta como extrañamente durante la Gran Depresión de los EE.UU, un desbarajuste financiero que en los años 20 hundió sólidas empresas y llevó a millones de familias a la miseria mientras otros miles se suicidaban, Conrad Hilton logró levantar un imperio aparentando ser un ferviente y devoto católico al tiempo que cometía inconfesables pecados en su vida privada.

Aclara que su primera esposa (bisabuela de Paris), era una adolescente bebedora y jugadora a la que él doblaba en edad. Hilton se divorcia de ella para casarse con la actriz húngara Zsa Zsa Gabor. Además, que el tío abuelo de Paris, Conrad Nicholson “Nicky” Milton era como ella un juerguista profesional que se convirtió en el abusivo y violento marido de Elizabeth Taylor.

La madre de Paris, Kathy Milton, es descrita por Oppenheimer como una mujer manipuladora que ha utilizado a su hija mayor para alcanzar sus propios sueños de celebridad, acusándola de empujarla desde la adolescencia hacia una vida de falsedad y superficialidad, para ser una “societé” y casarla con un hombre rico. Paris abandonó la escuela secundaria y nunca asistió a la Universidad.
Recientemente, la madre de Milton consiguió gracias a las locuras de su hija su propio talk-show, un programa televisivo donde enseña modales a 14 concursantes “I Want To Be A Milton”, Quiero ser una Milton.

Oppenheimer cuenta que los Milton son una familia extraña. Sus padres jamás reprocharon o se opusieron a la publicción abierta del video sexual que salió a la luz, pués estaban concientes que ello fue lo que la lanzó al estrellato

Bonita familia ¡Eh!.