viernes, 22 de enero de 2010

El Vía Crucis de Haití recién está empezando.


La característica más significativa de la civilización moderna, es su tendencia a sacrificar el futuro a favor del presente. Con esta finalidad se ha prostituido todo el poder de la ciencia. William James.

La noticia más estremecedora de la ultima semana ha sido el terrible desastre haitiano, provocado por un inesperado terremoto de magnitud grado 7 de la escala Ritcher, que ha determinado la virtual destrucción de su capital Puerto Príncipe y la muerte violenta por aplastamiento de cerca de cien mil personas, siniestra cifra que se augura puede llegar a doscientos mil fallecidos, o quizás más, una vez que se levanten los escombros.

El país entero, sufre hambre y extrema pobreza y se encuentra en el límite de la resistencia humana para soportar tanta desgracia. Los daños materiales son inmedibles y los damnificados suman una gran parte de la población calculada en alrededor de 9 millones de habitantes.

Ya antes de este sismo, Haití reflejaba cifras abismantes de subdesarrollo, siendo el país más pobre de Latinoamérica y uno de los más empobrecidos del mundo. Sus expectativas de vida son bajísimas, existen alrededor de 120.000 casos de Sida y la infraestructura de sus servicios públicos es absolutamente básica. Ha sufrido en los últimos años graves pérdidas en vidas humanas y de su patrimonio a causa de sucesivos Huracanes, que entre otras secuelas, dejaron más de trescientos mil huérfanos y ha soportado en el pasado largas y salvajes ocupaciones de su territorio por parte de potencias imperialistas como Francia y Estados Unidos.

No hay que olvidar que los americanos ocuparon Haití militarmente desde el 28 de julio de 1915 permaneciendo allí imperturbables pese a las presiones de diversas naciones hasta el año 1934.
Al poco tiempo y quizás por la nostalgia de esta tierra, otra vez sus “caballos de Troya”, la Organización de los Estados Americanos (OEA) y luego la Organización de las Naciones Unidas (ONU), decretaron “sanciones” contra el nuevo régimen militar del general Raoul Cédras, siendo Haití objeto de un brutal bloqueo económico, similar al que afecta a Cuba, a partir de 1993.
A poco andar se desarrolló una nueva intervención militar de estos “campeones de la democracia” y otra vez las tropas norteamericanas desembarcaron en Haití el 19 de septiembre de 1994. La junta militar mencionada fue despojada del poder y el presidente Aristide, derrocado antes por los militares, fue restablecido en sus funciones en octubre de 1994. No obstante, Oh sorpresa, como su mandato llegaba a su fin y la Constitución no contemplaba reelecciones, se realizó una nueva, saliendo electo en una controversia de acusaciones de fraude, por decisión de una Junta Electoral, el candidato proclive a Estados Unidos, René Préval, de deslucida actuación de la tragedia en comento.

A este respecto Noam Chomsky en su artículo llamado "Pacificación Presidencial en América Latina" a propósito del absurdo que significa entregar el Premio Nobel de la Paz a presidentes de los Estados Unidos, se refiere a Thomas Woodrow Wilson (1856-1924) el vigésimo octavo Presidente de los Estados Unidos, Premio Nobel de la Paz en 1919 y dice: "su invasión a Haití en 1915 mató a miles, prácticamente reinstauró la esclavitud y dejó a gran parte del país en ruinas. Para demostrar su amor a la democracia, Wilson ordenó a sus marines desintegrar el Parlamento Haitiano a punta de pistola en represalia por no aprobar una legislación "progesista" que permitía a corporaciones estadounidenses comprar el país caribeño. El problema se remedió cuando los haitianos adoptaron una Constitución dictada por Estados Unidos, redactada bajo las armas de los marines. Se trataba de un esfuerzo que "resultaría benéfico para Haití", aseguró el Departamento de Estado a sus cautivos."

Como dato ilustrativo de la magnitud de estos desastres hay que decir que solo los 4 huracanes que golpearon duramente el país entre agosto y septiembre de 2008 (Fay, Gustave, Hanna, Ike), dejaron 793 muertos, 548 heridos, 310 desaparecidos y 800 mil personas damnificadas, mientras que 100 mil casas fueron destruidas y hubo pérdidas materiales importantes en 9 de los 10 departamentos, según los datos arrojados por el mismo gobierno.

Alrededor del 54% de la población vive bajo la pobreza extrema, calculándose que percibe US $1 por día y el 78% restante vive bajo la línea de pobreza percibiendo US $2 por día.

La inestabilidad social y económica del país, secuela de las abusivas administraciones francesa y americana en la isla, dejó un Estado paupérrimo y sin hábitos políticos, que vivió siempre en un ciclo interminable de asonadas y enfrentamientos internos que terminó por colapsar a su sociedad.

Ello motivó que las Naciones Unidas se apresurara, con una desacostumbrada diligencia y especial preocupación, -sin sentido ni objetivo práctico a nuestro juicio-, al menos para beneficio de los anfitriones, a mantenerse medio siglo, 50 años “visitando Haití”, (léase “administrando Haití) y además según se desprende de sus explicaciones y reporteres con el solo objeto de mantener informada a la comunidad internacional “sobre su situación".

Uno se pregunta ¿qué y a quien informaban realmente, y para qué? Todos sabemos que las noticias en nuestros días vuelan y salen en la prensa mundial y no se precisan veedores especiales para saber lo que ocurre en los lugares más recónditos del planeta. ¿Y qué de nuevo había que saber de Haití si no los estaban ayudando?, ¿ quizás, cuántos morían diariamente de hambre? Por lo tanto lo que hacía este contingente de personas que gozaban de buenos sueldos, viáticos, cómoda casa, asignaciones y franquicias especiales y buen status por ser funcionarios en servicio exterior, era informar al Gobierno americano naturalmente, ya que la mayoría de sus integrantes, son técnicos, soldados, agentes encubiertos de organismos de inteligencia y funcionarios administrativos de ese país.
Hasta el 30 de abril de 2009 había 9.072 efectivos uniformados, incluidos 7.046 soldados y 2.026 policías, apoyados por 498 funcionarios internacionales, 1.221 funcionarios nacionales y 196 voluntarios de la ONU, contándose entre sus autoridades los siguientes cargos y personas:

Un Representante Especial del Secretario General y Jefe de Misión;
Un Representante Especial Adjunto Principal del Secretario General;
Un Diputado Representante Especial del Secretario General y Coordinador Humanitario, Coordinador Residente y Representante Residente para el PNUD;
Un Comandante de la Fuerza;
Un Comisionado de Policía: y…
Bill Clinton, Enviado Especial del Secretario General.

¿Sabe alguien si en alguno de nuestros países, en particular aquellos que han tenido Golpes militares, estado de sitio, emergencias por terremotos o inundaciones u otro tipo de desazón social o desastre, en que Las Naciones Unidas haya declarado que estos hechos constituyen una amenaza a la paz y la seguridad de la región se haya enviado una legión de sujetos para que informara? ¿Y que se quedaran allí por una generación…?
Pues con Haití se tomó esta resolución que ha durado cincuenta años... ¿Curioso no?

En todo este largo tiempo se ha enviado decenas de delegados, comisiones especiales, misiones de alto nivel, y hasta una Misión Especial de la OEA para Haití. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, por su parte ha publicado ocho informes del país, realizado 15 visitas y cientos de otros acercamientos, entrevistas e investigaciones.
Cabe hacer presente que esta no es la única misión presente en Haití entre 1993 y el 2000. Algunas de éstas fueron: MIPONUH, UNTMIH, UNMISH Y UNMIH, que gastaron durante este tiempo, según una apreciación parcial, la nada despreciable cifra de US$ 427,9 millones (de dólares americanos)

Según datos del FMI y el Banco Mundial, la deuda externa total de Haití era en 2004 de US$ 1.257 millones y en 2008 de US $1.714 millones.

Importa decir y destacar entonces, que los gastos que ha significado la mantención de esta última “misión” de la ONU, (MINUSTAH) desde 2004 a junio de 2009, ya que aún no se dan los datos desde esa fecha al día de hoy, ascienden a la estratosférica suma de US $2.575.325.700, que se desmenuzan de la siguiente manera:


1 de mayo al 30 de junio de 2004: US $ 49.259.800
1 de julio de 2004 al 30 de junio de 2005: US $ 379.046.800
1 de julio de 2005 al 30 de junio de 2006: US $ 494.887.000
1 de julio de 2006 al 30 de junio de 2007: US $ 489.207.100
1 de julio de 2007 a 30 de junio de 2008: US $ 561.344.900
1 de julio de 2008 a 30 de junio de 2009: US $ 601.344.900
Esto es un promedio de cincuenta millones de dólares cada mes para mantener en Haití a estas personas “informando”. Dicho esto, nadie podrá decir que la función pública de fisgonear no es rentable.

Queda claro, que estas misiones de “buena voluntad” de la OEA, significaron varias veces la deuda externa total de Haití. Este dinero salió de los países signatarios de la ONU, de nuestros países y por ende de sus ciudadanos, que somos todos nosotros.
En 2004, "habiendo determinado que la situación en Haití seguía constituyendo una amenaza a la paz y la seguridad en la región” y actuando en virtud del Capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas, el Consejo de Seguridad, en su resolución 1542, de 30 de abril de ese año, decidió establecer la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH)". Esta misión, cuenta con tres representantes especiales del Secretario General y 498 funcionarios internacionales, siendo designado recientemente además, como Enviado Especial de Ban Ki-Moon, el ex Presidente Bill Clinton.



Lo verdaderamente curioso de esta increíble circunstancia de intervención internacional en el territorio haitiano, es que a nadie se le ha ocurrido que Haití ya habría salido hace años de su triste situación de atraso, si estas enormes cantidades de dinero, hubiese ido directamente desde las arcas de los países que hoy están pagando estas largas vacaciones de miles de funcionarios diplomáticos y soldadesca americana, al pueblo y gobierno de Haití.

Como todos sabemos por la información periodística, en estos días, Estados Unidos continúa enviando sofisticados barcos de guerra y grandes contingentes de soldados y pertrechos de guerra, tal cual lo ha hecho en innumerables “invasiones” de territorios que desea ocupar militarmente.

Esta situación límite, ha producido dos fenómenos: un importante despliegue de solidaridad de todas las naciones del mundo que han venido en socorro de estos desventurados hermanos que ni siquiera tienen un gobierno realmente representativo ni solvente que movilice recursos para socorrer los casos más urgentes; y, una manifiesta inquietud que proviene del mundo científico, de organizaciones internacionales preocupadas del cambio climático y de gobiernos de distinto signo, que sospechan que hay algo más gordo, más siniestro e interesado de parte de algunos de estos gestos de solidaridad, en particular de parte de Estados Unidos y un par de sus caballos de Troya, La Organización de Estados Americanos y las Naciones Unidas.

Esta última entidad, hace pocos días ha aprobado por unanimidad añadir 2.000 soldados y 1.500 policías a los 9.000 miembros de sus cuerpos de paz en Haití, medida que por supuesto ha sido justificada de inmediato por el presidente de Haití, René Preval, y su primer ministro, Jean Max Bellerive, a quienes no les parece curioso que USA mande soldados en vez de médicos, y armas en vez de medicamentos y alimentos, ni que esta exagerada presencia de tropas de guerra regulares americanas, sean consideradas “cuerpos de paz”.

Una de estas reacciones proviene de un reporte preparado por la Flota Rusa del Norte, que señala taxativamente “que el sismo que ha devastado a Haití fue el "claro resultado" de una prueba de la Marina Estadounidense por medio de una de sus "armas de terremotos". Desde finales de la década de 1970, los Estados Unidos han "avanzado enormemente" el estado de sus armas de terremotos y, según estos informes, ahora emplea dispositivos que usan una tecnología de Pulso, Plasma y Sónico Electromagnético Tesla junto con "bombas de ondas de choque".



El informe compara además la experimentación de la Marina Estadounidense de dos de estas armas de terremotos la semana pasada, cuando la prueba en el Pacífico causó un terremoto de magnitud 6.5 azotando el área alrededor de la ciudad de Eureka, en California sin causar muertes, pero con su prueba en el Caribe que causó ya, la muerte de al menos 140 mil inocentes.
De acuerdo al reporte ruso, el Departamento de Estado, USAID y el Comando Sur de los Estados Unidos comenzaron su trabajo de "invasión humanitaria" al enviar al menos 10.000 soldados y contratistas, para controlar, ahora en lugar de la ONU, el territorio haitiano luego del devastador "terremoto experimental".

Esta formal denuncia de la Jefatura de la Flota Rusa, coincide con la nutrida información de Agencias Gubernamentales de distintos países, connotados científicos , además de teorías e investigaciones que pueden encontrarse fácilmente en Internet, por medio de investigaciones independientes y videos, algunos de ellos de You Tube, de las cuales dejamos, a manera de complemento algunas direcciones.
HAARP: La Caja de Pandora
http://www.youtube.com/watch?v=HnTEaavFVbQ&feature=related
Proyecto Haarp la guerra electromagnética Pesadillas electromagnéticas
http://www.youtube.com/watch?v=a4ANRe73LKA
http://www.youtube.com/watch?v=MKimiEhswHo
http://www.haarp.alaska.edu/haarp/ant.html
Nikola Tesla - Forgotten Wizard - HAARP
http://www.youtube.com/watch?v=jBrneA-wQGA
http://www.youtube.com/watch?v=MNuwLcApUZ8&feature=related
HAARP y Terremotos - Documental
http://www.youtube.com/watch?v=dX7se6jUstI&feature=related

en Inglés:
http://www.bibliotecapleyades.net/ciencia/echelon/echelon01.htm

Agujero de gusano o HAARP? 9/12/2009 en Noruega y en Rusia...
http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=610795&highlight=


Desde hace años, diversos científicos vienen denunciando la existencia del llamado Proyecto HAARP.
Ya el 19 de Julio de 2005, el Profesor de Economía de la Universidad de Ottawa Michel Chossudovsky denunciaba que: “Pruebas científicas recientes revelan que el HAARP está en total funcionamiento y tiene la capacidad de provocar posibles inundaciones, sequías, huracanes y terremotos. Desde el punto de vista militar, el HAARP es un arma de destrucción en masa. Potencialmente, constituye un instrumento de conquista capaz de desestabilizar sistemas agrícolas y ecológicos de regiones enteras de una manera selectiva”.
Este vaticinio del profesor Chossudovsky ha resultado profético y como si de una profecía se tratase, diversas regiones del mundo que jamás habían tenido fenómenos parecidos, se han visto afectados por terribles inundaciones, largas sequías, seguidillas de huracanes y varios terremotos, fenómenos todos que han resultado con pérdida de vidas, de bienes, destrucción de cosechas y provocado terror y desesperación a miles de damnificados. Pero este científico nos dice más verdades:
“A pesar del amplio conocimiento científico, el asunto de las manipulaciones climáticas deliberadas con fines militares nunca ha formado parte explícitamente del orden del día de las Naciones Unidas sobre el cambio climático. Ni las delegaciones oficiales ni los grupos ecológicos que participaron en la Conferencia de La Haya sobre Cambio Climático (CO6) (Noviembre 2000) han planteado el amplio tema de "la guerra climática" o "las técnicas de modificación ambiental (ENMOD)" como elemento importante en la comprensión del cambio climático.”.
“El conflicto entre negociadores oficiales, ecologistas y grupos de presión que representan a negocios estadounidenses se centra en la rotunda negativa de Washington a cumplir los compromisos sobre la reducción de dióxido de carbono, contraídos de conformidad con el Protocolo de Kyoto en 1997. Los efectos de las tecnologías militares sobre el clima mundial no son motivos de discusión o preocupación. Los debates en curso, que a penas tratan el tema de los gases de efecto invernadero, benefician los objetivos estratégicos y de defensa de Washington”.

Por su parte la doctora Rosalie Bertell, reconocida mundialmente por su calidad de presidenta del International Instituto of Concern for Public Health (IICPH), confirma que los científicos militares estadounidenses están utilizando los sistemas climáticos como un arma potencial. Los métodos incluyen el aumento de la intensidad de las tormentas y la desviación de ríos de vapor en la atmósfera del planeta con el objetivo de provocar sequías o inundaciones.


Ya en los años setenta, el ex asesor de Seguridad Nacional Zbigniew Brzezinski había previsto en su libro "Between Two Ages" (Entre dos Eras) que: "La tecnología pondrá a disposición, de los líderes de las principales naciones, técnicas para llevar a cabo una guerra secreta, de la cual sólo habrá que evaluar a un mínimo número de las fuerzas de seguridad. Las técnicas de modificación pudieran emplearse para provocar largos periodos de sequía o de tormenta."

Marc Filterman, ex oficial militar francés, esboza varios tipos de "armas no convencionales" que utilizan frecuencias radiales. Se refiere a "la guerra climática", e indica que los Estados Unidos y la Unión Soviética ya habían "acumulado los conocimientos especializados necesarios para desencadenar repentinos cambios climáticos (huracanes, sequías) a principios del decenio de 1980. Estas tecnologías "ocasionan perturbaciones atmosféricas mediante la utilización de ondas de radares de Frecuencia Extremadamente Baja (ELF)".

“El Programa de Investigación de Aurora Activa de Alta Frecuencia (HAARP), con sede en Gokoma, Alaska, dirigido en conjunto por la Fuerza Aérea y la Marina de Guerra estadounidenses, es parte de una nueva generación de armas ultramodernas concebidas en el marco de la Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI) de los Estados Unidos. Este programa, ejecutado por la Air Force Research Laboratory’s Space Vehicles Directorate (dirección de vehículos espaciales del laboratorio de investigación de la Fuerza Aérea), constituye un sistema de antenas de gran potencia capaces de crear "modificaciones locales controladas en la ionosfera."

El científico Dr. Nicholas Begich, quien participa activamente en la campaña pública contra el HAARP, lo describe de la siguiente manera:

"Es una tecnología altamente poderosa de emisión de haces de ondas radiales que eleva zonas de la ionosfera (la capa superior de la atmósfera) concentrando un haz y calentando esas zonas. Entonces las ondas electromagnéticas rebotan hacia la tierra y arrasan con todo, vivo o muerto."

El contraste entre estas denuncias y el hermetismo de Estados Unidos y la ONU al respecto, ha generado que la opinión pública se encuentre confusa. El HAARP se ha mostrado a la opinión pública como un programa de investigación científica y académica. Sin embargo, documentos militares de los Estados Unidos indican que el objetivo del HAARP es "explotar la ionosfera para fines del Departamento de Defensa". Sin referirse al programa HAARP explícitamente, un estudio de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos se refiere al uso de "modificaciones ionosféricas inducidas" como un medio de alterar los regímenes meteorológicos así como de afectar las comunicaciones y el radar enemigos.

Otro informe de la doctora Rosalie Bertell, dice: “que el HAARP es parte de un sistema integrado de armas, que trae consecuencias devastadoras para el medio ambiente:
"Está relacionado con cincuenta años de programas intensivos y cada vez más destructivos, creados para comprender y controlar la atmósfera superior. Sería precipitado no asociar el HAARP a la construcción del laboratorio espacial que los Estados Unidos están planificando de forma independiente. HAARP forma parte integrante de una larga historia de investigación y desarrollo espaciales de carácter deliberadamente militar”.

“Las consecuencias militares que resultan de la combinación de estos proyectos son alarmantes… La capacidad de combinar el HAARP, el Laboratorio Espacial y el cohete, para generar grandes cantidades de energía, comparable con una bomba nuclear, en cualquier lugar de la tierra mediante rayos láser y haces de partículas, es escalofriante. Es probable que el proyecto se venda al público como un escudo espacial contra las armas venideras, o, para los más crédulos, un dispositivo para reparar la capa de ozono”.

"El HAARP podría contribuir al cambio climático mediante el bombardeo intensivo a la atmósfera con rayos de alta frecuencia…La devolución de ondas de baja frecuencia a una alta intensidad también podría afectar el cerebro de las personas, y no se podrían descartar los efectos en los movimientos tectónicos.

“De manera más general, el HAARP tiene la capacidad de modificar el campo electromagnético del planeta. Forma parte de un arsenal de "armas electrónicas" que los investigadores militares estadounidenses consideran como una "guerra más gentil y amable".

En febrero de 1998, en respuesta a un informe de la señora Maj Brito Theorin, miembro del Parlamento Europeo por Suecia y defensora de la paz durante mucho tiempo, el Comité del Parlamento Europeo de Política de Relaciones Exteriores, Seguridad y Defensa celebró audiencias públicas en Bruselas sobre el programa HAARP. La Propuesta de Resolución del Comité presentada al Parlamento Europeo es la siguiente:

"Considera el proyecto HAARP… en virtud de sus trascendentes efectos para el medio ambiente, como una inquietud mundial y exige que un organismo internacional independiente examine sus consecuencias jurídicas, ecológicas y éticas… (el Comité) lamenta la reiterada negativa del Gobierno de los Estados Unidos… a prestar declaración ante la audiencia pública… sobrelos riesgos ambientales y públicos del programa HAARP."

Sin embargo, la solicitud del Comité de que se redactara un "Libro Verde" sobre "los efectos medioambientales de las actividades militares", fue rechazada con toda tranquilidad, (por el delegado americano naturalmente) alegando que “la Comisión Europea carece de la jurisdicción necesaria para ahondar en "los vínculos entre el medio ambiente y la defensa".

Hace un par de días, el periodista José Luis Vivas, en su artículo estrategia del caos para una invasión” aparecido en el Diario digital ALAI, América Latina en Movimiento (http://www.alainet.org/active/35579
) recoge algo muy cierto que se ha hecho carne en la opinión pública internacional y que es la poca credibilidad que hoy merece Estados Unidos.La gente sabe que el Presidente de ese país es por antonomasia el hombre más poderoso del planeta, como lo es Estados Unidos como nación, pero también sabe por la experiencia Bush (y varios otros más como Nixon y Clinton, entre los más recientes), que los hombres poderosos pueden mentir. Y nadie puede olvidar cómo mintió referente a Irak. Cómo falsificó y distorsionó los hechos para avalar que Estados Unidos y sus aliados, también engañados por él, debían entrar en guerra con ese país: Todos pudimos establecer como maniobró para engañar a su Congreso y conseguir inmensos recursos. Como engañó a su ejército y lo mandó a la muerte y a cometer magnicidio contra un pueblo inocente. Cómo, al igual que lo hace el estado judío hoy en Gaza, se convierte en autor intelectual de asesinato selectivo, utilizando armas de gran sofistificación para eliminar a dirigentes y oficiales del ejército enemigo, sin importar sacrificar la vida de decenas de personas alrededor.

El mundo entero sufre todavía una de las crisis financieras más grandes de la historia, porque un Presidente americano torpe y mentiroso, crispó las relaciones interpaíses y creo una conflagración bélica que conllevó a ingentes gastos y desconfianza en todos los países del orbe, a causa de una guerra brutal caprichosa.

Hoy, otra vez la mirada pública se centra en los Estados Unidos porque todos ven como evade enfrentar los trastornos del cambio climático y se niega a obedecer y buscar las fórmulas para descontaminar el ambiente y dejar de ser el primer emisor de los gases de invernadero y continúa utilizando tecnologías sucias.
Transcribo algunos acápites de esta crónica de José Luis Vivas:

“El terremoto que arrasó Puerto Príncipe el 12 de enero pasado ofrece una pretexto inmejorable para justificar la enésima invasión y ocupación militar del Haití, ya ocupado desde 2004, pero ahora directamente por los principales promotores de esa ocupación, sin intermediarios. Motivos, políticos y estratégicos, no faltan. De paso, serviría para escarmentar al principal intermediario de la actual ocupación, Brasil, que a pesar de los buenos servicios prestados en Haití no se ha portado de la misma forma en relación al reciente golpe de Estado en Honduras.

Lo que hemos observado hasta el momento parece corroborar la tesis de que se está preparando una nueva ocupación militar, no humanitaria. Varios elementos lo indican como: fricciones con los actuales ocupantes, la Misión de Paz (MINUSTAH) de la ONU, especialmente con Brasil, que tiene el mando militar; entorpecimiento de la ayuda humanitaria y fomento de una situación de caos; y una campaña mediática consistente en la creación de una imagen de caos y violencia, que justificaría una ocupación ante la opinión pública. Como veremos abajo, todos esos componentes parecen estar presentes.
Hay motivos para sospechar que se está permitiendo deliberadamente el deterioro de la situación humanitaria en Haití. Por ejemplo la reconocida descoordinación en las tareas de rescate, ampliamente difundida por los medios. En teoría, correspondería a la ONU dirigir tales tareas, pero al parecer ésta ha sido desautorizada por los Estados Unidos, que ocupó desde primera hora uno de los puntos claves para la coordinación de las tareas de rescate, el aeropuerto. Sin el liderazgo de la ONU, y con un Estado haitiano “fallido” o, en lenguaje menos Orwelliano, quebrado de forma premeditada, no queda nadie que pueda dirigir las tareas de rescate eficientemente. Ciertamente tampoco las ONGs, que han venido recibiendo fondos internacionales para ejercer muchas de las funciones que deberían corresponder al gobierno haitiano. A las ONGs no se les puede exigir las mismas responsabilidades que a un gobierno, un hecho tal vez muy conveniente en estos momentos.

Otro elemento es la escasa prisa en el envío de ayudas por parte de EEUU, en contraste con la rapidez demostrada en a movilización militar. Incluso la distante China parece haberse adelantado a los Estados Unidos en el envío de auxilio. Así, el teniente general retirado del ejército estadounidense, Russell Honoré, que participó en las tareas de rescate tras el huracán Katrina en 2005, declaraba acerca de la situación de Haití tras el terremoto: “pienso que eso ya hemos aprendido durante el Katrina, llevemos agua y alimentos y comencemos a evacuar a la gente… Pienso que deberíamos haber comenzado con más premura”. Por ejemplo, mientras las fuerzas armadas de EEUU parecen haber sido movilizadas con bastante rapidez, un buque hospital de la marina se está preparando con más parsimonia: “es un buque lento, algo viejo, tardará una semana en llegar una vez que lo hayamos puesto a punto”, aclara un portavoz del Pentágono. Quizá no puedan hacer nada mejor con el viejo buque, pero deberían existir otros medios para acelerar las ayudas. Por ejemplo, se podría seguir la sugerencia algo herética de Lawrence Korb, ex secretario asistente de Defensa de EE.UU, de aprovechar los conocimientos de los cubanos en las tareas de rescate: “debemos pararnos y pensar que nuestro vecino Cuba cuenta con algunos de los mejores médicos del mundo… Deberíamos tratar de trasladarlos allí en nuestros vuelos “.

Todo eso nos deja la impresión que, en el mejor de los casos, las tareas de rescate no son una prioridad para el gobierno de EE.UU, al contrario de las puramente militares, como el envío de “3500 soldados de la 82 División Aerotransportada de Fort Bragg”, cuya misión “no está clara”, según el Christian Science Monitor . Pero quizá quede más clara con esta explicación del portavoz del Departamento de Estado de EE.UU Philip Crowley: “Nosotros no estamos adueñándonos de Haití. Estamos ayudando a estabilizar el país. Estamos ayudando en el suministro de material y socorro para salvar vidas, y vamos a permanecer allí a largo plazo para ayudar a reconstruir Haití.” Y también las palabras posteriores de la secretaria de Estado Hillary Clinton, asegurando que las fuerzas norteamericanas se quedarían en Haití “hoy, mañana, y previsiblemente en el futuro”.

Quizás una respuesta a esta fijación del Gobierno americano de quedarse en esta área caribeña, después de estar recibiendo “informes de su situación por

cincuenta años”, reside básicamente en dos puntos: Que, Haití además de poseer puertos de aguas profundas, que son muy escasos, se encuentra ubicado estratégicamente entre Cuba y Venezuela, y que, como aseguran varios científicos e informes de anteriores gobiernos y empresarios, la Isla posee inmensos yacimientos petrolíferos sin explotar, amén de otras riquezas, como diamantes, uranio, iridio y reservas de gas tal cual lo aseveran los científicos Daniel y Ginette Mathurin, quienes indican que bajo el suelo, Haití es rico en petróleo y combustibles fosiles, que fueron reconocidos por especialistas extranjeros y el gobierno de Haití.
"Hemos identificado 20 enormes reservas de petróleo, dice Daniel Mathurin. Indica que 5 de ellos son considerados muy importantes por los profesionales y políticos.
Mapa de recursos mineros en Haití y mostrando 5 sitios de petróleo, extractado desde el "Libro Blanco" de Fanmi Lavalas.


La meseta central, incluida la región de Thomond, la llanura de la Cul-de-sac y la bahía de Port-au-Prince están llenos de petróleo, dijo, agregando que las reservas de petróleo de Haití son más grandes que los de Venezuela . "Una piscina olímpica en comparación con un vaso de agua que es la comparación para demostrar la importancia del aceite de Haití en comparación con los de Venezuela", explica, siendo.
Venezuela es uno de los mayores productores mundiales de petróleo".

Daniel Mathurin revela que las investigaciones de varios gobiernos anteriores han permitido comprobar la existencia de estos grandes depósitos de petróleo. Se recuerda a un documento del Partido Lavalas al poder en 2004, que había especificado el número de sitios en hidrocarburos Haití.

De acuerdo con Daniel y Ginette Mathurin, la región del lago, con ciudades como Thomazeau y Cornillon, contiene grandes depósitos de petróleo.

Preguntado sobre la no explotación de estos sitios, Ginette Mathurin, dijo que estos depósitos están declaradas como reservas estratégicas de los Estados Unidos de América. Si bien manifestando su incomprensión de tal situación, recuerda que el Caribe es considerado ”el patio trasero” de los Estados Unidos.

Sin embargo, Daniel y Ginette Mathurin indican que el gobierno de los EE.UU. en 2005 autorizó el uso de reservas estratégicas de los Estados Unidos. Esta puerta debe ser utilizada por negociaciones con políticos de Haití para poner en marcha empresas de EE.UU. en la perspectiva de la explotación de estos depósitos agrega Daniel Mathurin.

Además expertos sostienen que el gobierno de Jean Claude Duvalier había verificado la existencia de un gran yacimiento en la bahía de Port-au-Prince, poco antes de su caída y que
hay anteedentes que los Estados Unidos encontró petróleo en Haití hace décadas y debido a las circunstancias geopolíticas y los intereses de las grandes empresas de esa época tomó la decisión de mantener el aceite de Haití en reserva para cuando el petróleo del Medio Oriente se hubiera secado.
Si todo esto es verdad y en consideración a que este combustible es cada vez mas escaso, especialmente por el embargo de petróleo de los años 70, el advenimiento de la OPEP, el aumento del factor
Venezuela, la crisis del Golfo seguido por la guerra de Irak (por el petróleo), todo hace pensar que Estados Unidos ha apostado por el petróleo de Haití.


Como dice un viejo adagio: "Si el río suena, piedras lleva.."