sábado, 12 de septiembre de 2009

NOE, EL TATARA ABUELO DE MANDRAKE EL MAGO.-

“Yo formo la luz y creo las tinieblas, doy la prosperidad y causo el mal, yo Jehova hago todas estas cosas”Isaías 45:7

Interpretación mítica y versión casera de la Biblia.

Las cosas nunca han sido fáciles para nadie y de seguro menos para Dios, con tanto trabajo que se dio creando al mundo, a su Corte Celestial compuesta de Angeles, a los hombres y todas las criaturas vivientes. Y planificando el futuro de la humanidad, trazando el destino de las gentes y colocándose omnipresentemente como hacedor, testigo y conocedor de todas las leyes que rigen el Universo. Eso de que lo hizo en seis días y luego descansó un poco el séptimo impresiona muy bien. Le da un carisma de SuperDios, de deidad que sabe lo que hace.... Otra cosa impresionante es que creó el mundo de la nada, y al hombre incluso con ombligo y a los animales con edad aparente, es decir ya crecidos, sin desarrollo evolutivo. Y lo mismo hizo con todas las criaturas que puso en el Jardín del Edén.
No obstante si examinamos su obra bajo la mirada crítica del siglo veintiuno, donde todos sabemos algo de mercadotecnia, si nos detenemos en particular a lo relativo a los seres humanos, es fácil llegar a la conclusión que probablemente las cosas no le salieron de acuerdo a lo planeado.
Es más, todo le salió torcido. Eso no tiene que haberle gustado.
No resulta sorprendente entonces, que sus numerosas salidas de madre, su fama de Dios violento y vengativo y sobre todo su ira asesina -que según relatan pasajes de la Biblia-, lo conducen a la destrucción no solo de sus detractores, sino -como en el caso de Sodoma y Gomorra a la total destrucción de ciudades enteras,- iban indefectiblemente, si llegaba al paroxismo de su enojo, a desembocar en un magnicidio, el más grande de todos los tiempos, el exterminio total de todo lo creado.

Como es posible que haya personas que piensan que se está exagerando, o bien que no aceptan por una cuestión de sectarismo personal que en las Biblias existen exabrutos, discriminaciones inaceptables y crueldades de gran barbarie, me permito agregar un par de direcciones donde se registran 885 crueldades cometidas por Dios en la Biblia y 512 por Alá en el Corán. Lista de crueldades cometidas por Dios en la Biblia (en inglés):http://skepticsannotatedbible.com/cruelt…Lista de crueldades cometidas por Alá en el Corán (en inglés): http://skepticsannotatedbible.com/quran/...

Curiosamente, buscando anexar además el mismo tipo de exabrutos y crueldades del Angel Caído Luzbel, más conocido como Satanás, pensándose que habría una cantidad de citas parecidas en la Biblia Católica, solo se encontraron dos, la primera cuando se ensaña contra Job y la segunda cuando tienta a Jesús en el desierto, probablemente porque en el afán de los escribas bíblicos o de la curia, de no dejar rastro de este personaje ocultando a sus fieles su historial, también desaparecieron aquellos dislates que pudieron existir al respecto, con lo que resulta que el demonio, comparado con Yhavé, es una blanca paloma.


A pesar que no tenemos en la actualidad otro Dios para compararlo y hacer un parangón de su mayor o menor eficiencia de su gestión como Hacedor Supremo, dado que todos los existentes derivan de un tronco común -los llamados libros sagrados- y que son en el fondo una copia corregida y aumentada de otros dioses anteriores, podemos concluir fehacientemente que una vez que puso manos a la obra para crear a Adán, que salió de un puñado de polvo que recogió del suelo, comenzaron para Elohim, que en hebreo antiguo significaba “los fuertes y poderosos”, (que la iglesia moderna ha desechado porque daba la idea que los dioses eran varios), una serie de problemas con los que no había contado.
Su experimento primigenio no parecía feliz y se paseaba aburrido por el jardín del Edén, sitio regio donde supuestamente no había lugar sino para maravillarse porque todos los días había novedades, nuevas creaciones espectaculares, aves, flores y animales sofisticados, frutos novedosos. Pero eso no satisfacía a Adán, se sentía desorientado y muy solo. Pensarlo y contárselo a Dios fue todo uno.
Dios le complació, tomó otro puñado de tierra y le hizo una hermosa compañera a la que llamó Lilith, pero por un descuido involuntario ésta salió muy rebelde y caprichosa, una feminista que quería hacer el amor encima de Adán y además se permitió llamar a Dios por su verdadero nombre, insolencia inexcusable que estaba prohibida...
El creador, disgustado la expulsó del Paraíso y ella se fue con los demonios jurando venganza y no quiso regresar jamás. Esto violentó profundamente a Elohim, llamado después por error Jehová siendo rectificado a Yahvé, y ahora, simplemente Dios, que se reprochaba haber sido tan descuidado al recoger polvo contaminado, quizá con fecas de alguna de las bestias. Pero viendo que su criatura predilecta, que creó con tanto amor a su imagen y semejanza, fornicaba con toda clase de hembras de los animales que vagaban en los alrededores, decidió traerle otra compañera, pero esta vez, sacando experiencia de su yerro anterior, no utilizó polvo ni barro sino que la construyó a partir de una costilla de Adán, a la que llamo Eva.

Pero todo iba de mal en peor, la mayor parte de su ejército de ángeles y arcángeles, sus creaciones anteriores que conformaban su reino, se encontraba en rebeldía porque Luzbel o Lucifer, su ángel de confianza, el de mayor jerarquía después de Dios mismo, de quien se decía que irradiaba tanta bondad que la luz de su amor llenaba de éxtasis a sus hermanos, se mostró partidario de entregar conocimiento al hombre, desaprobando a Dios cuando este prohibió a la primera pareja humana comer frutos del árbol del conocimiento. Dios no quería que el hombre fuese sabio ni inmortal como los dioses, pero Lucifer abogaba porque así como los ángeles tenían este don, los hombres también debían tenerlo. Esta discusión trajo como consecuencia una verdadera división en el ejército celestial a la que sucedió una sangrienta guerra donde no hubo vencedores ni vencidos, solo compartimentación de territorios y áreas de influencia. El cielo para Dios y el Infierno para Lucifer, con un tramo intermedio que se acordó llamar Purgatorio.
Allí las almas se sopesarían, de acuerdo a un complicado procedimiento de juzgamiento de sus actos terrenos, para determinar donde sería su destino. Por supuesto no había lugar para una elección voluntaria. Por eso eran las complicaciones, porque había que establecer un complejo sistema evaluativo que fuese absolutamente justo y equitativo. Con el tiempo, Lucifer se convirtió en Satanás y luego el fanatismo religioso fundamentalista, presente en todas las religiones, incluidas las judeo-cristianas lo estigmatizó como el diablo o demonio, representante del mal, eliminando en la Biblia hasta hoy, toda mención sobre él.
Luego lo que todos sabemos; los hijos de Adán y Eva y su sucesión salieron unos "malandrines" mal criados y se mataron entre ellos. Las tribus que nacieron de sus generaciones solo pensaban en mentir y engañar y desde luego en fornicar y dejaron de adorarle reemplazándole por otras creencias, por ídolos y efigies. Por otra parte había muchas quejas y maldiciones en su contra. Que el clima era muy frío, que las cosechas no prosperaban, que se morían las bestias domésticas, que los rayos quemaban los bosques y un sinfín de otras calamidades que debía solucionar a diario.
Hastiado de estas criaturas desagradecidas y del quehacer con que lo agobiaban sus creaciones estrella, en un momento de exasperación incontrolable decidió eliminarlas de la faz de la tierra. De seguro pensó en varios métodos ya que no resultaba nada fácil eliminar de una sola vez a los varios millones de seres vivientes que ya poblaban el mundo. Pensemos en las fieras del bosque, en la fauna, las aves, los reptiles y la flora, en los organismos microscópicos, en las especies marinas y en los humanos.
Sin revocar su cruel determinación pero consciente de su fracaso en la Gan Obra, Dios decidió mostrar un gesto de reconocimiento a quienes habían mantenido un comportamiento ejemplar y ese era el caso de Noé, uno de sus pocos seguidores. Según el Génesis, Noé fue el único varón justo de toda su generación, puesto que los demás, influenciados por los hijos de los “Angeles Caídos” (los Nefilim), la facción disidente que luchaba contra Dios, un pueblo de gigantes o titanes hijos de los “hijos de Dios” y las "hijas del hombre" estaban confabulados en su contra.
Llamó al fiel Noé y le dijo. Mira, he decidido acabar con todo lo que respire sobre la tierra, para lo cual haré llover hasta que todo se inunde y las criaturas se ahoguen, pero si tú quieres salvarte junto a tu familia y deseas salvar a todas las especies que he creado, construye un barco, toma una pareja de cada especie y luego cuando todo vuelva a ser como antes, deja que se reproduzcan y todo empiece de nuevo.
(Y dijo Jehová: "Raeré de sobre la faz de la Tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho. Génesis 6:7)
("He decidido el fin de todo ser, porque la Tierra esta llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la Tierra".Génesis 6:13)
("Hazte un arca de madera de gofer; harás aposentos en el arca, y la calafatearas con brea por dentro y por fuera. Y de esta manera la harás: de trescientos codos la longitud del arca de cincuenta codos su anchura, y de treinta codos su altura. Una ventana harás al arca, y la acabaras a un codo de elevación por la parte de arriba; y pondrás la puerta del arca a su lado; y le harás piso bajo, segundo y tercero." Gn. 6:14-169)
(“Y de todo lo que vive, de toda carne, dos de cada especie meterás en el arca, para que tengan vida contigo; macho y hembra serán. De las aves según su especie, y de las bestias según su especie, de todo reptil de la tierra según su especie, dos de cada especie entrarán contigo, para que tengan vida. Génesis 6:19-20)
(“De todo animal limpio tomarás siete parejas, macho y su hembra; mas de los animales que no son limpios, una pareja, el macho y su hembra. También de las aves de los cielos, siete parejas, macho y hembra, para conservar viva la especie sobre la faz de la tierra. Génesis 7:2-3). ("Y toma contigo de todo alimento que se come, y almacénalo, y servirá de sustento para ti y para ellos. Génesis 6:21).

Me permito aquí, hacer algunas reflexiones personales, ya que esta parte de los escritos sagrados, que se supone son palabras expresadas por el mismo Dios, adquieren a mi juicio gran relevancia, principalmente porque dejan establecido que en esos tiempos Dios se daba el tiempo para hablar directamente con los humanos que le simpatizaban, darles órdenes e incluso escuchar sus argumentaciones y sugerencias. Ello es indudablemente un raro privilegio difícil de creer, pues lo habitual es que los dioses hablen por intermedio de sus profetas. Da la impresión que este Dios guerrero y depredador era también un solitario que a veces se sentía nostálgico y buscaba compañía. ¿O es que no confiaba ya en nadie y debía resolver sus asuntos en persona..? Hoy eso no ocurre con ningún Dios y no se tiene noticia, a lo menos en los últimos 2000 años de nada parecido. Tal vez se aburrió de esta modalidad. Claro que puede ser solo desinformación de mi parte, teniendo en cuenta que hay cientos de sujetos en el mundo que dicen haber escuchar la voz de Dios dictándoles mensajes. Muchos de ellos, eso si, fueron quemados en la hoguera por la celosa Inquisición que no aceptaba mensajes externos y casi todos los demás son alojados en hermosos resort donde la única obligación es usar un camisón blanquizco. Y aún hay unos cuántos, conocidos como síquicos que “hablan con Dios”, lo entrevistan telepáticamente o a través de “un medium” y le piden su opinión para algunos clientes a quienes luego timan. Estos últimos son a mi juicio, irremediablemente “carne de cárcel”. Y el otro punto a destacar es su implicito reconocimiento a que la Creación se le fue de las manos. ¿Qué tipo de Dios es éste que se arrepiente de su obra?
Noé, que sabía como se las traía Dios, acató de inmediato tal orden y puso manos a la obra. Claro está que el pobre no sabía el lío en que se había metido. Obviamente toda esta operación era muy costosa. Y no solo eso, sino muy sacrificada y de largo aliento. En ninguna parte del libro sagrado aparece cuánto capital aportó Dios para que Noel cumpliera su cometido, pero hay que suponer que los gastos no pudieron solo correr de parte de Noé, que no debió ser hombre rico. Si Dios no le ayudó, se justificaría la velada acusación de que además era un Dios avaro, especie atribuida más tarde a todo el pueblo judío. No olvidemos que estamos hablando del Dios de los judíos, el Dios de Israel adoptado después por el catolicismo.

Como es fácil apreciar, los inconvenientes que se presentaban a Noé para cumplir su cometido eran excepcionalmente complicados. En aquellos tiempos la gente era muy modesta y solo existían como medio de subsistencia la ganadería, la pesca y la agricultura. El forjado del hierro y la existencia de cobre u otros metales era absolutamente rudimentaria y no había diques o infraestructura y ni siquiera barcos de gran calado que tomar de modelo. Tampoco hay información respecto si para tal empresa Noé contó con ayuda de otras personas. Probablemente este proyecto era reservado porque estas personas indudablemente también querrían salvarse y subir al barco, lo que no era posible porque contrariaba las órdenes del Hacedor.
Para tener una idea de la tarea encomendada hay que pensar en un barco de tamaño superior al Titanic o a las gigantescas naves de turismo que actualmente conocemos. Qué construir tamaña embarcación precisaba de maderas, herramientas y elementos especiales, tanto para darle solidez a la embarcación como para conseguir los tres niveles que Dios le ordenó fabricar para ubicar las jaulas con las diferentes especies. Luego había que pensar en las jaulas mismas, probablemente todas diferentes. En la comida para estos miles de animales, en la forma de almacenamiento y administración, que por supuesto tenía que ser de varios tipos, granos, carne, etc., en la ventilación y circulación de aire y hasta había que pensar en como sacar las deposiciones o excrementos de tanta bestia entre las ocho personas que constituían su grupo familiar. Si sacamos cuenta que Noé, como digno nieto de Matusalén (“cuando muera, será enviado” en hebreo) -que se dice murió a los 969 años de edad y la persona más vieja que se menciona en el Antiguo Testamento,- tenía cerca de seiscientos años de edad cuando fue interpelado por Dios, resulta para cualquiera comprensible que estamos hablando de un anciano.
Pese a ello, Noé laboró infatigablemente junto a su parentela, según algunas cuentas, durante 120 años hasta completar su cometido, lo que no deja de ser una gracia si se piensa que debió cazar, arrear y enjaular alrededor de 25 mil especies distintas de animales, reptiles y aves, subirlas y acomodarlas dentro de la embarcación y esperar el mentado Diluvio.
Así tenemos que este abuelito junto a su familia que aparentemente también eran bastante longevos, debió darse el no despreciable trabajo (quizá debiésemos decir peligroso oficio) de agarrar uno a uno los elefantes, los leones, las jirafas, los cangurus, los osos polares, los tigres de Bengala, los búfalos, las serpientes pitones, los cocodrilos, los rinocerontes y los otros miles de animales, que por mucho que Dios se los haya acercado hasta los alrededores de su casa, le tienen que haber causado muchos sustos y peligros, así como la utilización de innumerables artilugios de su invención para ponerlas de dos en dos en sus respectivas jaulas.
Todo ello, suponiendo que la captura de estos especímenes ocurrió cuando la barcaza estaba lista, por que si Dios le allegó estos 25.000 animalejos, que multiplicados por dos serían 50 mil ejemplares cuando le hizo “el encarguito” de construir el Arca, significaría que el pobre Noé debió cuidar, alimentar y mantener a salvo estas especies durante los últimos 120 años, lo que nos traería una primicia que no se menciona en ningún texto sagrado, que los animales también en ese tiempo mítico ostentaban esa curiosidad de ser como los humanos longevos, cosa que obligaría a los sostenedores del Record Guiness, a recoger estas estadísticas.


Lo que no se entiende, es cómo Dios con su infinito poder, sencillamente no le puso a su amigo y seguidor un barco completo, bien hecho y seguro, con animales arriba y todo. Con buena comida y hasta con ceremonia de lanzamiento. Todo ésto, más algunas investigaciones cojonudas que hemos hecho, nos llevan a pensar que la única forma factible para que Noé pudiera cumplir este compromiso y Dios no lo fulminase en conjunto con sus seres queridos con algún tipo de rayo mortal, es que haya sido, como se nos dijo de muy buena fuente, el antecesor en línea de consanguineidad directa con el único mago de la historia que llevó a cabo hazañas imposibles, también de nombre Noé, pero más conocido como Mandrake El Mago.


Por fin, el cielo se estremeció con el ruido del trueno y los destellos de miles de rayos y los cielos se abrieron dejando caer un inusitado y poderoso aluvión de agua, que jamás cesó en 40 días y cuarenta noches y hete aquí que un buen día Noé, sus familiares y las 25 mil especies de animalejos se vieron flotando sin destino, porque sería mucho pensar que el esforzado Noé, además de carpintero, constructor de barcazas, cuidador de fieras, financista de la operación y justísimo hombre bueno, fuese además marino con suficiente destreza para dirigir esta gigantesca embarcación (a remo claro, porque aún no existían los motores).
Del cielo, dice la biblia, caían torrentes de agua que cubrían poco a poco toda la superficie de la tierra, destruyendo a toda la humanidad y las criaturas de aire y tierra, pues se supone que aquellas otras que podían sobrevivir en el agua no fueron recogidas, pues no corrían gran peligro. La barcaza con su carga genérica se balanceaba bruscamente amenazando con hundirse a cada momento con su precioso y peculiar cargamento pero resistía. Así pasaron cuarenta días y cuarenta noches. Por alguna razón, (divina por supuesto), Dios era aficionado al número 40, debió ser una especie de cábala o muletilla personal, una manía, porque este número se repite en varias historietas de la Biblia.
Al cabo de este tiempo dejó de llover y el agua descendía lentamente, pero durante casi un año, Noel ni sus acompañantes vieron tierra firme en el horizonte y se supone que a pesar que todos debieron estar muy ocupados alimentando, limpiando y dándole ejercicios a los animales para que no enfermasen o entumecieran, los alimentos forzosamente empezaban a escasear dramáticamente.
Nadie lo ha mencionado, pero conociendo la naturaleza humana, a veces me entra la insistente sospecha que más de alguien a bordo cayó en la tentación de hacerse un guiso de ave o engullir un trozo de carne fresca, bien asada. Si así ocurrió y alguna especie no llegó a su destino, la humanidad se perdió la oportunidad de admirar otra faceta de la inventiva del creador.


Finalmente, después de muchos días, el arca se asentó en el Monte Ararat, y las aguas retrocedieron por algunos días hasta que emergieron las cimas de las montañas. Entonces Noé envió a un cuervo que «salió, y estuvo yendo y volviendo hasta que las aguas se secaron sobre la tierra». Luego Noé envió una paloma, que regresó porque no tuvo donde posarse. Noé envió de nuevo a la paloma y regresó con una hoja de olivo en su pico y entonces supo que las aguas se habían retirado. Noé esperó siete días más y envió a la paloma una vez más, pero esta vez el ave no regresó. En el año 601 de la vida de Noé la Tierra se secó, y no obstante su deseo por abandonar el arca, Noé y su familia esperaron un mes más, hasta que que el Señor les ordenó salir.


Noé ofreció un sacrificio a Yahvé, y éste decidió que nunca volvería a maldecir a la Tierra debido al hombre, y que no volvería a destruir toda la vida en ella.
Para recordar esta promesa, Yahvé puso un arcoris en las nubes y dijo, “Y sucederá que cuando haga venir nubes sobre la tierra, se dejará ver entonces mi arco en las nubes, y lo veré, y me acordaré del pacto perpetuo entre Dios y todo ser viviente, de todo tipo sobre la Tierra".


"Sin embargo, un día los cielos y la tierra serán destruidos por fuego". (2 P. 3:6-7, 10, 12).


Antes de acabar, un último comentario. Quizá no el más importante pero si curioso y al parecer bastante frecuente y sobre todo muy instructivo para comprender un poco el pensamiento común de gran parte de la población. Se refiere a la extendida visión por parte de los creyentes fundamentalistas; primero, que todo lo que dice la Biblia es una verdad inconmovible y segundo, que esa convicción está acorazada por el fanatismo mas recalcitrante que no permite la intromisión no digamos del razonamiento científico, porque no podemos pedir que todas las personas sean medianamente instruidas, sino lo que es más grave, de la cultura universal y hasta del más elemental sentido común.


Transcribo textualmente algunos acápites de la página:, que no es la única de su tipo que podemos encontrar en una búsqueda corriente en internet: http://www.answersingenesis.org/sp/articles/2008/02/25/dinosaurs-on-noahs-ark


"La historia que todos hemos escuchado de las películas, la televisión, los periódicos, y la mayoría de las revistas y libros de texto es que los dinosaurios gobernaron la Tierra por 140 millones de años, se extinguieron hace 65 millones de años, y por lo tanto no se encontraban por ahí cuando Noé y compañía se embarcaron en el Arca hace unos 4.300 años.
Sin embargo, la Biblia nos da una cosmovisión completamente diferente de la historia de la Tierra (y por ende, de los dinosaurios). Como es la palabra de Dios escrita para nosotros, podemos confiar en que dice la verdad acerca del pasado.
Se puede hacer un cálculo matemático de la edad del universo estudiando cuidadosamente las Escrituras:
1. Dios hizo todo en seis días, y descansó el séptimo. (A propósito, esta es la base para nuestra semana de siete días: Éxodo 20:8-11). Prominentes eruditos hebreos indican que, basados en la estructura gramatical de Génesis 1, estos día' eran de duración normal, y no representaban largos periodos de tiempo.
2. Se nos dice que Dios creó al primer hombre y a la primera mujer, Adán y Eva, en el Día Seis, junto a los animales terrestres (que habrían incluido a los dinosaurios).
3. La Biblia registra las genealogías desde Adán hasta Cristo. Por las edades dadas en estas listas (y aceptando que Jesucristo, el Hijo de Dios, vino a la tierra hace unos 2000 años), podemos concluir que el universo sólo tiene unos cuantos miles de años (quizá sólo 6000), y no millones de años. De esta manera, los dinosaurios vivieron dentro de los últimos miles de años.
En Génesis 6:19-20, la Biblia dice que dos de cada clase de vertebrado terrestre (siete de los animales limpios) fueron traídos por Dios al Arca. Por lo tanto, los dinosaurios (vertebrados terrestres) estaban representados en el Arca.En esta misma página está un comentario anexo por Diego Pineda, fundador de la organización creacionista Planeta Joven :


"La Biblia, por ejemplo, como la Palabra de Dios, es el mejor fundamento sobre el cual basar todo nuestro pensamiento. Si comenzamos por la Biblia, podemos tener la confianza de que el Dios omnisciente y verdadero, nos dice la verdad acerca de la naturaleza humana y la historia del universo. Si alguien me dice que los dinosaurios vivieron hace más de 65 millones de años según el Discovery Channel, yo respondo que los dinosaurios vivieron hasta hace sólo unos cientos de años según Dios. (Sin descartar que hayan descendientes de los dinosaurios vivos, en lugares recónditos de la Tierra.)"


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