sábado, 15 de noviembre de 2008

EVA NUNCA FUE LA PRIMERA MUJER EN EL PARAISO...

"Nada es verdad, nada es mentira, todo depende del cristal con que se mira".
William Shakespeare

El mito católico oculta que Eva no fue la primera mujer de Adán y supuesta “madre de la humanidad”, sino LILITH. Y no es por ignorancia, ya que todas las religiones judeo cristianas toman su dogma de los mismos libros, que no son otra cosa que valiosas recopilaciones de los mitos, leyendas e historias que eran traspasadas de padres a hijos y de generación en generación, escritos que a su vez fueron tomados, extractados o modificados de las antiguas religiones politeístas de las culturas presentes en lo que en aquel entonces constituía todo el mundo conocido.
Como por ejemplo la historia del dios Persa MITRA, que precede al mito cristiano a lo menos en 600 años y que tiene una extraordinaria y sospechosa similitud con la vida de Jesucristo.
Mitra nació de una Virgen en torno al 25 de Diciembre. Tenía 12 compañeros o discípulos. Llevó a cabo multitud de milagros. Fue enterrado en una Tumba y después de tres días se puso nuevamente en pie. Su resurrección se sigue celebrando año a año. Se le llamaba “El buen Pastor”, “el profesor que viajaba”. “La verdad”, “El Redentor”, “El Mesías”. Mitra Fue Asociado con el León y el Cordero. Su día sagrado era el Domingo, llamado “Día del Señor”. La Fiesta principal de Mitra es la “Pascua”. Su religión, también tenía una “Cena” o Eucaristía. El mitraísmo se representa con una cruz en un círculo, que simboliza el sol. Las cuatro esquinas de la cruz representan el año solar. En el Cristianismo, la cruz representa el sufrimiento.

Otro ejemplo es el KRISHNA Indio cuya similitud con el rito cristiano es más asombroso aún, ya que hasta el nombre recuerda el de Cristo.
Krishna nació de una mujer virgen llamada Devaki. Su padre fue un carpintero. Su parto fue asistido por Ángeles, pastores y hombres sabios que le entregaron como regalo Oro, Mirra e Incienso. Fue perseguido por un tirano que asesinó a miles de niños. Krishna era de ascendencia Real. Fue bautizado en el Ganges. Hizo Milagros y Maravillas. Resucitó a muertos y curó a leprosos, a ciegos y a sordos. Krishna predicaba en parábolas enseñando la caridad y el amor. Vivía pobre y quería a los pobres. Se transfiguró frente a sus discípulos. Algunas leyendas relatan que fue crucificado en un árbol. Después de muerto, se puso en pié y ascendió a los Cielos. Krishna es llamado “Pastor de Dios”, “El señor de los Señores”, “El redentor”… Era la tercera persona de una “trinidad”. Declaró la resurrección y el camino hacia el padre. Era considerado el principio y el Fin (El alfa y Omega Cristiano también). Sus discípulos lo llamaban “Jezeus” representando con ese nombre la “esencia pura”. Anunció su regreso para luchar contra el Principe del Mal.

Otro gran ejemplo de cómo las distintas religiones van copiándose unas a otras lo constituye el mito de Buda.
500 años antes de Jesús nació Siddhārtha Gautama, el Buda, su madre fue Maya, una virgen que fue considerada la Reina de los Cielos; curiosamente, el nombre de Maya recuerda demasiado a María, así como su virginidad y su consideración mitológica de “Reina de los Cielos” Buda pertenecía a la realeza, Jesús pertenecía a la Estirpe real de David. Buda Aplastó la cabeza de la Serpiente. Llevó a cabo decenas de milagros. Curó a los enfermos. Alimentó a 500 hombres de una “canasta pequeña de pasteles”. Caminó sobre las aguas . Abolió la idolatría y predicó el establecimiento de un reino de rectitud. Enseñó la castidad, la moderación, la tolerancia, la compasión, el amor y la igualdad de todos los hombres. Se transformó en una Montaña (Recordemos el sermón de la Montaña de Jesús) . Fue crucificado en pecado, sufrió durante tres días en el infierno, para ascender posteriormente al Cielo. Se le llamó el Buen Pastor, el Carpintero y el Eterno.

Pero todo vino de más lejos, así llegamos al mito de HORUS.
La Leyenda egipcia de Horus es muy similar a la de Jesús, pero muchísimo más antigua, quizás se remonta a varios miles de años antes. Horus, nació de la Virgen Isis más o menos el 25 de Diciembre en una cueva. El parto de Isis fue anunciado por una estrella y fue atendida por tres hombres sabios. De niño fue un prematuro maestro en el templo y fue “bautizado” a los 30 años de edad. El hombre que bautizó a Horus se le llamaba Anup el “Bautista” . Horus Tenía 12 discípulos. Llevó a cabo muchos milagros y resucitó a un hombre llamado “El-Azar-us. Horus también caminaba sobre las aguas. Se transfiguró en una Montaña. Horus fue crucificado y enterrado para posteriormente resucitar. Se le conocía también como: La luz, el Mesías, el Ungido de Dios, el hijo del Hombre, el Buen Pastor, el Cordero de Dios, La Palabra. A Horus se le relacionaba con el Cordero, el León y el Pescado. El Epíteto de Horus era “el hijo siempre sentado al lado de “Ptah”. A Horus se le llamaba fonéticamente también como Krst o el primer ungido.
Como decíamos antes, todas estas leyendas y mitos que hoy podemos conocer y comparar gracias a la cibernética y el desarrollo informático, han estado presentes en todas las religiones y fueron los llamados “escritores sagrados”, quienes sea por falta de imaginación o exceso de malicia, los que fueron copiándolas y acomodándolas a su antojo o reescribiéndolas como originales, ocultando cuidadosamente a sus prosélitos sus verdaderas fuentes, amenazándose veladamente con la excomunión a aquellos curiosos que quisieran investigar más de la cuenta, así como con horribles tormentos en la “otra vida”, en el infierno, considerándose grave pecado poner en duda el credo, la palabra “divina” o la autoridad del clero de estas religiones llegándose al absurdo, en el caso del catolicismo, de considerar infalible la palabra del Papa en este tipo de materias dogmáticas, para poner fin a toda discusión o distinta interpretación.

Con la historia o alegoría "de la creación" pasa exactamente lo mismo. Gran parte de la humanidad cree firmemente el mito que Eva fue la primera mujer que existió en el Paraíso, sea porque así lo asimiló de sus lecturas religiosas o porque recogió el guarismo por osmosis cultural. Y este mismo segmento de gente por supuesto nada ha escuchado de LILITH, a pesar que ésta, se encuentra presente en forma importante en la mayoría de los mitos de estas antiguas culturas y religiones.
Encontramos las primeras referencias nada menos que en Mesopotamia, donde suele ser representada sosteniendo en sus manos la vara y el anillo de la autoridad real sumeria, además de una corona o turbante yacompañada por el pájaro de la sabiduría y el rey de las bestias. Para algunos Lilith corresponde a la Lamia de los griegos —una reina abandonada por Zeus—, a la Brunilda de los nibelungos en contraposición a Crimilda. Para otros tiene origen en un demonio asirio-babilonio llamado Lilit o Lilu. Si buscamos ese nombre, Lamia, encontramos a un vampiro. Lamia era la reina de Lybia y una mujer hermosa quien había engendrado hijos con Zeus.

Cuando Hera, la esposa de Zeus, descubrió esta relación, de acuerdo a su temperamento vengativo, forzó a la reina Lamia a devorar a sus propios niños. Una vez Lamia tuvo conciencia de ello en vez de arrepentirse, huyó. Zeus al enterarse se enfureció y la consideró como el máximo peligro para cualquier niño. A partir de ese momento la leyenda que rodea su nombre habla de una criatura de la noche que robaba a otras madres sus hijos, los destrozaba con sus garras como clavos antes de drenar la sangre de sus cuerpos. Una vez que la hermosa reina Lamia se transformó en una bestia horrible con la capacidad de hacerlo a voluntad fue imposible que volviera a ser la bella mujer que alguna vez había sido. En un plazo corto, el nombre de Lamia vino referir a las brujas y a los demonios femeninos que robaban a niños y seducían a los hombres para succionar su sangre hasta que su pasión hubiera pasado.

Las variaciones del mito llevan a Lilith a convertirse en seductora de los propios hijos de Adán y Eva (abordando a Caín con palabras de consuelo y reposo tras la muerte de Abel) o como la propia serpiente del Paraíso que presenta el torso de mujer mientras Satán era el cuerpo de serpiente y la voz que sedujo a Eva (como se representa en el fresco de Miguel Ángel de la Capilla Sixtina).

Un relato de Primo Levi nos recuerda que Lilith es la amante del mismo Dios creador y que sigue viviendo en el Mar Rojo comandando una corte de demonios. Otra tradición afirma que Samael, luego Satán, el ángel caído, se convierte en pareja de Lilith, e incluso que juntos seducen a Eva para que engendre a Caín. Otras referencias mitológicas afines a Lilith se pueden encontrar en la Brunilda de los Nibelungos, o en la diablesa babilonia Lilu. La misma Reina de Saba de Salomón es un trasunto de Lilith. Etimológicamente viene del hebreo layil, (noche), y aparece representada como un demonio nocturno peludo o como una mujer de cabellos muy largos.
En la Biblia aparece una fugaz alusión a Lilith. En Isaías 34,14 se explica con todo detalle cómo Dios con su espada mata a todos los habitantes de Edom, lugar poblado por enemigos acérrimos de los judíos, y que allí quedan como dueños y señores los animales. Buitres, serpientes... y Li
lith. "También allí Lilith descansará y hallará para sí lugar de reposo". Lilith ha sido traducido por lechuza o ardilla, evitando toda referencia a la figura precedente de Eva. En nota al pie se hace constar: "Los hebreos creyeron que significaba un ser diabólico, en forma femenina, noctívago, espantajo de la fantasía popular".

El origen de la leyenda que presenta a Lilit como primera mujer de Adán se encuentra en una interpretación rabínica de Génesis 1,27. Antes de explicar que el Dios Yahvé dió a Adán una esposa llamada Eva, formada a partir de su costilla (Génesis 2:4-25), el texto dice: «Creó, pues, Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo Creó; hombre y mujer los creó». Si bien hoy suele interpretarse ésto como un mismo hecho explicado dos veces, otra interpretación es que Dios creó en primer lugar una mujer a imagen suya, formada al mismo tiempo que Adán, y sólo más tarde creó de la costilla de Adán a Eva. La primera mujer a la que alude Gn. 1, 27 sería Lilith, la cual abandonó a su marido y el Jardín del Edén.

El Génesis Rabba, Midrás sobre el libro del Génesis (midras=término aplicado a los escritos explicativos de las interpretaciones que diversos rabinos dieron a las leyes y costumbres estipuladas en el Antiguo Testamento), recopilado en el siglo V en Palestina, señala que Eva no existía todavía en el sexto día de la Creación. Entonces el Dios Yahvéh había dispuesto que Adán diese nombre a todas las bestias, aves y otros seres vivientes. Cuando desfilaron ante él en parejas, macho y hembra, Adán —que ya era un hombre de veinte años— sintió celos de su amor, y aunque copuló con cada hembra por turnos, no encontró satisfacción en el acto. Por ello exclamó: «¡Todas las criaturas tienen la pareja apropiada, menos yo!», y rogó al Dios que remediara esa injusticia.
Según el Yalqut Reubeni, colección de comentarios cabalísticos acerca del Pentateuco, recopilada por R. Reuben ben Hoshke Cohen (muerto en 1673) en Praga, Yahvéh formó entonces a Lilith, la primera mujer, del mismo modo que había formado a Adán, aunque en lugar de polvo puro utilizó excremento y sedimentos.

Adán y Lilith nunca hallaron armonía juntos, pues cuando él deseaba tener relaciones sexuales con ella, Lilith se sentía ofendida por la postura acostada que él le exigía. «¿Por qué he de acostarme debajo de ti? —preguntaba—: yo también fui hecha con polvo, y por lo tanto soy tu igual». Adán replicó que él, siendo la imagen de Elohim, no se detendría a tal nivel de igualarse con Lilith, quien era simplemente una de tantas bestias en el campo creada para ayudarle, y de esa forma sería como ella permanecería siempre. Como Adán trató de obligarla a obedecer, Lilith, encolerizada fue con Yahweh y usó sus destrezas de seducción con él. Yahweh, conocido por su tacto suave ante las mujeres, fue finalmente inducido por la astuta Lilith a revelarle su nombre sagrado.
Cansada de que Dios no atendiera sus reivindicaciones, decidió abandonar el Paraíso, antes que someterse y renunciar a sí misma. Invocó el Nombre de Dios, innombrable en toda la tradición judía, por considerar que el Nombre verdadero de cualquier ser contiene las características de lo nombrado, y por lo tanto es posible conocer su esencia y adquirir poder sobre ello. Pronunciar el nombre de Dios se convierte, pues, en una osadía suprema, un acto de soberbia mucho mayor que el de hacer directamente oídos sordos ante sus mandatos; algo, en fin, demasiado grave. Abandonó volando el Paraíso con unas alas que el mismo Dios la dió (de ahí su semejanza con los súcubos) y voló lejos del Jardín y de Adán para siempre
Adán, mientras tanto, halló que él lamentaba la partida de Lilith. Fué con Yahweh y expuso su caso pidiendo el retorno de Lilith. Yahweh concordó que una criatura del Edén no debería partir tan fácil del reino, y dispuso tres ángeles para recobrarla.
Éstos tres, Senoy, Sansenoy, y Semangelof, pronto encontraron a Lilith en su cueva del Mar Rojo, donde cohabitaba y tenía hijos con diversos demonios y le exigieron su retorno con Adán por órdenes de Yahweh. Si se rehusaba, le infomaron, matarían a un ciento de sus hijos demonios cada día hasta que decidiera regresar.

Lilith exclamó que incluso esta suerte era mejor que regresar al Edén y a la sumisión a Adán. Tan pronto como los Ángeles cumplieron su amenaza, Lilith también hizo una terrible proclamación. En respuesta por el dolor infringido, mataría a los hijos de Adán. Juró atacar a los niños, e incluso a sus madres durante el nacimiento. Juró también que los recién nacidos estaban en peligro de ser objeto de su ira, las niñas por veinte días y los niños por ocho. No solo ésto, sino que también atacaría a los hombres en su sueño, robándoles su sémen para dar nacimiento a más niños demonios, que reemplazarían a esos asesinados cada día.

Ante la negativa de Lilith de regresar con Adán, Dios decidió dar una nueva compañera a su creación pues proclamó que "No es bueno que el hombre esté solo". Creó a Eva a partir de una de sus costillas, y por lo tanto sumisa al hombre.

Aquí están pues los elementos que distribuidos en diferentes manuscritos constituyen algunas de las cientos de similitudes rescatables de estas leyendas con que los escribas construyeron a su amaño las bases de varios credos religiosos aún en boga. Asombra constatar que en este verdadero "collage de religiones", separadas por el tiempo y el espacio todas dicen lo mismo y mencionan los mismos milagros, acontecimientos y vidas paralelas de quienes aparecen como sus guías, los que a su vez nacen misteriosamente de madres vírgenes, acontecimiento que no se ha repetido nunca más en la historia del mundo, quedando muy poco margen para pensar que se trata de una gran casualidad.

Nos es imposible dejar de comentar, a propósito de la creación de Lilith por parte de Yahweh en las deplorables condiciones en que debe haber estado el Paraíso, para que Dios recogiese excrementos y sedimentos en vez de polvo puro para su nueva creación, a menos que lo hubiese hecho a propósito o que, como suele ocurrir, se tratase de algún error al escoger la materia prima. Tampoco se dice en estos comentarios si el excremento era de quienes lo frecuentaban, a saber el mismo Dios, los ángeles y arcángeles, Adán y posiblemente algunas bestias, tomando porquerías con sus manos sagradas sin fijarse. No se comprende como un Dios que se respete puede cometer estos descuidos en algo tan importante como se supone era poblar la tierra con seres a su imagen y semejanza.

Tampoco resulta reconfortante saber por estos escritos aceptados como verdaderos por algunos dogmas, que nuestro primer padre, no desperdició oportunidad de fornicar con cada hembra de los distintos y se supone numerosísimos animales que el creador iba echando a diario al huerto del Edén, situación que le adjudica el poco honorable título de primer hombre del mundo en practicar zoofilia.

Por otra parte, es evidente que si en esos tiempos hubieran existido las regulaciones internacionales que hoy tiene el copyright o los derechos de autor, todos los credos nombrados estarían pagando millones de dólares a los representantes de las religiones más antiguas de donde calcaron sin rubor prácticamente todo el contenido y detalle doctrinario.

Resulta también indudable que Eva estaba predestinada a ser elegida por los dignatarios de estas religiones como la primera mujer existente en el Paraíso. De ninguna manera la pacata cúpula de estas congregaciones, evidentemente machistas y ultra conservadores iba a permitir que una mujer como Lilith, emancipada, rebelde, trasgresora, licenciosa y espontánea y sobre todo clara partidaria de la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer, idea inconcebible en esos tiempos, se constituyese en la representante del género femenino y en el modelo de las mujeres del mundo.

Había que ocultarla, borrar del Gran Libro toda mención sobre ella. Declarar apócrifos los textos donde se narraban sus historias y además era preciso denigrar su memoria, rebajándola no solo de su paso del Paraíso y de sus íntimos contactos con el Dios mismo y con Adán, sino que convertirla en un demonio abominable, en una Súcubo. Mejor aún en la reina de los demonios, en la esposa de Satanás, en la abominable asesina de infantes. En la espantable bestia del género, el demonio hecho mujer.