viernes, 30 de octubre de 2009

El Entetanimiento nos tiene hasta el cuello.



¡Qué falta de respeto, ¡Qué qué atropello a la razón! ¡Cualquiera es un señor! ¡Cualquiera es un ladrón! Discépolo.

Quién nos diría que el prolífico compositor argentino Enrique Santos Discépolo, actor, guionista de obras de teatro, compositor de tangos, cineasta de nota, autor de piezas inmortales como“esta noche me emborracho”, “malevaje”, “Yira Yira”, “soy un arlequín”, quien definió al tango como “un pensamiento triste que se baila”, iba con el tiempo a ser también futurólogo, visionario y profeta, dejándonos como doctrina su entrañable pieza “Cambalache”, donde sus artes adivinatorias, con su aderezo de descarnado lunfardo social, chorrean en cada rima dulzona y maleva, axiomas de la sabiduría popular de su tiempo.

Sin saberlo, cuando escribió en 1935 la letra y música de Cambalache, se estaba adelantando en sesenta años al revolucionario y siniestro concepto del Entetanimiento, (Tittytainment en inglés), una especie de entretenimiento mediocre y vulgar, palabra intermedia entre entontamiento y entretenimiento, pergeñada solo en 1995 por el politológo norteamericano de nombre ruso Zbigniew Brzezinski, que viene a ser un cóctel de varios otros conceptos, como la utilización de propaganda tendenciosa y populista, elementos de sicología de las masas, verdades a medias, doctrinas consagradas como autos de fe y divertimentos masivos como el fútbol, la tauromaquía, farándula, conciertos musicales, vida de famosos y otras niñerías que tienen el poder de ocupar el tiempo de la gente.

Todo ello, bazofia intelectual destinada a nutrir la vida del ser humano medio, para mantenerle convenientemente sedado, siempre ansioso y sobre todo servil ante los dictados de los todopoderosos, de la curia, de los expoliadores y negociantes mercenarios que constituyen los poderes fácticos de una minoría privilegiada que manipula, como si de marionetas se tratase, los hilos de las vidas y circunstancias de la mayoría de la raza humana, plataforma en que, -como sucede-, los simples mortales observamos atónitos las tremendas injusticias y salvajadas que ocurren en el mundo, sin vernos obligados a sentir remordimientos o sentimientos de culpa por permanecer al margen, ser cómplices involuntarios u observadores obsecuentes.
¡Que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé!
En el quinientos seis y en el dos mil también!

¿Acaso el ciudadano común ignora los reiterados informes de la ONU, que nos dicen que cada día mueren 4.500 niños en el mundo por falta de agua potable o saneamiento y que hay todavía otros mil cien millones de personas que no tienen acceso al agua. Y más aún, que existen unos 2.600 millones de personas que carecen de retretes, letrinas o algún tipo de canalización..?


¿Es un secreto que todos los días muere población civil en los salvajes ataques de las fuerzas israelitas sobre territorios palestinos, lo que recibe la repulsa de la mayoría de la gente y de los organismos internacionales?
¿Qué cada 3,6 segundos un niño muere de hambre, tras una agonía inimaginable y donde es evidente que nadie mueve un dedo para evitarlo, todo esto cuando la estadística nos dice que se produce más del doble del alimento necesario para alimentar al 100% de la población del planeta?

¿O tal vez alguien carece de información respecto de las amenazas del cambio climático que precisa acciones inmediatas de todos los gobiernos del mundo..? Y así , decenas de temas que producen sufrimiento, menoscabo o muerte de cientos de miles de personas, donde nosotros, esa mayoría espesa y municipal que se mueve como un rebaño, solo nos encojemos de hombros y a lo sumo comentamos:“¿Qué podemos hacer nosotros?” “Esto escapa a nuestros medios . “Así está hecho el mundo”. “Dios sabe por que lo hace”. Pobre gente". “Ese no es mi negocio”.

¡Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor..!
¡Ignorante, sabio, chorro, generoso o estafador!
¡Todo es igual! ¡Nada es mejor!
¡Lo mismo un burro que un gran profesor!

No, la gente no ignora ninguno de estos aspectos porque la información es hoy día planetaria.

Como decíamos, el vocablo Entetanimiento fue acuñado en 1995 por el ideólogo neoliberal Zbigniew Brzezinski, miembro de la Comisión Trilateral, (una organización internacional privada fundada en 1973 por David Rockefeller, establecida para fomentar una mayor cooperación entre Norteamérica, Europa, y Japón) y consejero del ex-presidente de Estados Unidos Jimmy Carter, durante la celebración del primer “Statte of The World Forum” en el Hotel Fairmont de la ciudad de San Francisco.

El objetivo de este encuentro a puertas cerradas constituido por 500 líderes mundiales, gobernantes, economistas, empresarios e intelectuales, muchos de los cuales llegaron bajo el más estricto secreto, entre ellos, Mijail Gorbachov, George Bush, Margaret Thatcher, Vaclav Havel, Bill Gates,Ted Turner, era determinar el estado del mundo, ante la constatación de que sólo un 20 por ciento de la población mundial será -en el siglo XXI- necesario para el sostenimiento del aparato económico del planeta. El 80 % restante se convierte en un lastre inútil al que hay que tener controlado y dirigido de alguna forma para que no se convierta en hostil. Es decir, allí se anticipó una herramienta de control de la población y una estrategia de entretenimiento forzado que tenía que convertirse en un verdadero alimento para las masas, para mantener su buen humor cuando poco a poco no dispongan de trabajo ni de oportunidades ciertas de progreso personal.

Ahí tenemos como claro ejemplo el de las últimas pandemias que aterrorizaron a la gente. En 1985 se declaró como pandemia la enfermedad de Creutzfeldt-Jacob conocida como de “las vacas locas”, que no resultó ser tal. Luego vino el Síndrome Agudo respiratorio Severo (SARS, neumonía asiática) por la que OMS declaró alerta mundial en 2003, la que también se desinfló.
A continuación tuvimos la gripe aviaria en el 2003 cuya anunciada letalidad mantuvo al mundo en vilo hasta el 2005. Luego vino la gripe A (H1N1), también conocida como gripe porcina, que aún aterroriza diversas regiones. En casi todas ellas hubo veladas denuncias de ser experimentos médicos de grandes laboratorios que provocaron tales cepas artificialmente. Ninguna de estas tan cacareadas pandemias produjo una mortalidad espectacular que superase los fallecimientos normales que ocurren cada año con el resfrío común, diarreas, sarampión, dengue, neumonia u otras, y sin embargo, nadie hace escándalo al respecto.

En el mundo mueren cada año dos millones de niños por diarrea, lo que podría evitarse si hubiera en esas áreas un simple suero oral cuyo costo no supera los 25 centavos de dólar. Otros diez millones de personas mueren cada año de enfermedades curables como el sarampión y las que mencionábamos, pero ello no es divulgado suficientemente y no se declaran pandemias. La gripe aviar, que como todos recordamos fue anunciada como las mas letal del siglo solo provocó la muerte de 250 personas en todo el mundo en 10 años.
¿No trae esto a la memoria el temita del entetanimento?

La famosa farmacéutica Roche con su producto estrella “apto para cualquier tipo de pandemias y a solo 50 dólares la cajita”, Tamiflú, vendió millones de dosis a los países asiáticos y a todo gobierno existente en el mundo que tuvo dinero para comprar. Aunque nunca se estableció que este fuera realmente eficaz para la gripe aviar y luego para la de los cerdos, solo el gobierno británico compró 14 millones de dosis para prevenir a su población. Para que decir sus socios del Commonwealth.
Los Laboratorios Roche y Relenza, las dos más grandes empresas dedicadas a los antivirales obtuvieron miles de millones de dólares en ganancias con estas falsas pandemias.

De paso, esta preocupación mundial por la salud familiar hacía olvidar las crisis políticas y escándalos gubernamentales de los países más poderosos del Orbe, en el Medio Oriente, Afganistán, los asesinatos masivos de la zona de Gaza, la guerra del petróleo contra Irak, las torturas de Guantánamo…

La administración Bush lideró la campaña de advertencia de estas pandemias utilizando todos los foros mundiales a su disposición para prevenir a los pueblos amigos para que se tomaran precauciones sobre tan terribles flagelos. Pero finalmente una hilacha de toda la trama quedó al descubierto. La empresa norteamericana Gilead Sciences era la que distribuía y tenía patentado el Tamiflú. Curiosamente el principal accionista de esta empresa, vale decir su propietario, era nada menos que un conocido personaje gubernamental del gobierno americano, durante más de diez años considerado como uno de los hombres de más poder en el orbe, Donald Rumsfeld, en ese momento Secretario de Defensa de George Bush, el artífice de casi todas las últimas conflagraciones bélicas americanas e ideólogo de la invasión a Irak.

¡Dale nomás! ¡Dale que va! ¡Que allá en el horno nos vamo a encontrar!
¡No pienses más, sentate a un lao que a nadie importa si naciste honrao!
Es lo mismo el que labura noche y día, como un buey,
Que el que vive de los otros, que el que mata o el que cura, o está fuera de la ley.

Algunos dicen que ésta, es una más de las llamadas teorías de la conspiración de sectores radicales que ven en el Entetanimiento la propaganda que las élites neoliberales suministran a la población de los países democráticos para que no protesten y toleren sin rechistar políticas que les perjudican y empobrecen el mundo.

Pero nada es más cierto que la mayor parte del dinero y el poder esta radicado en solo el diez por ciento de una elite privilegiada que posee el 80% de la riqueza mundial y que el otro 90% del resto de la humanidad debe conformarse con sacarle mendrugos al 20% sobrante para poder sobrevivir. Bajo esa perspectiva el concepto Entetanimiento es una medida absolutamente lógica de los poderosos, para cautelar que este estado de cosas nunca cambie y que las masas hambrientas, ataquen sus comercios y propiedades, como ha ocurrido ya en algunos países europeos y los despojen de sus bienes.

¡Cualquiera en un señor!
¡Cualquiera es un ladrón!

Hitler, en su libro “Mi Lucha”, escribió: “A través de una propaganda constante y astuta se puede hacer que la gente vea el paraíso como si fuera el infierno y viceversa, que considere la forma de vida más miserable como el propio cielo”.Por su parte David Rokefeller, considerado como uno de los hombres más ricos de la tierra afirmaba que: “La forma de hacer dinero consiste en comprar cuando la sangre corre por las calles”

Siglo veinte, cambalache problemático y febril!
El que no llora no mama, y el que no afana es un gil.

El Entetanimiento no es un tema cualquiera ni existe solo en el los últimos decenios. Estaba latente en todas las sociedades y no es otra cosa que el pan y el circo que daban los Césares al pueblo para distraerlos de los manejos del estado, pero ahora ha sido institucionalizado por los grupos de poder y no solo eso, sino que ya se ha pasado a la acción y eso es lo que nos cuenta Gabriel Sala, licenciado en derecho y escritor español que en su primer ensayo nos ha entregado esta denuncia impactante que ha sido recogida en todas las latitudes.

Su libro, titulado Panfleto contra la estupidez contemporánea, contesta una serie de interrogantes que muchos científicos e intelectuales han señalado acerca, de cómo no se hacen mayores esfuerzos para detener urgentes problemas ecológicos como la pérdida de la biodiversidad, la disminución de nuestros bosques y la desaparición de especies marinas, el calentamiento global o el agujero en la capa de ozono y si hay interés efectivamente en los líderes mundiales de hacer esfuerzos reales para detener la catástrofe que parece inminente, y hasta dónde llegará el planeta tierra si se siguen los dictados de los garúes noliberales que controlan los centros de poder de las instituciones financieras y comerciales internacionales ,que son dóciles a unos pocos países dueños de estos capitales.

Para completar esta información me permití recoger de la página “Solodelibros”, la laboriosa felicidad de la lectura, el inteligente comentario de la Sra.Castro, que a este respecto opina:

"Este “Panfleto contra la estupidez contemporánea”, que Gabriel Sala ha pergeñado con veracidad y vehemencia, debería ser lectura obligada para todos los que vivimos en la actualidad en esas democracias occidentales de las que tan orgullosos nos sentimos y que deseamos imponer como modelo al resto del planeta.

Este libro pretende ser una invitación a reflexionar sobre una realidad sombría que el autor presenta de manera descarnada ante nuestros ojos. De manera somera, sin detenerse demasiado en las causas, aunque apuntándolas brevemente, Gabriel Sala dibuja ante nuestros ojos un panorama que todos conocemos ya sobradamente: la pobreza, que condena al hambre, a una vida sin esperanza y a la muerte a miles de personas; frente a una riqueza que cada vez se concentra en menos manos y más sucias, obtenida de forma espuria precisamente gracias a la explotación de los mismos a los que se condena a la miseria. Y como colofón, la pérdida paulatina pero incesante de las libertades y del estado de bienestar que una vez existieron en las sociedades democráticas.

Planteada esta realidad, que no por conocida deja de ser francamente espeluznante, lo que el autor del panfleto se pregunta es, precisamente, cómo esas situaciones han devenido cotidianas sin que los individuos que integran dichas sociedades se escandalicen, pidan explicaciones a quienes tiene autoridad para enmendarlas o tan siquiera se planteen de qué son resultado."


¡Da lo mismo que sea cura, colchonero, rey de bastos, caradura o polizón!
¡Que falta de respeto que atropello a la razón!

Seguidamente agrego significativos fragmentos del Panfleto contra la estupidez contemporánea de su autor Gabriel Sala.

"El entetanimiento pretende convencer al individuo de que la situación económica y social mundial contemporánea es inevitable, que deriva directamente de la naturaleza de las cosas y que no ha sido una creación artificial y voluntaria de aquellos que se benefician de la misma. El entetanimiento persigue convencer al individuo de que no hay alternativa posible y de que, sobre todo, él, el individuo, no puede hacer nada al respecto, no puede hacer nada para cambiar la situación; con lo que lo más adecuado y razonable es sentarse ante la televisión, ganar dinero, consumir y no cuestionarse nada."
"Existen muchos tipos de entetanimiento. Desde el más burdo y degenerado, hecho por y para degenerados, como determinados programas de televisión (que no son otra cosa que pornografía emocional), hasta los pretendidos debates de intelectuales y políticos en los que se simula independencia y objetividad pero sólo se muestra servilismo y vil dependencia del adinerado y del poderoso; por no mencionar las presuntamente divertidas crónicas periodísticas de escritorzuelos de tres al cuatro que se consideran a sí mismos intelectuales valiosos, pero que son incapaces del menor compromiso y se limitan a halagar el ego de los lectores y difundir los mitos imbéciles que perpetúan en el poder a otros imbéciles, de quienes esperan recibir una recompensa en su momento."
"El entetanimiento es el método que se ha revelado más eficaz para ocultar una realidad cada vez más insoportable que pugna por abrirse camino en las conciencias de todos aquellos seres humanos que conservan algo de dignidad, de respeto por sí mismos y de amor por la humanidad. El entetanimiento como forma de control de los individuos, y de perpetuación de una serie de paradigmas que los someten en beneficio de unos pocos, es un método que se ha ido puliendo a lo largo del siglo pasado y que hoy, en los inicios del siglo XXI, ha alcanzado una sólida y saludable madurez."


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