sábado, 4 de septiembre de 2010

Mitos, ángeles, dirigibles y otras máquinas voladoras. Parte 3.

"Los dioses han existido siempre y nunca han nacido". Cicerón.

Lo que conocemos por Historia de la humanidad, ha sido una paciente reconstrucción de acontecimientos, muchos de ellos ocurridos hace millones de años, que ha sido posible describir, graficar o comprobar solo en base a descubrimientos o hallazgos muy antiguos, que al análisis de diferentes disciplinas del área de las ciencias, o por medio de la tradición oral y escrita de pueblos y culturas del pasado, ha llegado hasta nosotros.

Estas creaciones humanas de noveles escultores y pintores, que se sintieron impulsados a traspasar sus impresiones a la roca o al pergamino, dejando un emocionado recuerdo de ese algo que los conmocionó, son registros valederos que cual ladrillos de una obra, han conformado el esqueleto de la historia a la que hemos tenido acceso, la que sin duda deja algunos claroscuros que quedan librados al criterio personal, a la libre interpretación y también a la imaginación.

A esta categoría pertenecen las tablillas parlantes; las escrituras sumerias; los antiguos libros sagrados y apócrifos; La Biblia; Los Vedas, los textos sagrados del hinduismo, con su epopeya mitológica Mahābhārata y el texto sagrado no revelado por Dios sino transmitido por la tradición El Ramayana; el Toráh; El Corán y los libros base de distintas religiones; las epopeyas épicas y la mitología mundial; los documentos secretos de civilizaciones perdidas; los monumentos y tumbas sacras de las mismas, los jeroglíficos encriptados y tantas otras obras del hombre que aún permanecen intocadas, sin revelar su rico contenido cultural; todas las cuales son sin duda alguna un aporte de gran importancia y calidad para conformar una radiografía del paso humano por la tierra; la gran aventura de muchas generaciones cuyo legado aún no hemos recogido integralmente.

No en el sentido que avalen la existencia o inexistencia de un dios, sino en cuanto nos traen compilaciones de los primeros tiempos de la escritura, leyendas y mitos perdidos, poemas y vidas de grandes hombres, epopeyas humanas que vale la pena inmortalizar y sobre todo, una clara noción de los principales intereses que movilizaban a esas sociedades primigenias, de las que el tiempo, las guerras y las calamidades naturales, unidas a la escasa memoria que se tiene de los primeros siglos y la vorágine de la vida moderna, ha relegado al rincón más recoleto de nuestros recuerdos.

El retrato mostrado al inicio, además de constituir uno de los enigmas pictóricos más recurentes de los adeptos a la fenomenología Ovni y de aquellos defensores de la teoría de la presencia extraterrestre y la capacidad del hombre en algunas épocas de viajar al pasado, es uno de estos ejemplos. Se titula “La Glorificación de la Eucaristía” y fue ejecutado probablemente entre 1600 y 1614, por el pintor italiano Buenaventura Salimbeni, pero que hoy, es más conocido como El Sputnik de Montalcino , el cual ha sido objeto de prolongada polémica por varios años, por el anacronismo de representar una esfera que tiene gran parecido con algunos satélites lunares, el Sputnik ruso se dice, pero en realidad es más similar al Lunik I. El cuadro se exhibe en una pequeña iglesia italiana de San Pedro, enclavada en la próspera ciudad vinícola de Montalcino, a escasos cuarenta kilómetros de Siena. Aquí mostramos en detalle el motivo principal del recuadro y a continuación el satélelite artificial.


Roberto Cappelli, profesor de Montalcino que lleva estudiando y terciando polémicas sobre esta tela desde hace muchos años, recuerda con detalle cómo comenzó a interesarse por esta obra:
«Hace ahora más de tres décadas durante la celebración de una ceremonia religiosa en la iglesia de San Pedro, me fijé en el cuadro de Salimbeni y particularmente, en su parte superior. Me llamó tanto la atención que decidimos subir hasta el objeto que aparece en el centro del cuadro, utilizando una escalera. Se trata de una esfera aparentemente similar a las que se encuentran en otros cuadros de todas las épocas, pero éste presentaba, además, un par de antenas que impiden que se interprete como una imagen del mundo o una figuración de la hostia. Además -acaba precisando- las "antenas", vistas de cerca, parece que están enroscadas a la esfera.»

"A primera vista parece un simple objeto azulado que bien podría representar el globo terráqueo. Pero examinado con más detenimiento se aprecia que semejante interpretación es errónea. La existencia de al menos tres líneas longitudinales a lo largo de la curvatura de esta extraña esfera y una banda central a modo de "cinturón", presentan todo el aspecto de junturas de varias piezas de apariencia metálica. No menos sorprendentes son las dos extremidades en forma de antenas asida por las divinas figuras de Dios y Jesús, respectivamente, y que no dejan lugar a dudas -a los ojos, claro está, de un hombre habituado a la tecnología contemporánea- de que nos estamos enfrentando a la primera representación artística de un moderno satélite de comunicaciones. Quizá a uno de los primeros modelos puestos en órbita, como el Sputnik soviético o el Vanguard norteamericano".

Sin embargo, pese a las opiniones en contrario de hombres de iglesia y expertos en arte sagrado, que dicen que ese tipo de esferas pequeñas dentro de la gran esfera, eran pintadas antiguamente representando a la tierra y a la luna, y que las pretendidas antenas son en realidad cetros usados por los reyes como señal de poder, nadie puede sustraerse al mirar esta esfera, a comparar la enorme similitud existente no solo en su conformación, sino en el detalle de ese rectángulo o escotilla, que deja entrever, en las fotos ampliadas, dada la luminosidad metálica de la esfera, lo que parece ser una habitación con una puerta y que la esfera misma está circundada por una ancha faja ecuatorial, detalle típico señalado en numerosos casos ufológicos de avistamientos de esferas con estas características.
También impresiona a la izquierda y abajo, esa protuberancia (achacada a la representación de la luna), que se asemeja a los modernos objetivos de las telecámaras, donde incluso se puede adivinar la presencia de una lente, muy similar a la que apreciamos en otros modelos de satélites artificiales, al igual que la escotilla esbozada en el retrato, que también se ve en estas tomas. La pregunta de muchos, es que hace ese objeto en una pintura del siglo XVI. ¿Coincidencias?

La paloma ubicada entre Dios Padre y Jesucristo, indudablemente representa al Espíritu Santo, lo que nos hace colegir que a esta última entidad podemos clasificarla entre los míticos seres voladores. Por supuesto los querubines, esos otros seres angélicos con alas emplumadas, no dejan de estar presentes en el recuadro y podemos verlos asomados, en actitud curiosa, a ambos lados de los personajes principales.

Extraordinario resulta verificar en la foto que ahora exponemos de otro satélite, el brillo del sol en su parte superior izquierda, réplica casi exacta a la que aparece en la esfera del recuadro en comento y que los expertos eclesiásticos atribuyen no a un brillo sino al sol mismo, pintado muy desacertadamente, pués a todas luces es más pequeño que la tierra, lo que es una chambonada o una ignorancia garrafal, que solo se explica en base a la teoría vaticana de entonces que la tierra era plana y el centro del universo.

Ahora, los que indican que lo que todos vemos como un lente tipo telescopio, es solo la luna pintada allí, también resulta incongruente si pensamos que cualquier pintor tiene acabado conocimiento de las proporciones y no puede caer en la bizarría de pintar al sol como un punto diminuto frente al planeta tierra y a la luna como ese círculo oscuro, que se contradice con la luminosidad casi radiante de nuestro satélite natural.Empero, si se pretende por estos peritos allegados a la Iglesia, que la esfera representa al Universo, otra vez se cae en la errónea figura de imaginar un universo esférico y no infinito como se postula, así como otrora se creyó en una tierra circular y plana, situación no aceptada en esa época ni nunca por los estudiosos.
No olvidemos que la primera persona en defender una tierra esférica fue Pitágoras en el siglo VI a. de C., seguido por Aristóteles. Después el griego Eratóstenes, astrónomo y geógrafo y Director de la famosa Biblioteca de Alejandría, en el 240 a. de C. ideó un sistema para medir la circunsferencia del planeta, con el extraordinario resultado de un márgen de error de entre un 2% y un 20% de los valores calculados hoy en día.

En el siglo I, Plinio el Viejo lo puso por escrito entre los años 23 y 79 de nuestra era, en su obra Naturalis Historia y el astrónomo Ptolomeo en el siglo II elaboró una teoría en el mismo sentido que fue muy popular. No obstante dentro de los autores cristianos y de la Iglesia, a pesar que había algunos que pensaban igual, fueron más los que se opusieron tenazmente a estas teorías:
Lactancio (245-325), tras su conversión al cristianismo y su rechazo de la filosofía griega, lo calificó de "locura", al argumentar que la gente en el otro lado del mundo no "obedecería" a la gravedad. Se preguntaba , ¿Existe acaso alguien tan insensato como para creer que hay personas cuyas huellas están más altas que sus cabezas? ¿Que las simientes y los árboles crecen cabeza abajo? ¿Que las lluvias y las nieves caen hacia arriba hacia el suelo? No tengo palabras para dar a aquellos que, una vez que han errado, perseveran insistentemente en su locura y defienden una cosa vana tras otra"

San Cirilo de Jerusalén (315-386)) veía la Tierra como un firmamento flotando en el agua. San Juan Crisóstomo (344-408), creía que una Tierra esférica era contradictoria con el contenido de las sagradas Escrituras. Diodoro de Tarso (fallecido en 394)) también defendía la idea de una Tierra plana basándose en las escrituras. Severiano, Obispo de Gabala (fallecido en 408)), escribió: "La Tierra es plana, y el Sol no pasa bajo ella durante la noche, sino que viaja a través de las zonas del norte, como si estuviera oculto por un muro"

El monje egipcio Cosmas Indicopleustes (574) en su Topographia Christiana, en la que el Arca de la Alianza debía representar el conjunto del universo, argumentaba en base teológica que la Tierra era plana, "un paralelógramo encerrado por cuatro océanos..."
El sabio cristiano el domínico Beda el Venerable escribió en el siglo VII: "La tierra es un elemento situado en el centro del mundo, como la yema en el centro de un huevo; alrededor de la tierra se encuentra el agua, como la clara que rodea a la yema; por fuera está el aire, como la membrana de un huevo, y rodeándolo todo está el fuego, que encierra al mundo como la cascara al huevo."

A este respecto he leído por ahí algunos comentarios, donde empecinados sujetos, siguen insistiendo que en la Biblia se dice que la tierra es redonda. Pero al parecer estos fundamentalistas porfiados ignoran que redondo no aclara la diferencia entre círculo y esfera. La esfera es un cuerpo de tres dimensiones que llevado al plano de dos dimensiones carece de perspectiva que la pueda identificar y solo se la puede representar como un círculo.

Un círculo puede ser un anillo o una moneda por dar un par de ejemplos y claramente estos objetos mencionados no son una esfera porque solo tienen dos dimensiones. Una pelota es una esfera. La tierra es una esfera y quienes sostuvieron por miles de años que la tierra era plana o circular estaban absolutamente errados. Para fundamentar esa tesis errónea como verdadera, se menciona a Isaías 40,22. ¿Qué es lo que se dice en Isaías, 40, 22? : «Él es el que está sentado sobre el círculo de la tierra, y sus habitantes parecen saltamontes; él que tendió como toldo el cielo, y lo despliega como tienda que se habita».

En el Génesis cualquiera puede leer que la cosmovisión de la Biblia es que el universo era un abismo o mar profundo sobre el cual se asentaban los cimientos de la Tierra. Sobre ésta a su vez, Dios había expandido el firmamento a la manera de una bóveda de metal sobre la cual se encontraban las aguas celestiales.
. Y una bóveda amigos fundamentalistas, o una tienda o toldo que es el ejemplo que se da, tampoco alcanza a ser una esfera. En verdad es solo una semiesfera que llega hasta el suelo, donde dibuja un círculo y por supuesto la tierra bajo la tienda es necesariamente plana. Ahí les dejo un dibujito. En el, vemos además, que los que confeccionaron el Génesis, en su desorientación y absoluto desconocimiento de astronomía, colocaron como centro o eje de la tierra a...Jerusalén... lo que da la idea, que tales caballeros, patriarcas judíos de seguro, ya colocados en la empresa de explicar la creación, salieron al jardín de su casa, miraron hacia el horizonte y vieron todo planísimo. Luego miraron hacia arriba y constataron la forma de bóveda que presenta el cielo y ya pensaron que tenían la explicación de cómo estaba conformado el planeta.

En las diferentes posiciones que adoptan las iglesias cristianas para explicar la creación, según los primeros versículos del Génesis, encontramos en la Biblia de Estudio "Dios habla Hoy, una versión más cuerda y condescendiente con los tiempos que corren:
Versículo 6."Después Dios dijo: Que haya una bóveda que separe las aguas, para que estas queden separadas.” y así fue.
Versículo 7. Dios hizo una bóveda que separó las aguas: una parte de ellas quedó debajo de la bóveda y otra parte quedó arriba.
Versículo 8. "A la bóveda la llamó“cielo” (La nota de pie de página respectiva dice:
“La palabra hebrea traducida por bóveda designa algo sólido y resistente, como una lámina de metal batida a golpes de ladrillo).
ESTA IDEA ESTÁ DE ACUERDO CON LA VISIÓN DEL MUNDO QUE SE TENÍA
ANTIGUAMENTE según la cual el universo era una estructura compuesta
de tres niveles: el cielo, la tierra y el mundo subterráneo. A LA TIERRA SE LA IMAGINABA COMO UNA SUPERFICIE PLANA; EL CIELO ERA CONCEBIDO COMO UNA BÓVEDA, CÚPULA SÓLIDA O “FIRMAMENTO”. Sobre esta bóveda se apoyaba el inmenso depósito de agua u océano superior del que procedían las lluvias ; y en el mundo subterráneo había un océano inmenso, sobre el que se asentaban los
pilares que sostenían la tierra.”

Los autores bíblicos creían firmemente que habían “aguas debajo de la tierra”. Por eso en Éxodo 20:4: dice: "No te harás imagen, ni ninguna semejanza de cosa que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra".
Salmos 148:4:"Alabadle, cielos de los cielos, Y las aguas que están sobre los cielos".
Es claro entonces que estos santos varones también creían que habiendo agua arriba sobre la cúpula celeste, que es donde moraba Dios, éste tenía su reino en el agua. Salmos 104:1 y 3: Salmo 1: "BENDICE, alma mía, á Jehová…, Que extiende los cielos como una
cortina"
; Salmo 3: "Que establece sus aposentos entre las aguas";

Es decir, de acuerdo al Génesis de cualquiera de las Biblias judeo-cristianas, el universo estaba conformado como se muestra en la imagen, existiendo mares sobre la cúpula celestial y mares bajo el disco terrestre ocultando los famosos cimientos sin los cuales la tierra quedaría a la deriva. Si para estos cristianos fundamentalistas todo lo que está escrito en la Biblia es palabra de Dios, infalible y cierto, tienen que creer también, -además de la barbaridad que la tierra solo tiene 6 mil años de antiguedad y de que la teoría de la evolución es falsa-, que la tierra es el mamarracho que se describe en la Biblia, a saber:

Creer que el firmamento o cielo es una superficie sólida, como un espejo metálico. Job 37:18: "¿Extendiste tú con él los cielos, Firmes como un espejo sólido?".
Que la tierra tiene soportes que la sostienen anclada: Salmo 18:15 "Y aparecieron las honduras de las aguas, Y descubriéronse los cimientos del mundo".
Que la tierra no se mueve ni se moverá, según la antigua teoría de la Iglesia católica, gran enemiga del sistema heliocéntrico, en razón de la cual asesinó a tantos científicos mediante la Hoguera Santa. Salmos 104:5: "El fundó la tierra sobre sus basas; No será jamás removida". Salmo 6: "Con el abismo, como con vestido, la cubriste; Sobre los montes estaban las aguas". Y que Dios, está sentado sobre la bóveda celeste, en el círculo de la tierra .«El es el que está sentado sobre el círculo de la tierra, y sus habitantes parecen saltamontes; el que tendió como toldo el cielo, y lo despliega como tienda que se habita» (Isaías, 40, 22).

En resúmen, en esta disgregación nos hemos permitido entregar algunas reflexiones sobre la creación, para que ojalá no siga apareciendo en esos foros idiotas de internet, la aseveración "que la Biblia dijo siempre que la tierra es una esfera", y para que la gente mal informada, creyentes y fanáticos que no han leído mucho, no sigan haciendo el ridículo asegurándolo, porque en ningún versículo o frase de todo el libro ello se menciona.

Como bien acota el escritor, humanista y racionalista Isaac Asimov en su estupendo ensayo el Círculo de la Tierra, de donde hemos extraído la mayoría de estas ideas, "según el Génesis, el Sol, la Luna y las estrellas fueron creados en el cuarto día. Las estrellas eran chispas de luz pegadas al firmamento, y el Sol y la Luna eran círculos de luz que lo atraviesan de este a oeste, quizá justamente por debajo del firmamento.
Esta imagen de conjunto está descrita más explícitamente en el Apocalipsis, escrito alrededor del año 100 de nuestra era y que contiene una serie de visiones apocalípticas del fin del Universo. En cierto momento se habla de «un gran terremoto», a consecuencia del cual; «... las estrellas del cielo cayeron a la tierra como caen los higos verdes de una higuera cuando la sacude un huracán. Desapareció el cielo como un volumen que se enrolla...» (Apocalipsis, 6, 13-14).
Es decir, las estrellas (esos pequeños puntos de luz) se despegaron de la delgada estructura metálica del firmamento con el terremoto, y la misma lámina de metal se enrolló sobre si misma como un rollo de pergamino".

¿Se imaginarían estos "sabios" que inventaron todas esas patrañas apocalípticas, cuál es en realidad la dimensión de una de esas estrellas que ellos pensaban,- según la enseñanza bíblica- que estaban pegadas como adornos de pascua en ese cielo metálico que Dios puso como contención de las aguas, las cuáles ese día terrible caerían sobre la tierra?
Por si todavía hay por ahi, ya que uno nunca sabe, alguno de estos fundamentalistas que también cree que ello es posible, me permito ilustrarle, asegurándole que, 1:- La tierra es efectivamente esférica y no redonda o circular y 2:- que las estrellas y entre ellas el Sol, son muchísimo más grandes, en el caso del Sol algo así como 109 veces más que nuestro planeta. Y qué, los científicos, esos en los que a lo mejor algunos tampoco cree, han calculado que caben alrededor de 1.303.000 Tierras dentro del volúmen del Sol. Por lo tanto, es absolutamente improbable que según esos escritos de la Biblia, "las estrellas del cielo caigan a la tierra como los higos verdes de una higuera sacudida por un huracán".

Esas ideas son muy viejas y ya pasaron de moda y se quedaron ancladas en la noche negra del medioevo. Ya en pleno Renacimiento Giordano Bruno, (1548-1600) monje domínico italiano, por supuesto quemado en la hoguera por la Iglesia Católica por ser un científico, considerado hoy el filósofo más importante del Renacimiento, fue quizás el primero en romper la idea aristotélica del mundo que había dominado la Edad Media y que desechó el dogma del Génesis, comprendiendo que estaba errado. Consecuente con las ideas de Copérnico aceptó la teoría heliocentrista y predicó que el universo es infinito y que en él se encuentran otros mundos, también habitados y que lo perfecto ya no es lo finito y limitado (como para los griegos), sino lo infinito. Y sobre todo, que ya no es posible determinar un centro del Universo, ni menos aún su circunferencia.

En todo caso, si de alguna conformidad les sirve sirve a estos exóticos fundamentalistas cristianos, musulmanes y hebreos, los hindúes, que también creían que la tierra era plana, tenían la visión que esta se apoyaba no sobre cimientos, sino sobre unos elefantes gigantescos, que a su vez, descansaban sobre el caparazón hemisférico de una super tortuga, más gigantesca aún, cuya misión era nadar por la superficie de un mar infinito... Otras fuentes agregaban que a esta tortuga gigantesca la soportaba La Serpiente de la Eternidad, que la encerraba en su círculo simbólico.
Los griegos atribuyeron ese trabajo a Atlas, el cual sostenía la tierra sobre sus hombros.
Los Chinos también sostenían que el mundo descansaba sobre las espaldas de una tortuga, mientras que los Mayas sobre la espalda de un cocodrilo. Y así como ellos, la mayor parte de las culturas antiguas, porque eso era lo que había. El conocimiento aún estaba en pañales y la comprensión de los fenómenos naturales estaba entregada a iluminados religiosos que tomaron a su cargo la entrega de informaciones de cómo funcionaba el mundo, con el resultado que todos conocemos.

Lo que tienen que entender aquellos que son proclives a creer en lo que dicen las Iglesias, solo porque hay que creerlo para pertenecer a ellas, -ya que jamás podrán comprender sus misterios y milagros-, es que siempre fue la ignorancia, el temor a lo desconocido y la imaginación, la que llevo al hombre a figurarse a la Tierra de diferentes formas; lo mismo a sus dioses y su mitología. Qué fueron muchas las civilizaciones del pasado y millones los creyentes que adoraron hasta el día de su muerte a estos dioses y creyeron sin ningún atisbo de duda que sus guías espirituales decían la verdad.

¿Y que pasa con estas ideas hoy en día? Sencillamente no existen, no tienen vigencia como credos, fueron reemplazadas por otras más creíbles. Los dioses de ayer desaparecieron y los de hoy, los pocos que van quedando, son el último mito de la humanidad.

En referencia a la aparición de objetos extraños en cuadros, relatos y obras de arte de la antiguedad, en cavernas y rocas, hay que ubicarse en el contexto de la época y entender también que quienes existían en los tiempos antiguos, era gente sencilla y llana, sin los conocimientos tecnológicos que tenemos en esta época ni poseedores de un lenguaje rebuscado. Por ende, quizás la mejor manera de llamar a estos seres, para ellos indudablemente divinos, era el apelativo de dioses, ángeles o demonios y cómo describir un objeto flotante sino dibujándole como una "nube luminosa" o "nube de día y fuego de noche" como se menciona también en la Biblia, como la que acompañó a Moisés en el Exodo y sirvió de guía al pueblo judío; como un "carro de fuego" tal cual se describe en los libros sagrados hindúes, escudo volador, rueda llameante y otros nombres alusivos y al alcance de su ilustración.



Éxodo 13,21-22 “E iba Yahvé al frente de ellos, de día en una columna de nube para guiarlos en el camino y de noche en una columna de fuego para alumbrarlos”
Éxodo 14,19-20
“Se levanto el Ángel de Yahvé que marchaba al frente del ejercito de Israel, y se puso detrás de ellos. Se levanto también la columna de nube de delante de ellos y se coloco a la espalda, intercalándose así entre el campamento de los egipcios y el campamento de los israelíes. Era nube y tinieblas (por una parte), y (por la otra) iluminaba la noche, de modo que no pudieron acercarse aquellos a estos en toda la noche”.

Éxodo 24,15-18. “Subió Moisés al monte y la nube cubrió el monte. La gloria de Yahvé reposó sobre el monte Sinaí y la nube lo cubrió por seis días. Al sétimo día, llamo Yahvé a Moisés de en medio de la nube. La gloria de Yahvé aparecía a la vista de los hijos de Israel como fuego devorador sobre la cumbre del monte. Moisés entró en la nube y subió al monte. Y permaneció Moisés en el monte cuarenta días y cuarenta noches”.

En la gran epopeya sánscrita del Mahabharata, fue Maia el constructor, ingeniero y arquitecto de los Asuras, quien diseñó y construyó un gran habitáculo de metal, que fue trasladado al cielo. Era solamente uno de muchos habitáculos similares. Cada una de las divinidades Indra, Yama, Varuna, Kuvera y Brahma, disponía de uno de estos aparatos metálicos y voladores. De allí extractamos la siguiente narración:
"Obedeciendo la voz del espíritu, Narayana convoca a Danaba
el disco destructor. Danaba surgió del cielo con armas como
trompas de elefantes, despidiendo relámpagos espantosos,
capaces de destruir las ciudades enemigas. Y este disco,
resplandeciendo con fuegos destructores que salían por todas
partes, destruyó a los Daltyas a millares."


En el "Bhisma Parva" hallamos este párrafo.-
"Es un rayo desconocido-, gigantesco, mensajero de la muerte
que redujo a cenizas a los Vrishnis y a los Andhakas. Los
cadáveres quemados no eran reconocibles. A los muertos
se les caía el cabello y las uñas... Cukra, volando en una
"Vimana" de gran poder, lanzó sobre la triple ciudad un
objeto único cargado con la fuerza del Universo. Una
humareda incandescente, parecida a diez mil soles, se elevó
esplendoroso. Cuando la "Vimana" descendió del cielo, se
vio como un reluciente bloque de metal posado en el suelo".


- Libro de Krishna, cap. 15“... Era capaz de moverse sobre el agua y bajo el agua. Podía volar tan alto y veloz que resultaba imposible de ver. Aunque estuviese oscuro, el piloto podía conducirlo en la oscuridad”.

Sin embargo, no solo los textos hindúes nombran a las Vímanas, sino que muchas de las escrituras del oriente antiguo mencionan naves poderosas capaces de surcar, incluso, las estrellas.
El Canchur, un libro milenario tibetano del cual fue descifrado un porcentaje mínimo, también abunda en menciones de naves como burbujas o perlas espaciales capaces de transportar gente a grandes velocidades.
La Epopeya de Gilgamesh, anterior a las escrituras bíblicas y conocida por su similitud con varios pasajes de la misma, hace referencia a una experiencia a bordo de un vehículo de bronce desde el cual la Tierra se veía como “una pasta de harina, y el mar como un pilón de agua”.

El escritor chino Wang Jia, que vivió bajo la dinastía de los Tshin, relata en su libro Reencuentro una historia acaecida en el siglo IV antes de JC: «Durante los 30 años del reinado del emperador Yao, una inmensa nave flotaba por encima de las olas del mar del Oeste. Sobre esta nave, una potente luz se encendía de noche y se apagaba de día. Una vez cada 12 años, la nave daba una vuelta por el espacio. Por esto se la denominaba Nave de Luna o Nave de las Estrellas».

En su obra Observaciones del Cielo, otro historiador, que vivió entre los años 960y 1279 nos da una imagen todavía más clara de esta nave del cielo, afirmando de ella: «Había una gran nave voladora expuesta en el palacio de la Virtud bajo la dinastía de los Tang. Medía más de 50 pies de largo, y resonaba como el hierro y el cobre, resistiendo perfectamente a la corrosión; se elevaba en el cielo para retronar después, y así continuamente.»

Leemos en los textos bíblicos cómo el profeta Ezequiel nos narra su encuentro en las inmediaciones de Babilonia, con un vehículo volante, que se le acercó tanto, que incluso vió a uno de sus tripulantes, el cual le habló a él personalmente.

"Cuando encontrándose él a orillas del río Kebar vio de pronto que venía del norte un torbellino de viento, y una gran nube, y una masa de fuego, y un resplandor alrededor de ella; y en su centro, esto es, en medio del fuego, una imagen como de bronce.” (Ez 1,4).
Ez.1-21. "Y mientras estaba yo mirando (…), apareció una rueda sobre la tierra, (…)
Y las ruedas y la materia de ellas era a la vista como crisólito, y las cuatro eran semejantes, y su forma y estructura eran como de una rueda que está dentro de otra rueda.Caminaban constantemente por sus cuatro lados, y no se volvían cuando andaban.
Asimismo las ruedas tenían tal circunferencia y altura que causaba espanto el verlas; y toda la circunferencia de todas cuatro estaba llena de ojos por todas partes.
Y caminando los seres vivientes, andaban igualmente también las ruedas junto a ellos; y cuando aquellos seres se levantaban de la tierra, se levantaban también del mismo modo las ruedas con ellos.

A cualquier parte donde iba el espíritu, allá se dirigían también en pos de él las ruedas; porque había en las ruedas espíritu de vida.
Cuando aquellos seres andaban, andaban las ruedas; parábanse, si ellos se paraban; y levantándose ellos de la tierra, se levantaban también las ruedas en pos de ellos; porque había en las ruedas espíritu de vida.

Esta visión que Ezequiel tuvo, y que está descrita con lujo de detalles en los textos bíblicos, fue detenidamente analizada por el ingeniero de la agencia espacial norteamericana - NASA- Josef Blumrich, quién concluyó que lo que vió el profeta fue efectivamente y sin ningún género de dudas una nave volante

Pero no conforme con eso, este ingeniero aeroespacial, que había participado en la construcción del Saturno V – el cohete que llevó a los astronautas a la Luna – diseñó y patentó (en 1974) en el Registro de Patentes de los Estados Unidos, bajo el número 3.789.947, una rueda omnidireccional inspirada en la muy extraña descripción de Ezequiel sobre aquellas ruedas cuya estructura era como de una rueda que está dentro de otra rueda, que caminaban por sus cuatro lados y no se volvían cuando andaban y estaban llenas de ojos por todas partes…

Tal invento, increiblemente fue rápidamente vendido por su calidad tecnológica en el mercado de automóviles, interesandose la multinacional Honda, la que gracias a los desarrolladores del robot Asimo presentaró en el salón del automóvil de Tokio el Honda Omni Traction Drive System o HOT Drive System, una aerodinámica rueda para sus modelos capaz de girar sin moverse del lugar hacia cualquier dirección que se desee, utilizándose además esta tecnología copiada de la descripción del profeta Ezequiel hace 2.600 años, en otra máquina que ya está vendiéndose en el mercado formal llamada el Enicycle, un ingenio de una sola rueda para el transporte personal, una especie de bicicleta sin manubrio, que permite desplazarse igualmente en cualquier sentido, sin poblemas de equilibrio y a distintas velocidades, que se cree, revolucionará los sistemas peatonales de movilización en las ciudades, en especial en los centros comerciales.
La situación de encontrar objetos voladores en cuadros religiosos no es extraña. Son muchas las obras de arte, a pesar que varias han sido retiradas por la Iglesia de la vista pública, las que por obra de prestigiados y reconocidos maestros de la pintura y la escultura, reflejan estas impresiones. Si bien es cierto algunas disimuladas, lo que es comprensible, pero valerosamene expuestas, como un gesto espontáneo de su comprometida sensibilidad artística con la verdad.
Curiosamente estos objetos extraños al tema religioso, que a todas luces aparecen como extemporáneos para su tiempo quizás por lo mismo, por ser desconocidos, no fueron notados por los mecenas que ordenaban estos trabajos. No olvidemos que estos mecenas del arte, eran generalmente Papas, Obispos y reyes de la antiguedad, que si bien es cierto no eran los más cultos, si eran los hombres más poderosos del momento, sino los más ricos de todo el mundo.
Ello se traducía en que por lucimiento personal, de su nombre y la grandeza de su ego, gastaban enormes sumas de dinero en contratar todo tipo de artistas, para los cuadros y estatuas que adornaban sus salones, para sus iglesias y sus amantes, riquezas que les llegaban gratuitamente a manos llenas, de las recaudaciones a los ingenuos devotos, por herencias, donaciones y aportes de enfermos terminales que seguían el consejo de sus confesores, además de la jugosa venta de indulgencias y el celoso afán de la inquisición por apoderarse de los bienes de sus miles de víctimas.

Este recuadro en el que vemos la imagen de otra figura esférica, fue extractada de “Le Livre Des Bonnes Meurs” del autor francés Jacques Legrand, que se encuentra actualmente en el Chantilly Condé’s Museum. Algunas personas dicen que esta esfera es un globo, pero ello no es posible por que en esos años aún no existían en Francia y la imagen no tiene simil con ninguna otra de su época. (Ref: 1338, 297, parte 15B 8).
Todo indica que se muestra la aparición de un objeto extraordinario en el cielo, lo que ahora llamamos Ovni.

Resulta interesante cotejarla y establecer algunas analogías, con esta fotografía del satélite Telstar I, el primer satélite artificial de telecomunicaciones comercial del mundo que fue puesto en órbita terrestre por los Estados Unidos. Lanzado el 10 de julio de 1962 por un cohete Delta, estaba diseñado para retransmitir televisión, teléfono y datos de comunicaciones a alta velocidad. Su nombre inspiró el del famoso balón de fútbol Adidas Telstar y se convirtió en un signo de modernidad y su nombre fue adoptado por todo tipo de productos comerciales.
El tema "Telsat" del grupo "Tornados" fue éxito número uno en Estados Unidos. En España. inspiró al conjunto "Los Relámpagos" para su "Constelación". Con la puesta en órbita del Telstar, se realizó la primera transmisión transcontinental de imágenes via satélite enlazándose 600 circuitos telefónicos simultáneamente.

“La Madonna de Saint Giovannino” está en la Galería Nacional, Londres. Data del S. XV y fue pintada por el florentino Domenico Ghirlandaio (1449-1494), sobrenombre de Doménico di Tommaso. En esta obra puede observarse en la parte superior derecha un objeto volador extraño con destellos de luz y más abajo un hombre con el brazo alzado sobre su rostro cómo si estuviese tratando de bloquear el sol para poder ver mejor el objeto que está en el cielo. El mensaje es absolutamente claro, el artista está mostrando un disco volante. Si en vida algún clérigo le preguntó que representaba eso, de seguro le dijo que "era el espíritu santo", o la luna, o tal vez el sol, que es la explicación que la Iglesia entrega en cada uno de estos cuadros cuestionados.
Se considera que el estilo de este artista es fracamente profano incluso en los temas religiosos. El pintor fue el maestro de Miguel Angel y compañero de taller de Da Vinci. Trabajó para los Médici y ambientó todas sus escenas sagradas en el interior de las lujosas casas de los burgueses más acaudalados de Florencia. Por ello se le considera el mejor cronista de las costumbres y la vida de su época. Hay también obras de Ghirlandaio en Pisa, San Gimignano y la Capilla Sixtina, donde acudió con otros importantes pintores en la embajada que los Médici enviaron al Papa para decorar esta iglesia.

Este otro cuadro representa a Jesús y María (¿o María Magdalena?... montados en un extraño artefacto lenticular. La pintura se titula “El Milagro de la Nieve” y fue realizada en 1428 por Masolino Da Panicale (1383-1440). Este cuadro se encuentra en la iglesia de Santa María Maggiore, Florencia.

En el retrato pueden apreciarse inequívocamente una flotilla de naves voladoras, que parecen escoltar a Jesús, que los comanda y que invaden el espacio aéreo visible. No sabemos que dicen de este cuadro los expertos de arte sagrado. A lo mejor que solo es granizo, o copos de nieve que sopló el Espíritu Santo...

Esta es una imagen muy potente que no puede prestarse a interpretaciones antojadizas o sectarias. El artista está representando en su obra objetos volantes. Los ha visto y por ello puede dibujarlos. Los usa en su cuadro y sabe que cualquier explicación que dé al respecto será aceptada por quienes le pagan. Basta que ponga "milagro" en el título para que cualquier cosa extraordinaria, locura o extravagancia, sea creída sin chistar por esos cristianos devotos, sean ilustrados o del vulgo.

La expresión en el rostro de la gente en el retrato es de recogimiento y acatamiento. La vista baja y la actitud concentrada es de temor y respeto. No hay júbilo ni aplausos ni sonrisas. Nadie se habla y ni siquiera miran hacia arriba, a ese espectáculo increíble y fantástico, de naves flotando en el aire y sobre la primera de ellas, Jesús y una mujer, donde el artista seguramente quiso mostrar a María.

Esta otra imagen es obra del artista flamenco Aert De Gelder (discípulo de Rembrandt) y se titula “El Bautismo de Cristo”, pintado en 1710 y se encuentra en el Fitzwilliam Museum,
Cambridge. Se observa claramente un objeto con forma de disco del que
emanan haces de luz, rayos que apuntan directamente sobre los personajes principales de la obra, San Juan Bautista que bautiza a Jesús. Delante del disco, se aprecia un objeto blanco, es la paloma representando al Espíritu Santo.

Extrañamente, son varios los artistas de los primeros siglos, que coinciden en representar eso tan complejo de asimilar y tan difícil de entender, como es ese tercer Dios de la trilogía cristiana, el Espíritu Santo, que al parecer era el único disponible para asistir a los eventos y milagros de la fe cristiana. Todos dibujan un disco adornado de luces en lo alto, en el cielo; o bien en forma de sombrero, como si el proceso de asociación mental usado para inspirarse en algo parecido que se alojara en sus mentes, cuando se trata de representar a los mensajeros del cielo, les trajera solo discos desplazándose en el espacio. Este fenómeno se conoce como nemotecnia. ¿Por qué pintar al espíritu Santo como un disco en el cielo, o un círculo de estrellas que es también un disco, cómo un objeto volador que emite señales a la distancia?

¿ No sería más lógico solo la paloma? ¿a qué viene un disco y una paloma, es decir dos entidades? ¿O es que el espíritu Santo viajaba en esa nave espacial?

¿Por qué tanta gente a través del tiempo y el espacio, atravesando civilizaciones y dogmas, desde los primero balbuceos del homo sapiens hasta hoy mismo, siglo de la conquista espacial y de explicaciones científicas acerca de todos los fenómenos que nos rodean, ha señalado contundentemente que hay una presencia extraterrestre en el planeta?

¡Con documentos, con leyendas y mitos presentes en todas las etnias, con rasgos comunes relativos a estos sucesos extraños, con dibujos pormenorizados de las maquinarias voladoras avistadas, de sus ocupantes!.

No se trata ya de ilusiones ópticas, de fenómenos producidos por fuerzas encontradas de la naturaleza, de lluvias o trozos de cuerpos celestes que caen en nuestra atmósfera.Los gobiernos más poderosos de la tierra, desde antiguo han estado atentos a estas manifestaciones, hay científicos y grupos especiales estudiando y compilando estas actividades, hay manuales de comportamiento e instrucciones secretas a los soldados, se hacen avances para compilar toda la información fidedigna retirándola de los tradicionales templos de acopio, los archivos reservados de las religiones más extendidas, los museos del mundo, los tesoros privados de coleccionistas de antigüedades y piezas arqueológicas.

Es cierto que hay muchas explicaciones, oficiales y extraoficiales. También están los excepticos y los anodinos, los que nada creen y aquellos a quienes no les interesa el tema.
Y aquellos otros, los que tienen intereses a favor o en contra.
Pero todos sabemos o intuimos, que se acerca el tiempo en que todo estará muy claro.

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