viernes, 30 de octubre de 2009

El Entetanimiento nos tiene hasta el cuello.



¡Qué falta de respeto, ¡Qué qué atropello a la razón! ¡Cualquiera es un señor! ¡Cualquiera es un ladrón! Discépolo.

Quién nos diría que el prolífico compositor argentino Enrique Santos Discépolo, actor, guionista de obras de teatro, compositor de tangos, cineasta de nota, autor de piezas inmortales como“esta noche me emborracho”, “malevaje”, “Yira Yira”, “soy un arlequín”, quien definió al tango como “un pensamiento triste que se baila”, iba con el tiempo a ser también futurólogo, visionario y profeta, dejándonos como doctrina su entrañable pieza “Cambalache”, donde sus artes adivinatorias, con su aderezo de descarnado lunfardo social, chorrean en cada rima dulzona y maleva, axiomas de la sabiduría popular de su tiempo.

Sin saberlo, cuando escribió en 1935 la letra y música de Cambalache, se estaba adelantando en sesenta años al revolucionario y siniestro concepto del Entetanimiento, (Tittytainment en inglés), una especie de entretenimiento mediocre y vulgar, palabra intermedia entre entontamiento y entretenimiento, pergeñada solo en 1995 por el politológo norteamericano de nombre ruso Zbigniew Brzezinski, que viene a ser un cóctel de varios otros conceptos, como la utilización de propaganda tendenciosa y populista, elementos de sicología de las masas, verdades a medias, doctrinas consagradas como autos de fe y divertimentos masivos como el fútbol, la tauromaquía, farándula, conciertos musicales, vida de famosos y otras niñerías que tienen el poder de ocupar el tiempo de la gente.

Todo ello, bazofia intelectual destinada a nutrir la vida del ser humano medio, para mantenerle convenientemente sedado, siempre ansioso y sobre todo servil ante los dictados de los todopoderosos, de la curia, de los expoliadores y negociantes mercenarios que constituyen los poderes fácticos de una minoría privilegiada que manipula, como si de marionetas se tratase, los hilos de las vidas y circunstancias de la mayoría de la raza humana, plataforma en que, -como sucede-, los simples mortales observamos atónitos las tremendas injusticias y salvajadas que ocurren en el mundo, sin vernos obligados a sentir remordimientos o sentimientos de culpa por permanecer al margen, ser cómplices involuntarios u observadores obsecuentes.
¡Que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé!
En el quinientos seis y en el dos mil también!

¿Acaso el ciudadano común ignora los reiterados informes de la ONU, que nos dicen que cada día mueren 4.500 niños en el mundo por falta de agua potable o saneamiento y que hay todavía otros mil cien millones de personas que no tienen acceso al agua. Y más aún, que existen unos 2.600 millones de personas que carecen de retretes, letrinas o algún tipo de canalización..?


¿Es un secreto que todos los días muere población civil en los salvajes ataques de las fuerzas israelitas sobre territorios palestinos, lo que recibe la repulsa de la mayoría de la gente y de los organismos internacionales?
¿Qué cada 3,6 segundos un niño muere de hambre, tras una agonía inimaginable y donde es evidente que nadie mueve un dedo para evitarlo, todo esto cuando la estadística nos dice que se produce más del doble del alimento necesario para alimentar al 100% de la población del planeta?

¿O tal vez alguien carece de información respecto de las amenazas del cambio climático que precisa acciones inmediatas de todos los gobiernos del mundo..? Y así , decenas de temas que producen sufrimiento, menoscabo o muerte de cientos de miles de personas, donde nosotros, esa mayoría espesa y municipal que se mueve como un rebaño, solo nos encojemos de hombros y a lo sumo comentamos:“¿Qué podemos hacer nosotros?” “Esto escapa a nuestros medios . “Así está hecho el mundo”. “Dios sabe por que lo hace”. Pobre gente". “Ese no es mi negocio”.

¡Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor..!
¡Ignorante, sabio, chorro, generoso o estafador!
¡Todo es igual! ¡Nada es mejor!
¡Lo mismo un burro que un gran profesor!

No, la gente no ignora ninguno de estos aspectos porque la información es hoy día planetaria.

Como decíamos, el vocablo Entetanimiento fue acuñado en 1995 por el ideólogo neoliberal Zbigniew Brzezinski, miembro de la Comisión Trilateral, (una organización internacional privada fundada en 1973 por David Rockefeller, establecida para fomentar una mayor cooperación entre Norteamérica, Europa, y Japón) y consejero del ex-presidente de Estados Unidos Jimmy Carter, durante la celebración del primer “Statte of The World Forum” en el Hotel Fairmont de la ciudad de San Francisco.

El objetivo de este encuentro a puertas cerradas constituido por 500 líderes mundiales, gobernantes, economistas, empresarios e intelectuales, muchos de los cuales llegaron bajo el más estricto secreto, entre ellos, Mijail Gorbachov, George Bush, Margaret Thatcher, Vaclav Havel, Bill Gates,Ted Turner, era determinar el estado del mundo, ante la constatación de que sólo un 20 por ciento de la población mundial será -en el siglo XXI- necesario para el sostenimiento del aparato económico del planeta. El 80 % restante se convierte en un lastre inútil al que hay que tener controlado y dirigido de alguna forma para que no se convierta en hostil. Es decir, allí se anticipó una herramienta de control de la población y una estrategia de entretenimiento forzado que tenía que convertirse en un verdadero alimento para las masas, para mantener su buen humor cuando poco a poco no dispongan de trabajo ni de oportunidades ciertas de progreso personal.

Ahí tenemos como claro ejemplo el de las últimas pandemias que aterrorizaron a la gente. En 1985 se declaró como pandemia la enfermedad de Creutzfeldt-Jacob conocida como de “las vacas locas”, que no resultó ser tal. Luego vino el Síndrome Agudo respiratorio Severo (SARS, neumonía asiática) por la que OMS declaró alerta mundial en 2003, la que también se desinfló.
A continuación tuvimos la gripe aviaria en el 2003 cuya anunciada letalidad mantuvo al mundo en vilo hasta el 2005. Luego vino la gripe A (H1N1), también conocida como gripe porcina, que aún aterroriza diversas regiones. En casi todas ellas hubo veladas denuncias de ser experimentos médicos de grandes laboratorios que provocaron tales cepas artificialmente. Ninguna de estas tan cacareadas pandemias produjo una mortalidad espectacular que superase los fallecimientos normales que ocurren cada año con el resfrío común, diarreas, sarampión, dengue, neumonia u otras, y sin embargo, nadie hace escándalo al respecto.

En el mundo mueren cada año dos millones de niños por diarrea, lo que podría evitarse si hubiera en esas áreas un simple suero oral cuyo costo no supera los 25 centavos de dólar. Otros diez millones de personas mueren cada año de enfermedades curables como el sarampión y las que mencionábamos, pero ello no es divulgado suficientemente y no se declaran pandemias. La gripe aviar, que como todos recordamos fue anunciada como las mas letal del siglo solo provocó la muerte de 250 personas en todo el mundo en 10 años.
¿No trae esto a la memoria el temita del entetanimento?

La famosa farmacéutica Roche con su producto estrella “apto para cualquier tipo de pandemias y a solo 50 dólares la cajita”, Tamiflú, vendió millones de dosis a los países asiáticos y a todo gobierno existente en el mundo que tuvo dinero para comprar. Aunque nunca se estableció que este fuera realmente eficaz para la gripe aviar y luego para la de los cerdos, solo el gobierno británico compró 14 millones de dosis para prevenir a su población. Para que decir sus socios del Commonwealth.
Los Laboratorios Roche y Relenza, las dos más grandes empresas dedicadas a los antivirales obtuvieron miles de millones de dólares en ganancias con estas falsas pandemias.

De paso, esta preocupación mundial por la salud familiar hacía olvidar las crisis políticas y escándalos gubernamentales de los países más poderosos del Orbe, en el Medio Oriente, Afganistán, los asesinatos masivos de la zona de Gaza, la guerra del petróleo contra Irak, las torturas de Guantánamo…

La administración Bush lideró la campaña de advertencia de estas pandemias utilizando todos los foros mundiales a su disposición para prevenir a los pueblos amigos para que se tomaran precauciones sobre tan terribles flagelos. Pero finalmente una hilacha de toda la trama quedó al descubierto. La empresa norteamericana Gilead Sciences era la que distribuía y tenía patentado el Tamiflú. Curiosamente el principal accionista de esta empresa, vale decir su propietario, era nada menos que un conocido personaje gubernamental del gobierno americano, durante más de diez años considerado como uno de los hombres de más poder en el orbe, Donald Rumsfeld, en ese momento Secretario de Defensa de George Bush, el artífice de casi todas las últimas conflagraciones bélicas americanas e ideólogo de la invasión a Irak.

¡Dale nomás! ¡Dale que va! ¡Que allá en el horno nos vamo a encontrar!
¡No pienses más, sentate a un lao que a nadie importa si naciste honrao!
Es lo mismo el que labura noche y día, como un buey,
Que el que vive de los otros, que el que mata o el que cura, o está fuera de la ley.

Algunos dicen que ésta, es una más de las llamadas teorías de la conspiración de sectores radicales que ven en el Entetanimiento la propaganda que las élites neoliberales suministran a la población de los países democráticos para que no protesten y toleren sin rechistar políticas que les perjudican y empobrecen el mundo.

Pero nada es más cierto que la mayor parte del dinero y el poder esta radicado en solo el diez por ciento de una elite privilegiada que posee el 80% de la riqueza mundial y que el otro 90% del resto de la humanidad debe conformarse con sacarle mendrugos al 20% sobrante para poder sobrevivir. Bajo esa perspectiva el concepto Entetanimiento es una medida absolutamente lógica de los poderosos, para cautelar que este estado de cosas nunca cambie y que las masas hambrientas, ataquen sus comercios y propiedades, como ha ocurrido ya en algunos países europeos y los despojen de sus bienes.

¡Cualquiera en un señor!
¡Cualquiera es un ladrón!

Hitler, en su libro “Mi Lucha”, escribió: “A través de una propaganda constante y astuta se puede hacer que la gente vea el paraíso como si fuera el infierno y viceversa, que considere la forma de vida más miserable como el propio cielo”.Por su parte David Rokefeller, considerado como uno de los hombres más ricos de la tierra afirmaba que: “La forma de hacer dinero consiste en comprar cuando la sangre corre por las calles”

Siglo veinte, cambalache problemático y febril!
El que no llora no mama, y el que no afana es un gil.

El Entetanimiento no es un tema cualquiera ni existe solo en el los últimos decenios. Estaba latente en todas las sociedades y no es otra cosa que el pan y el circo que daban los Césares al pueblo para distraerlos de los manejos del estado, pero ahora ha sido institucionalizado por los grupos de poder y no solo eso, sino que ya se ha pasado a la acción y eso es lo que nos cuenta Gabriel Sala, licenciado en derecho y escritor español que en su primer ensayo nos ha entregado esta denuncia impactante que ha sido recogida en todas las latitudes.

Su libro, titulado Panfleto contra la estupidez contemporánea, contesta una serie de interrogantes que muchos científicos e intelectuales han señalado acerca, de cómo no se hacen mayores esfuerzos para detener urgentes problemas ecológicos como la pérdida de la biodiversidad, la disminución de nuestros bosques y la desaparición de especies marinas, el calentamiento global o el agujero en la capa de ozono y si hay interés efectivamente en los líderes mundiales de hacer esfuerzos reales para detener la catástrofe que parece inminente, y hasta dónde llegará el planeta tierra si se siguen los dictados de los garúes noliberales que controlan los centros de poder de las instituciones financieras y comerciales internacionales ,que son dóciles a unos pocos países dueños de estos capitales.

Para completar esta información me permití recoger de la página “Solodelibros”, la laboriosa felicidad de la lectura, el inteligente comentario de la Sra.Castro, que a este respecto opina:

"Este “Panfleto contra la estupidez contemporánea”, que Gabriel Sala ha pergeñado con veracidad y vehemencia, debería ser lectura obligada para todos los que vivimos en la actualidad en esas democracias occidentales de las que tan orgullosos nos sentimos y que deseamos imponer como modelo al resto del planeta.

Este libro pretende ser una invitación a reflexionar sobre una realidad sombría que el autor presenta de manera descarnada ante nuestros ojos. De manera somera, sin detenerse demasiado en las causas, aunque apuntándolas brevemente, Gabriel Sala dibuja ante nuestros ojos un panorama que todos conocemos ya sobradamente: la pobreza, que condena al hambre, a una vida sin esperanza y a la muerte a miles de personas; frente a una riqueza que cada vez se concentra en menos manos y más sucias, obtenida de forma espuria precisamente gracias a la explotación de los mismos a los que se condena a la miseria. Y como colofón, la pérdida paulatina pero incesante de las libertades y del estado de bienestar que una vez existieron en las sociedades democráticas.

Planteada esta realidad, que no por conocida deja de ser francamente espeluznante, lo que el autor del panfleto se pregunta es, precisamente, cómo esas situaciones han devenido cotidianas sin que los individuos que integran dichas sociedades se escandalicen, pidan explicaciones a quienes tiene autoridad para enmendarlas o tan siquiera se planteen de qué son resultado."


¡Da lo mismo que sea cura, colchonero, rey de bastos, caradura o polizón!
¡Que falta de respeto que atropello a la razón!

Seguidamente agrego significativos fragmentos del Panfleto contra la estupidez contemporánea de su autor Gabriel Sala.

"El entetanimiento pretende convencer al individuo de que la situación económica y social mundial contemporánea es inevitable, que deriva directamente de la naturaleza de las cosas y que no ha sido una creación artificial y voluntaria de aquellos que se benefician de la misma. El entetanimiento persigue convencer al individuo de que no hay alternativa posible y de que, sobre todo, él, el individuo, no puede hacer nada al respecto, no puede hacer nada para cambiar la situación; con lo que lo más adecuado y razonable es sentarse ante la televisión, ganar dinero, consumir y no cuestionarse nada."
"Existen muchos tipos de entetanimiento. Desde el más burdo y degenerado, hecho por y para degenerados, como determinados programas de televisión (que no son otra cosa que pornografía emocional), hasta los pretendidos debates de intelectuales y políticos en los que se simula independencia y objetividad pero sólo se muestra servilismo y vil dependencia del adinerado y del poderoso; por no mencionar las presuntamente divertidas crónicas periodísticas de escritorzuelos de tres al cuatro que se consideran a sí mismos intelectuales valiosos, pero que son incapaces del menor compromiso y se limitan a halagar el ego de los lectores y difundir los mitos imbéciles que perpetúan en el poder a otros imbéciles, de quienes esperan recibir una recompensa en su momento."
"El entetanimiento es el método que se ha revelado más eficaz para ocultar una realidad cada vez más insoportable que pugna por abrirse camino en las conciencias de todos aquellos seres humanos que conservan algo de dignidad, de respeto por sí mismos y de amor por la humanidad. El entetanimiento como forma de control de los individuos, y de perpetuación de una serie de paradigmas que los someten en beneficio de unos pocos, es un método que se ha ido puliendo a lo largo del siglo pasado y que hoy, en los inicios del siglo XXI, ha alcanzado una sólida y saludable madurez."


domingo, 25 de octubre de 2009

Hermes Trismegisto, el Tres Veces Grande.


“Como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba”. Hermes Trismegisto.

Cuando se incursiona en la búsqueda de antecedentes de determinados personajes que han marcado presencia en la historia universal, es frecuente encontrar que en todas las épocas, inclusive en las más pretéritas, han existido sujetos adelantados a su tiempo, con teorías muy potentes que han señalado el camino a sus contemporáneos.
Lo increíble de esta constatación, es que estos iluminados nacidos en una sociedad escasamente desarrollada, manejaron conocimientos de alto nivel, para cuya formulación se precisaba, como ocurre hoy en día, contar con una visión cosmogónica de la sociedad mundial, que en aquellos tiempos, -La Era Pre Faraónica-, tal vez más de cinco mil años atrás, no era posible.

Es el caso del egipcio Hermes Trismegisto, quizá el personaje más enigmático y controvertido de toda la historia de la humanidad, -que no es poco decir-, cuya leyenda y escritos ocultistas, mágicos y alquimistas, así como la formulación de sus teorías metafísicas, se anticiparon y dieron metodología creacionista a todas las religiones conocidas y que según la mayoría de sus estudiosos, constituye no solo la base ideológica de todas las existentes sino de las ciencias, tanto así, que según dice Platón, fue además quien descubrió los números, la geometría, la astronomía y las letras y para algunos pensadores medievales, el profeta pagano que anunció el advenimiento del cristianismo.
"Hermes -dice Lactancio- ha descubierto, no sé cómo, casi toda la verdad". Se le consideraba como una especie de revelador inspirado y sus escritos pasaban por monumentos auténticos de la antigua teología de los egipcios. Esta opinión fue aceptada por Marsilio Ficino y otros eruditos del Renacimiento que tradujeron o comentaron los libros herméticos. Estos creyeron encontrar en ellos la fuente original de las iniciaciones órficas, de la filosofía de Pitágoras y de Platón.

Cuando nos adentramos en el estudio de las creencias egipcias, estas expresan que los dioses habían gobernado el Antiguo Egipto antes que los faraones, civilizándolos con sus enseñanzas. En ellas, el dios egipcio Tot, en el que identifica a Trimegistus, era el dios de la sabiduría y el patrón de los magos. También era el guardián y escribiente de los registros que contenían el conocimiento de los Dioses. Más tarde, varias de las características de Tot se asociarían al Hermes de la mitología helenística. A la identificación entre Tot y Hermes en la figura de Hermes Trismegisto, ha de añadirse otra posterior de carácter esotérico, por la que éste es también Abraham, el patriarca hebreo, que habría comenzado dos tradiciones: una solar, pública, recogida en el Antiguo Testamento y otra privada, trasmitida de maestro a discípulo, accesible en el Corpus Hermeticum, de su creación.

Otros autores sin embargo, señalan que Hermes, fue contemporáneo de Abraham y llegó a ser el maestro que lo instruyó e inició en los misterios de la más alta Magia Sacerdotal. La obra de Hermes, cuyo legado obtuvo por inspiración divina, era materia de consulta obligada, para todo aspirante a adentrarse en los misterios espirituales. Se le atribuye a éstos, la constancia y evidencia del legado de Hermes de sus inventos musicales; los ejercicios preliminares para la práctica del Hata Yoga; principios de la Aritmética; sus tratados de medicina a través del arte sagrado de la alquimia; el arte del manejo de los metales; la Lira de tres cuerdas; las ceremonias de culto a Dios; estudios de Astronomía; la escritura, grabado y muchas otras habilidades.
Su identidad verdadera, si es que la tiene, se pierde en la noche de los tiempos, con una data mucho antes del tiempo de Moisés, siendo mencionado primordialmente en la literatura ocultista como un sabio que trabajó en la alquimia y en el desarrollo de un sistema de creencias metafísicas que después constituyeron la hermética. El nombre de Hermes Trismegisto es de origen griego y significa "Hermes, el Tres Veces Grande", y en latin, según Salomón : “Mercurio, Tres Veces Grande”.

No faltan quienes creen, como ocurre con las leyendas y escritos de la Biblia, que el nombre de Hermes Trismegisto no designa personalidad individual alguna, sino un conjunto de enseñanzas elaboradas en Egipto y enriquecidas a lo largo del tiempo.
En el mundo del esoterismo, se sostiene que Hermes Trismegisto fue uno de esos grandes maestros espirituales que descendiendo de esferas superiores, se encarnaron en la humanidad para guiarla. Sus enseñanzas pasaron de Egipto a Grecia y los griegos se encargaron, como en tantas otras ramas del saber, de conservarlas y transmitirlas.
Los misterios órficos y eleusinos, los pitagóricos, los filósofos presocráticos y Platón, fueron el vehículo fundamental de dicha transmisión, que también se realizó en parte a través del teatro griego. Posteriormente los neoplatónicos y sobre todo, los gnósticos, difundieron este saber en el mundo romano y en el cristianismo primitivo por un lado, y por otro, sirvieron de base para su posterior propagación entre los árabes.


Existe un acuerdo unánime en que la sabiduría de los faraones, cuyo exponente máximo es el cuerpo de doctrina atribuido a Hermes Trismegisto, fue brillante depositaria de las enseñanzas de la más pura tradición antigua. Unos opinan que los egipcios heredaron directamente este saber de los Atlantes quienes, tras la destrucción de su continente, hicieron un alto a orillas del Nilo en su éxodo solar hacia el Himalaya. Son en efecto sorprendentes las similitudes entre las manifestaciones externas de la cultura egipcia y las culturas latinoamericanas precolombinas (pirámides, momias, motivos ornamentales, etc.). Otros consideran sin embargo que los padres del saber egipcio fueron los hindús y los caldeos y que Egipto fue una etapa del reflujo hacia el Oeste a partir del Himalaya.

De los libros de Hermes, el “Tres veces Grande”, procedentes del país del Nilo, han quedado muy pocos datos y escasos originales dignos de auténtica fe. Según antiguas crónicas, en la famosa Biblioteca de Alejandría, durante el reinado de la última dinastía de los Tolomeos, se guardaban de Hermes, el más sabio maestro de la antigüedad, 42 libros esotéricos que resumían toda la sabiduría de las edades.

Más, después de la inmensa catástrofe que significó el gran incendio que asoló dicha Biblioteca a raíz del desembarco de la armada romana de Julio César en el puerto de Alejandría, no se pudo recuperar sino algunos fragmentos que se suponen son derivados de fieles traducciones griegas efectuadas por escribas y eruditos por encargo de los faraones Tolomeos.

Ellos son “El Pymander”, “El Kybalión”, ciertos libros de poemas sueltos y “El Libro a la Salida de la Luz del Día”, más conocido como “Libro de los Muertos”, por haberse encontrado ejemplares de él dentro del sarcófago de las momias de algunos destacados egipcios. Algunos fragmentos sueltos proceden de citas de las que fueron depositarias diversas escuelas de la época: gnósticas, teosóficas, platónicas, herméticas o eclécticas, acogidas en Alejandría y más tarde agrupadas e interpretadas bajo el título genérico de “Libros de Toth-Hermes”.

Tales libros de Toth circularon profusamente durante el período de dominación romana por los continentes de África, Europa y Asia cercana, bajo el lema de “Corpus-Herméticum” en traducción latina, la que unida a la griega, a otras de procedencia árabe y a las egipcias en lengua popular, son los textos que han llegado hasta nuestros días.
La línea esencial de toda la ideología hermética es la afirmación básica de un solo inmenso dios y de una sola religión raíz, científica y filosófica, a la que servían sabios moral y espiritualmente excelsos, ya que no podía encarnar tan elevada doctrina en quien no estuviera dotado de verdadera experiencia espiritual. Así lo justifican los sabios herméticos.
De ello se infiere que las verdades herméticas no podían transferirse integralmente más que a través de un auténtico y probado merecimiento.

La senda más perentoria de tal logro era el conocimiento, pero no a través de estudios mentalizados, sino de la llamada mente iluminada o superior, lo que podríamos llamar intuición adherida al super-razonamiento, traducida por NOUS por griegos y exégetas hermenéuticos. Algunos de estos conocimientos legados son:

El principio del mentalismo: El Todo es Mente; el universo es mental. El Universo es una creación mental del TODO en cuya mente vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser.
No hay nadie que no tenga padre y madre en el Universo.


El principio de correspondencia: Como arriba es abajo, como abajo es arriba. Hay siempre una cierta correspondencia entre las leyes y los fenómenos de los varios estados del ser y de la vida.

El principio de vibración: Nada está inmóvil, todo se mueve, todo vibra.
La mente, así como los metales y los elementos, puede transmutarse de grado en grado, de condición en condición, de polo a polo, de vibración en vibración.
La vibración del espíritu es de una intensidad infinita que parece en reposo y en el otro extremo, hay formas de materia densísima, cuya vibración es tan débil que parece también estar en reposo. Entre ambos polos hay millones de millones de grados de intensidad vibratoria. Si se comprende este principio, se puede llegar a controlar las propias vibraciones mentales, así como las de los demás.


El principio de polaridad: Todo es doble, todo tiene dos polos, todo su par de opuestos, los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado. Es posible cambiar o transmutar las vibraciones de odio por vibraciones de amor, en la propia mente y en la mente de los demás, con la voluntad.

El principio del ritmo: Todo se mueve como un péndulo, el ritmo es la compensación. El que comprende este principio se polariza a si mismo en el punto donde desea quedarse y entonces neutraliza la oscilación rítmica pendular que tendería a arrastrarlo hacia el otro polo. El maestro, elevándose mentalmente a un plano superior hace que la oscilación del péndulo se manifieste en el plano inferior, mientras él permanece en el otro.

El principio de causa y efecto: Toda causa tiene su efecto y todo sucede de acuerdo con la Ley universal, el azar no es más que el nombre que se le da a una ley no conocida.
Nada escapa al principio de causa y efecto, pero hay muchos planos de Causalidad y uno puede emplear las leyes del plano superior para dominar a las del inferior.

El principio de generación: La generación existe por doquier, todo tiene sus principios masculino y femenino, la generación se manifiesta tanto en el plano físico como en el mental y el espiritual.
La transmutación mental: La mente, así como todos los metales y demás elementos, pueden ser transmutados, de estado en estado, de grado en grado, de condición en condición, de polo a polo, de vibración en vibración.

La palabra transmutar significa cambiar de naturaleza, de sustancia y de forma. (La ciencia moderna nos dice que la materia no existe realmente, sino que es “energía o fuerza interrumpida”, esto es, energía o fuerza en grado menor de intensidad vibratoria.)
La muerte no es real, ni aun en sentido relativo: no es sino nacer en una vida nueva, y ascendemos y seguiremos ascendiendo a planos de vida cada vez más elevados, durante eones y eones de tiempo.
Desde un enfoque absoluto, el Universo es una ilusión, un sueño, si se compara con el Todo. La materia solo “existe” para nuestros sentidos.

La opinión de los antiguos respecto a las enseñanzas de Hermes se objetiviza en la imagen de una puerta abierta con vista una dilatadísima perspectiva de praderas verdes, inmensas, llenas de sol y de flores preciosas y multicolores.

Esa maravillosa “puerta abierta” a lo desconocido y cuyo alto mirador franqueaban los escritos de Hermes, constituía el gran aliento vital, el aliento del espíritu de toda agrupación humana selectiva, cuya finalidad era la investigación de la verdad en el hombre y en el cosmos.


De ese modo, el fundador de la religión-filosofía, poniendo en juego el estudio y la experiencia profunda y directa a través de la supermente y del espíritu, alimentó, desde aquella remota época, todo empeño del hombre en atisbar las esencias reales de la vida divina.


Hijos de la sabiduría hermética fueron pues, los logros espirituales de Persia, Siria, Judea, Anatolia, Grecia y otros cultos nacidos y derivados de esa semilla espiritual depositada en las fecundas aguas del Nilo. Todas las civilizaciones antiguas tienen, por lo tanto, la misma fuente, porque desde Egipto Hermes pasó a Grecia, apoyado en su trascendente mitosofía y aportando a ella todo su bagaje de sabiduría. Por el delta del Nilo se derramó el mensaje profundo y legendario del “Tres Veces Grande”, desde Alejandría a todo el Mediterráneo.


Entre las obras herméticas perdidas debido a catástrofes, guerras, ignorancias, fanatismos y la falta de comprensión posterior, se dice que se hallaba una obra llamada “Libro de los Alientos o de las Respiraciones”, cuya ciencia enseñó el gran Hermes, y cuyas lecciones se recogieron en la India y fueron divulgadas a través del Hatha Yoga, y en su más trascendente efectividad, a través del Raja Yoga o Yoga Real. De todos modos, también en occidente existen testigos fidedignos de estas específicas enseñanzas del maestro egipcio y de su importantísimo libro.

Los sabios que han dado fe de las originarias enseñanzas de Hermes y de los mencionados principios, fueron entre otros, Manethon, Cicerón, Ammiano, Josefo, Heródoto y también Plinio.

Al sucederse las épocas y las dinastía en las orillas del Nilo, se fueron encontrando fragmentos de los Libros de Toth en inscripciones de origen antiquísimo, sobre todo en el interior de las criptas secretas de los grandes templos, especialmente en las cercanas al Delta, donde florecieron los primeros núcleos de civilización egipcia, no lejos de la Esfinge y de las Pirámides.

En el cercano oriente se conocieron durante muchos siglos dichas verdades compiladas en una obra que llevaba por título “La Profecía de Hermes”.

Las enseñanzas herméticas lograron un inmenso auge con la extensión del platonismo en el mundo culto, durante el esplendor de la civilización griega que nació entreverada con la egipcia. También parece que las enseñanzas herméticas constituyeron el trasfondo del ideario de la escuela estoica; lo que da a entender su fuerza y su importancia y la cosecha de su poderosa siembra eficaz en el mundo antiguo, así como su trascendental raigambre proseguida y reconocida en el campo de las ideas madres y de la conducta del hombre superior.

Consta en las antiguas crónicas dispersas que los Libros de Hermes, fragmentariamente salvados, constituyeron después el alimento espiritual de filósofos, profetas, pedagogos, científicos, investigadores, poetas y místicos de todos los países en todas las lenguas cultas conocidas. El ansia de investigación y estudio alentaba en todos los ansiosos de la verdad, que se afanaban en allegar conocimientos en aquellas limpias fuentes del saber, sin discriminación de escuela, tendencia, religión, psicología, formación o raza. Debido a ese elemento ecléctico imperante en la mejor época alejandrina, podemos todavía hoy aprovechar la ofrenda milenaria de aquellas enseñanzas puras.

Con respecto a los Libros herméticos, cita Duncan Grenlees un pasaje de Efraín Syrius, en el que se dice que en el año 365 dc. existían varios libros de Hermes en Siria, sin duda traducidos del griego o del latín.

Otros afirman que los primeros musulmanes protegían la secta de los herméticos y que en ellos se inspiraban sus libros. Lo cierto es que hasta el siglo VIII, podían encontrarse en Siria varios fragmentos.
El escritor hermético Scott, afirma que en el siglo XI una copia de tales libros pasó a Constantinopla, entonces la capital del cristianismo. Esta copia, al parecer, llegó mas tarde a Florencia, centro del renacimiento de todas las culturas clásicas, especialmente impulsado por la hegemonía de los Medici y de su Escuela Neoplatónica, la que atrajo a los mejores talentos asiáticos cuando los turcos invadieron Constantinopla.
Volviendo al período alejandrino, Jámblico, el gran maestro sirio radicado en Egipto, afirma que el pensamiento hermético impregnó en aquella época a la filosofía platónica.

Posteriormente, autores ignorados difundieron los libros de Hermes en forma fragmentada y tal vez mistificada, como diálogos breves entre Hermes y su hijo o discípulo Tat. Dos de tales fragmentos dialogados eran conocidos como enseñanzas de Isis a su hijo Horus. Según los críticos antiguos, tales diálogos eran los mejores porque constituían una traducción fiel del antiguo original egipcio. Sin embargo, en tales diálogos no se advierte el influjo gnóstico o hebreo, ni tampoco las tendencias de otras escuelas de la época alejandrina. De acuerdo con este aserto, parece que las obras de Plutarco sobre Isis y Osiris, y los mismos escritos de Manethon, el favorito del segundo Tolomeo, se inspiran en los textos herméticos directos que alimentaron, a su vez, las copias sucesivas.

De todos estos libros herméticos, vulnerado en parte su sentido original a través del tiempo y las excluyentes tendencias ideológicas, el conocido como “Asclepio” es de la máxima importancia para los estudiantes de hermetismo, a pesar de las naturales corrupciones. Parece que su mejor parte ha sido compilada bajo el título de “Pymander” y que ha conservado bastante bien su aliento original merced a haber sido cuidadosamente traducido al demótico o lengua jeroglífica popular en las postrimerías de la gran civilización egipcia.

sábado, 10 de octubre de 2009

Mac Arthur, peripecias de su huída de Filipinas y otros cotorreos de la historia.

"Sólo merecen vivir los que no tienen miedo de morir". Mac Arthur.

¿Quién no ha oído hablar alguna vez del General Douglas McArthur?.. ¡Ese mismo!, ante el cual el Emperador Hirohito el 2 de setiembre de 1945, firmó la rendición incondicional de Japón a bordo del acorazado estadounidense “Missouri” poniéndose oficialmente fin a la Segunda Guerra Mundial.

Este cotizado General americano que ostenta la distinción de haber sido el oficial más condecorado de la historia y que participó destacadamente en los tres más importantes conflictos bélicos de nivel mundial que han existido, es también sin duda uno de los más vilipendiados sino el más odiado por sus detractores de ayer y de hoy, que le acusan de un “discutible criterio” observado en varios pasajes de su pasado militar y le recriminan sus acciones personalistas, inmodestas y vanidosas mientras ejercía el mando en importantes cargos en representación de Estados Unidos.
Quizá esto ocurra, por que mucha gente olvida que los héroes de la vida real, -y Mac Arthur lo fue en escala superlativa- están al igual que cualquier hijo de vecino propensos a tener yerros, equivocaciones, ser mal educados, ambiciosos o egoístas, situaciones que obviamente pueden perdonársele a un hijo de vecino, pero a un famoso jamás. Y a un héroe de nuestros tiempo, menos.


En este artículo, que indudablemente trata de aspectos eminentemente históricos, no desdeñamos mostrarlo en una faceta más personal, más humana, con algunos toques de su vida privada y sus malos ratos y falencias, lo que no quita ni agrega a sus logros de visionario militar y osado estratega, que en un momento amargo de la historia internacional, cuando el mundo estaba polarizado en una guerra cruenta donde murieron más de sesenta millones de seres humanos, fue unánimemente elegido por Estados Unidos y sus aliados, para la misión de ganar la guerra en el área del Pacífico y luego garantizar la paz entre las naciones, pasos muy importantes que era necesario conseguir, dado que hasta antes del ingreso de Estados Unidos a la Guerra, los aliados estaban siendo derrotados en casi todos los frentes, la mayoría de los países tenían su economía colapsada y la vieja Europa se encontraba prácticamente en ruinas.

Aunque generalmente se sitúa la Segunda Guerra Mundial entre 1939 y 1945, la mayor parte de los historiadores advierten que las tensiones empezaron en 1937, cuando Japón, en plena política expansionista ya controlaba Manchuria e iniciaba la invasión del norte y el este del gigante chino, guerra conocida como de Resistencia Anti Japonesa del Pueblo de China, situación que tenía activado el interés de todos los gobiernos que articulaban sus medidas de seguridad, mantenían en alerta sus fuerzas armadas y desplegaban sus actividades de inteligencia.

El 1 de septiembre de 1939, Hitler invadió Polonia, bajo el pretexto de un ataque polaco simulado en un puesto fronterizo alemán, usando la técnica “blitzkrieg”, una guerra relámpago y avasalladora. El Reino Unido y Francia le dieron dos días a Alemania para retirarse de Polonia. Una vez que pasó la fecha límite, el 3 de septiembre, el Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda le declararon la guerra a Alemania, seguidos rápidamente por Francia, Sudáfrica y Canadá.

Antecedentes previos.
En 1932 Mac Arthur que tenía a su haber toda una carrera militar realizada con brillantez y rematada por su condición de exitoso combatiente de la Primera Guerra Mundial, fue ascendido a General de cuatro estrellas por el Presidente de Estados Unidos Herbert Hoover. En pleno proceso de la gran recesión y siendo Jefe del Estado Mayor, le encomendaron solucionar las protestas de 15.000 veteranos de guerra que acampaban junto con sus esposas e hijos ante el Congreso, reclamando el pronto pago de sus beneficios sociales. MacArthur no encontró nada mejor que ordenar un salvaje asalto con caballería, tanques, sables y bayonetas. Su justificación para tan brutal acción, fue que había detectado el embrión de una rebelión comunista. Ordenó a las tropas entrar en el campamento con la bayoneta calada y usando gases lacrimógenos. En los disturbios subsiguientes, dos veteranos murieron por disparos de arma de fuego y centenares resultaron heridos de diversa consideración, incluyendo parientes y algunos niños.

Cuando la Mancomunidad de Filipinas alcanzó un estado de semi-indepedencia en 1935, tuvo que iniciar la creación de su propio Ejército. El Presidente de Filipinas Manuel L. Quezon, le pidió a MacArthur que supervisara la creación de las Fuerzas Armadas como Comandante en Jefe. MacArthur, tras consultarlo con Roosevelt, Presidente en ese entonces, aceptó el nombramiento, pero presentó dos condiciones para aceptar el cargo: su sueldo y su casa tenían que ser equivalentes a los del Presidente de la República.
Se decidió albergar a MacArthur y su familia en una suite del famoso Hotel Manila, propiedad del gobierno de Filipinas. Los contables del gobierno decidieron que la mejor forma de hacer frente al coste de la suite era convertir a Douglas en un empleado del hotel con derecho a residencia, de modo que se le concedió el título honorario de "Director General". MacArthur ignoró la parte que rezaba "honorario" y no solo dispuso de la mejor suite, sino que tomó el control de todo el complejo del hotel durante el tiempo que vivió en el mismo.

Entre los estudiosos que han escrito sobre MacArthur, hay muchos que piensan que estas acciones mostraban el interior de la mente y del carácter de Douglas, que sin duda fue siempre un buen militar, pero innegablemente pedante, presuntuoso y autoritario. Es posible que fueran estos hechos, entre otros, independientemente del reconocimiento a sus dotes militares, los que marcaran el límite, entre los que lo odian y los que lo veneran.

En 1935, MacArthur dejó el cargo de Jefe de Estado Mayor y fue enviado a Filipinas por el Presidente Franklin D. Roosevelt, quien ante la situación bélica que avanzaba en Asia, anticipando una posible futura confrontación con los afanes militaristas de Japón, le encomendó desarrollar una estrategia defensiva en las islas, que en ese tiempo eran Protectorado de Estados Unidos. En 1937, el 30 de abril, se casó en New York con Jean Marie Faircloth, una rica heredera 18 años más joven que él con la que tuvo un hijo. Cuando MacArthur se retiró del Ejército de los Estados Unidos en ese mismo año, el presidente Quezon, que se había convertido en su amigo, le concedió el rango de Mariscal de Campo de Filipinas, por servicios distinguidos prestados al país, el único en su historia. Retirado del Ejército siguió trabajando y viviendo, como asesor militar para el Gobierno de Filipinas.

Cuando las relaciones de Estados Unidos con Japón llegaron a un punto de rompimiento, y teniéndose en cuenta que MacArthur era una autoridad en Filipinas, fue llamado nuevamente al servicio activo con el rango de Teniente General y en julio de 1941, fue nombrado Comandante en Jefe de las Fuerzas de Estados Unidos en el Lejano Oriente. Los americanos aún no se decidían a entrar a la guerra, pero tomaban precauciones.

En el verano de 1941, los Estados Unidos, el Reino Unido, y Holanda comenzaron un embargo de petróleo contra el Japón, amenazando con impedir su capacidad para librar una guerra importante tanto en el mar como en el aire. Japón trató de sondear las posibilidades de lograr que los Estados Unidos levantasen la medida. La respuesta estadounidense fijaba como condición "sine qua non" la retirada de las tropas japonesas en China. Desestimado esto, el Imperio planeó un ataque sobre Pearl Harbor para mermar gravemente a la Flota del Pacífico de los Estados Unidos y después apoderarse de los campos de petróleo de las Indias Neerlandesas.

El emperador Hirohito, ante este nuevo frente de guerra hizo algunos ajustes en los altos mandos de su Ejército y en el Gobierno. Logró que el Primer Ministro, príncipe Fumimaro Konoe renunciase al cargo, nombrando al hasta entonces Ministro de la Guerra, General Hideki Tojo, una de las figuras más destacadas del sector belicista, encargándole la organización del ataque contra la flota estadounidense en el Pacífico. El 1 de diciembre de 1941, Hirohito dio su aprobación oficial al comienzo de la guerra contra Estados Unidos y sus aliados.
El 7 de diciembre, la Armada Imperial Japonesa lanzó ataques por sorpresa, prácticamente simultáneos, contra Pearl Harbor, Tailandia y los territorios británicos de Malaya y Hong Kong. El ataque sobre la Base Naval de Pearl Harbor destruyó la mayor parte de los aviones estadounidenses de la isla y dejó fuera de combate a la principal Flota de Batalla estadounidense.

El ataque unió a la opinión pública americana pidiendo venganza por esta artera agresión a sus tropas. Al día siguiente, el 8 de diciembre, los Estados Unidos declararon la guerra a Japón.
Después del ataque sobre Pearl Harbor, Japón invadió Hong Kong, Filipinas y las colonias británicas de Malasia, Borneo y Birmania. A pesar de la fiera resistencia de las fuerzas Filipinas, Australianas, Neozelandesas, Británicas, Canadienses, Indias y estadounidenses, todos estos territorios capitularon ante los Japoneses en cuestión de meses. Aproximadamente 80.000 hombres de la Commonwealth Británica, junto con otros 50.000 que cayeron en Malasia, fueron a los campos de prisioneros Japoneses, siendo la rendición más grande de un Ejército conducido por los Británicos hasta la fecha. Churchill consideraba la derrota Británica en Singapur como uno de los descalabros Británicos más humillantes de toda la historia.

Mac Arthur, a pesar de las advertencias de inteligencia que recibió antes de la invasión nipona, que indicaban un probable ataque a Filipinas, no había anticipado ninguna acción defensiva y ello implicó que sus fuerzas fueran tomadas desprevenidas. Incluso 7 horas después del ataque a Pearl Harbor recibió el último informe y no hizo nada al respecto. Hasta los aviones estaban alineados en las pistas de aterrizaje cuando llegaron los cazas y bombarderos japoneses. MacArthur pensaba que Japón no se atrevería a atacar a las Filipinas y eso le costó caro.

Lo que quedó de las fuerzas estadounidenses y filipinas bajo su mando, alrededor de sesenta mil soldados filipinos y doce mil americanos, escaparon a Bataán y Corregidor, localidades estratégicas de Filipinas, donde hicieron una resistencia inútil. Este acápite de la actividad bélica en ese teatro de operaciones, por su relevancia y por constituirse en la más grande derrota americana en suelo extranjero en su historia, lo trataremos en esta Columna en otro momento, bajo el nombre de La Marcha de la Muerte, que es la denominación que la historia en justicia le ha asignado por derecho propio a ese triste capítulo de la Gran Guerra.

La historia que queremos contar.
En la imposibilidad de contener la embestida japonesa, MacArthur recibió órdenes de escapar a Australia en compañía del Alto Comisionado de EE.UU, Francis B. Sayre, para tomar el Mando de las Operaciones del Ejército en el Pacífico desde ese emplazamiento, dejando al mando de las tropas sitiadas en Filipinas entregado a los generales Wainwright y King. Por supuesto este abandono del Comandante en Jefe en pleno combate, no fue bien visto por los soldados durante muchos años, quienes al referirse a él lo hacían con el mote despectivo de “Digout Doug, “el enterrado Douglas”.
Este “escape” que ahora contamos, -tal vez uno de los pasajes menos conocidos por el gran público-, se convirtió en una odisea que años después fue reflejada en el libro "They Were Expendable", que fue llevado el cine.

Esta coyuntura fue muy bien aprovechada por los japoneses para minar sicológicamente a los soldados filipinos y americanos. La idea era finalizar rápidamente la ocupación de Filipinas y conseguir una rendición inmediata que evitara el desgaste y las bajas del Ejército imperial. Para ese efecto arrojaron miles de panfletos en idioma filipino sobre las islas. Uno de ellos muestra al General MacArthur escapando de las Filipinas y dejando a sus tropas en manos de sus captores. Decía:



"Mensaje a los soldados filipinos:
Ahora, después que Filipinas ha sido connquistada y MacArthur y Sayre han escapado, dirijan sus cañones contra los americanos y combátanlos con coraje y valentía. Sólo así podrán ustedes hacer realidad los deseos filipinos de libertad."
"El Plan de escape.
En los primeros días de marzo de 1942, ante los ataques y avances de las tropas japonesas en la península de Bataán y la Isla de Corregidor, donde se habían hecho fuertes las tropas americanas y Filipinas, el General MacArthur decidió escaparse, dejando libradas sus tropas a su suerte, antes que fuera demasiado tarde y fuera el mismo detenido o muerto en la acción. El plan de fuga, desde luego muy secreto y en conocimiento del presidente de Estados Unidos, no dejaba de tener sus riesgos y consistía básicamente en salir de la isla Corregidor donde estaban entrampados, junto a su familia y su Estado Mayor utilizando cuatro botes torpederos rumbo a la isla Mindanao, la más oriental de entre las islas Filipinas, para luego desde allí volar con destino a Australia, donde se le esperaba en tres bombarderos B-17 de este país en el campo aéreo San José del Monte en Mindanao, que los recogerían.

A bordo del bote PT-41 bajo el mando del Tte. John Duncan Bulkeley, viajarían el General Douglas MacArthur, su esposa Jean Marie Faircloth MacArthur, su hijo Arthur MacArthur, su ama Au Cheu, el General Richard D. Sutherland, Jefe de Estado Mayor, el Capitán de la Armada Harold G. Kay, su ayudante Tte. Coronel Sidney L. Huff ; y el Oficial Médico, Mayor C. H. Morehouse.
En el PT 35 al mando del Insignia A.B. Akers, irían el G2, Coronel Charles A. Willoughby; el Ayudante Tte. Coronel Le Grande A. Diller; el Ayudante del General Sutherland Tte. Coronel Francis H. Wilson; el secretario Sargento Paúl P. Rogers.
En el PT-34 al mando del Tte. R.G. Kelly, se embarcarían, el Almirante Frances W. Rockwell; el Jefe de Estado Mayor encargado, General Richard J. Marshall; el G1, Coronel Charles P. Stivers y el Asistente G2 Capitán Joseph McMicking.
En el PT 32 al mando del Tte. V.E. Schumacher, abordarían el Oficial de Comunicaciones, Brigadier General Spencer B. Akin; el Oficial de Ingenieros, Brigadier General Hugh J. Casey; El Oficial de Artillería Antiaérea, Brigadier General William F. Marquat; el Oficial de Artillería, Brigadier General Harold H. George y el oficial Asistente de Comunicaciones Tte. Coronel Joe R. Sherr.

Orden de zarpar.
La operación fuga comenzó al medio día del 12 de marzo de 1942. El primer inconveniente fue que la mar gruesa hizo separar a los botes y el PT-32 al avistar un destructor japonés, tuvo que vaciar gasolina de su tanque para alivianar la carga y tener velocidad para escapar. Esta maniobra lo dejaba sin combustible suficiente para llegar a Mindanao. Finalmente arribaron a la Isla Cuyo, donde los pasajeros debieron acomodarse en el PT-32 y el PT-41 y abandonar las otras embarcaciones por su fatal estado de mantenimiento. Para peor, el General MacArthur y su pequeño hijo se sintieron enfermos a causa del mareo, al extremo que todos pensaron que el primero no resistiría el viaje, pues vomitaba incesantemente agua a pesar de no haber ingerido alimento alguno, mostrando alarmantes signos de deshidratación. Una hora después estando en mar abierto avistaron al crucero pesado japonés Ashigara, pero afortunadamente no fueron descubiertos, pese a la velocidad máxima de apenas 18 nudos a la que podían navegar las maltrechas y sobrecargadas torpederas.
Unas horas después, cuando caía la noche, se aproximaron a las “Islas Negros” donde corrieron gran peligro, pues desde la playa, los japoneses escucharon los motores pero pensaron que eran aviones e iluminaron el cielo tratando de rastrearlos, disparando ráfagas con balas trazadoras.
MacArthur parecía que no iba a resistir el viaje, pues su estado era cada vez peor. El 13 de marzo de 1942, el PT-41 había cumplido 35 horas de travesía cuando pasó Punta Cagayán en Mindanao. Sin duda que MacArthur le debía la vida a la pericia del Teniente Bulkeley y a su PT-41, que se hizo famoso por esa hazaña y quien luego de servir en el Mediterráneo llegó a Almirante.

El 15 de marzo de 1942, mientras esperaban a los aviones que les conducirían a Australia, MacArthur y su ayudante el Tte. Coronel Sid Huff sacaron del PT-41 el famoso colchón de Jean MacArthur, por el cual siempre se tuvo mucha consideración y que según se comentaba, supuestamente contenía barras de oro. Los pasajeros del PT-32 fueron transferidos al submarino USS Permit, pero antes hundieron la torpedera para no dejar rastros sospechosos.

El 11 de marzo de 1942, desde Batchelor Airfield, una de las más importantes bases militares de Australia ubicada a una hora al sur de Darwin, el Primer Teniente Harl Pease piloto del B-17 #41-2452, despegó poniendo rumbo a Del Monte. Llevaba una carga de suministros de emergencia para las fuerzas Aliadas en Filipinas, sin embargo después del despegue, hubo un desperfecto en el sistema hidráulico y el avión se quedó sin Supercharger y sin frenos en las ruedas. La falla lo obligaba a volar a menos de 2500 metros de altitud y aterrizar sin frenos, un asunto serio en pistas de limitada extensión.

Al aterrizar en Del Monte Pease informó su falla mecánica avisando que derraparía el avión al final de la pista, cosa que el joven teniente hizo de manera exitosa. Luego de descargar el avión fue puesto en manos de los mecánicos, que poco pudieron hacer para reparar el desperfecto por falta de piezas de recambio. Sin embargo, el B-17 despegó nuevamente llevando equipajes y 16 pasajeros de los muchos que estaban en el lugar esperando huir a Australia, donde hubo otro aterrizaje sin frenos y otro derrape para detener el avión.

Otro avión B-17 pilotado por el Capitán Godman salió del Batchelor Airfield, el 13 de marzo, con mal tiempo con destino a Del Monte. A 1200 pies de altura hizo la aproximación volando con instrumentos pero el avión tocó el agua y dos tripulantes salieron despedidos fuera del avión; el resto tuvo que nadar en la bahía hasta alcanzar la playa, cuatro horas después.

MacArthur estaba furioso pues no podía aceptar que él ni ninguno de sus acompañantes viajaran en esos destartalados e inseguros aviones. Ordenó que tres B-17 nuevos con tripulaciones experimentadas, ya fuera desde Hawai o de los mismos Estados Unidos, fueran a rescatarlos inmediatamente. El Mayor General George Brett, Comandante en jefe de las Fuerzas de EE.UU en Australia, al mando de la operación de rescate estaba en ascuas. Los únicos aviones disponibles pertenecían a la Marina y MacArthur exigía que fueran aviones del Cuerpo Aéreo del Ejército.
En atención a esta situación, los aviones B-17 E #41-2408; #41-2429; #41-2434 y #41-2447 de la Fuerza de Tarea Naval del Comando de Bombardeo del Sur con base en Townsville fueron transferidos al 19 Grupo de Bombardeo del Cuerpo Aéreo del Ejército y eso le resolvió el problema al General Brett.

Cuando los aviones llegaron a Batchelor Airfield, en Australia, recién los pilotos fueron informados sobre la misión que iban a realizar. Se trataba de recoger al General MacArthur y su comitiva que estaban esperando en una de las pistas de Del Monte en la Isla Mindanao, en las Filipinas. Para cumplir este objetivo y poder realizar el viaje de 2600 Km. era necesario colocarle a los aviones tanques de gasolina adicionales en el compartimiento de bombas, trabajo que se realizó a toda prisa en los talleres de Batchelor Airfield.

Finalmente, el 14 de marzo de 1942, tres de estos aviones despegaron cargados con medicinas, químicos y cigarrillos para las fuerzas en Filipinas. Uno de los aviones llevaba además 25 paracaídas, 25 salvavidas y 25 máscaras de oxígeno. Los copilotos fueron reemplazados por pilotos experimentados que conocían las pistas de Del Monte... aunque, desafortunadamente uno de los aviones cayó al mar, aguas afuera de Mindanao.

El 17 de marzo, los dos aviones que quedaron, pilotados por el Teniente Frank Bostrom y el Capitán William Lewis, Jr. llegaron al rescate. En esos momentos nadie sabía que en cada avión iba un polizonte. El vuelo ofrecía mucha precaución porque debía discurrir cerca a dos bases japonesas separadas apenas por 48 Km. una de la otra. Afortunadamente transcurrió sin novedad y ambos aviones aterrizaron a la medianoche en la pista marcada con antorchas en sus dos extremos. Poco después llegaban al campo la comitiva de MacArthur, compuesta por su familia y gran número de oficiales superiores, acompañados por el General Sharp. Detrás, se acercaban camiones con una enorme cantidad de equipaje perteneciente a la familia de MacArthur.
El avión de Bostrom llegó con problemas en los Supercharger, asunto que fue atendido por los mecánicos. Bostrom le comunicó a MacArthur que su equipaje no podía ser embarcado y el Capitán Lewis aclaró, que sólo era posible llevar una maleta por persona. Con disgusto, Jean MacArthur abordó sólo con una bufanda de seda y un abrigo con cuello de piel. El teniente Bostrom quedó estupefacto cuando MacArthur le ordenó perentoriamente subir a bordo el misterioso colchón de su esposa.
Después de la medianoche, los dos B-17 estaban taxeando para despegar de la pista de Del Monte. MacArthur ocupaba el puesto del radio operador en el avión de Bostrom. El jefe de Estado Mayor de MacArthur, General Richard Sutherland, con cara de resignación iba apretujado en el compartimiento de bombas. El sobrecargado avión despegó con un motor haciendo extrañas explosiones y echando fuego por los tubos de escape. El hijo de MacArthur, haciendo más ruido que los motores, estaba excitado por su primer vuelo, pero cuando comenzaron las turbulencias se puso pálido y su ama Au Cheu, tomó la bolsa de emergencia, previendo lo que iba a ocurrir. Minutos después todos quedaron sumidos en sus propios pensamientos.

Llegada a Australia.
Cinco horas más tarde los dos aviones estaban aproximándose a Darwin cuando recibieron información de un posible ataque aéreo. Les ordenaron dirigirse a Batchelor Airfield adonde llegaron a las 9 de la mañana. Todos se encontraban exhaustos después de la arriesgada jornada. Una formación de 6 efectivos al mando del Teniente Julian se formó para dar la bienvenida a MacArthur. Por primera vez, el general veía el nuevo casco que reemplazo al de tipo plato británico en las fuerzas de EEUU. MacArthur preguntó sobre la concentración de tropas para la reconquista de Filipinas. La respuesta que recibió de un alto oficial fue: "Que yo sepa señor, acá sólo hay un reducido número de efectivos." MacArthur quedó consternado y le dijo en voz baja al General Sutherland :"Seguro está equivocado."

La comitiva desayunó raciones enlatadas de tropa. MacArthur no quería saber nada de botes ni aviones y pidió ser transportado por tierra a la estación de trenes más cercana. Lo que no sabía el General, era que la estación más cercana estaba a 1500 Km. de distancia. La esposa de MacArthur estaba totalmente agotada y el pequeño Arthur estaba deshidratado y exhausto. Un médico ordenó que le pusieran suero intravenoso. Le recomendaron a MacArthur que reconsiderara el viaje por tierra, debido a la distancia y lo inhóspito de esa región desértica.

Vuelo a Alice Springs.
MacArthur y sus acompañantes fueron subidos a dos aviones DC-3 de la Australian National Airways. Para mantener a MacArthur calmado, el avión fue pilotado por el Capitán R. Carmichael, Comandante en Jefe del 435º Escuadrón. Horas después aterrizaban en Alice Springs, localidad que no tenía mayores comodidades y asemejaba más bien un caluroso pueblito del oeste de EE.UU, con sus moscas y zancudos incluidos. Todos durmieron en catres de campaña en el pórtico del único hotel.

Viaje en tren
Desde Batchelor Airfield, el 18 de marzo, el avión B-17 E #41-2408 pilotado por el teniente Harold N. Chaffin despegó cargado con suministros de emergencia. Llegó a Del Monte y regresó con los demás miembros de la comitiva de MacArthur y algo de equipaje. Mientras tanto, MacArthur envió a su estado mayor por avión a Melbourne, porque su esposa rehusó volver a volar nunca más, y para proseguir su periplo, ordenó un tren "De Luxe" especial para él y su familia, travesía que debía mantenerse en el más estricto secreto por razones de seguridad. Viajaron 1650 Km. a Adelaida en un tren de trocha angosta. El tren era de tres vagones de madera tirados por una locomotora a vapor. El trayecto duró 70 horas con sus pasajeros sentados en las dos bancas de madera ubicadas a lo largo del compartimiento. El segundo vagón era el comedor con una sola mesa larga. Tenía dos grandes recipientes llenos de hielo y una cocina del ejército. A la hora de comer, el tren debía detenerse para permitirles a los pasajeros cambiarse de vagón. En el tercer vagón iba un contingente de tropas australianas.

Acompañando a la familia MacArthur iban dos sargentos y una enfermera del Ejército Australiano. No hubo mayores incidentes durante el viaje, excepto cuando el tren fue detenido por un grupo de pastores de ovejas que pedían asistencia médica para uno de ellos. Inicialmente MacArthur creyó que querían entrevistar a su "héroe de guerra", pero lo cierto es que los pastores ni siquiera habían oído hablar de él. Luego del incómodo y agotador viaje, el tren llegó a la Estación de Trenes de Terowie a unos 220 Km. al norte de Adelaida.

El famoso"Volveré."
MacArthur suponía que el viaje era sólo conocido por algunos altos oficiales, pero ese 20 de marzo de 1942 al llegar a la estación a las 14:00 horas, lo recibió un grupo de personas que lo ovacionaron. Ante las preguntas, aclaró que el Presidente Roosevelt le había ordenado salir de Filipinas, cruzar las líneas japonesas hasta Corregidor y después llegar a Australia para organizar la ofensiva con el propósito de primero liberar a Filipinas. Cerró el discurso con la frase que se hizo famosa: "I shall return" (Volveré).
El tren ya no pasa por Terowie, pero una placa de reconocimiento a este evento se encuentra en la plataforma en medio de los restos de la estación de tren original.
La inscripción reza:
" I CAME OUT OF BATAAN "Salí de Bataan AND I SHALL RETURN". Y volveré ".
En Terowie hubo cambio de trenes y al día siguiente llegaban a Kooringa a 130 Km. al norte de Adelaide. En ese lugar se le unió el Coronel Dick Marshall miembro de su Estado Mayor, quien se había adelantado viajando en avión. Marshall investigó la situación de las fuerzas estadounidenses en Australia y constató que no habían las supuestas poderosas fuerzas que comandaría MacArthur para reconquistar las Filipinas. Para entonces, en Australia apenas había unos 30.000 soldados aliados compuestas por unidades de Australia, Gran Bretaña y EEUU. Las defensas aéreas contaban con unos 10 aparatos, la mayoría obsoletos Gypsy Moths, aviones que ni siquiera tenían motores eléctricos de arranque, sino que se ponían en marcha a mano, girando la hélice. Al enterarse de la situación, MacArthur quedó confundido y contrariado pues esperaba encontrar un gran ejército listo para lanzarse al ataque.

Durante el resto del viaje, MacArthur avisó que no deseaba recibimientos públicos a su llegada, pues él y su familia no se encontraban en condiciones presentables. Finalmente la comitiva arribó a Adelaide la noche del 21 de marzo de 1942, donde pese a los esfuerzos para pasar desapercibidos, una gran cantidad de personas lo esperaban en la estación. Fue recibido por el comandante de la base, Brigadier H.L. Bundock y por el Brigadier General Patrick Hurley del Ejército de EEUU.
Bienvenida oficial a Australia.
MacArthur presentó a su esposa a los altos oficiales presentes diciendo :"les presento a mi mejor soldado". Los periodistas le pidieron una declaración oficial y escribió en el reverso de un sobre: "The President of the United States ordered me to break through the Japanese lines... for the purpose, as I understand it, of organizing the American offensive against Japan, a primary object of which is the relief of the Philippines. I came through and I shall return." (El Presidente de los Estados Unidos me ordenó cruzar las líneas japonesas... con el propósito, así lo entiendo yo, de organizar la ofensiva estadounidense contra Japón, cuyo objetivo primero es liberar a las Filipinas. Hice la travesía y volveré.)

Llegada a Melbourne.

Prosiguiendo el viaje en un vagón de pasajeros especial, el 22 de marzo de 1942, llegaron a la Estación de la Calle Spencer cuando eran las 09:30 de la mañana. En Melbourne el recibimiento fue más formal, con una Guardia de Honor de 350 efectivos estadounidenses con cascos tropicales blancos, una banda de guerra australiana y una muchedumbre que ovacionó a su héroe.

Misión Royce.
Los primeros días de abril, ya MacArthur estaba organizado y un grupo de 7 B-25 y B-17 volaron de Australia a Del Monte para realizar la Misión Royce, en realidad eran tres misiones de ataque a las líneas japonesas. La primera misión realizada el 12 de abril de 1942, fue encargada a los B-25 para bombardear el puerto de Cebú, mientras los B-17 atacaban la bahía de Cebú y Nichols Field en Luzon. La segunda misión, el 13 de abril atacó diversos blancos en las islas. Aterrizaron en Del Monte y volvieron a despegar para atacar de noche Cebú y Davao en Mindanao. La tercera misión fue ejecutada por los B-25 que bombardearon Davao.
Después de terminada la Misión Royce, los aviones embarcaron un grueso número de militares de alta graduación y pertenencias del General MacArthur. Entre otras personalidades que escaparon de Filipinas se encontraba el Presidente Manuel Quezon y el Comisionado Especial de EE.UU, Francis B. Sayre.

Los polizontes
Mientras tanto, la familia MacArthur fue llevada al Hospital General de Melbourne, donde les hicieron un examen general y unas radiografías. Después pasaron a la sala de Rayos-X. Allí vieron a dos soldados que llegaron de Filipinas escoltados por dos policías militares. Al preguntarles por qué estaban escoltados respondieron que estuvieron en Filipinas cuando MacArthur dio la orden de retirada diciendo "Arréglenselas como puedan". Los soldados dijeron que MacArthur, su esposa, su hijo y una criada filipina abordaron un avión con dirección a Australia, llevándose todo, incluso sus muebles. Y que ellos ayudaron a transportar el equipaje y subieron a los aviones "para escapar como polizontes". Por eso fueron encarcelados, acusados de "sobrecargar un avión militar".

Cuartel General de MacArthur. Reprimenda al General Brett.
MacArthur y su familia fueron llevados al Hotel “Wolsley” donde ocuparon el 6º piso completo. Más tarde tomaron posesión de las oficinas 401 al 403 en el edificio de la Compañía Trustees Executive & Agency Co. Ltd. ubicada en la calle Collins de Melbourne. Rápidamente compraron mobiliario y equipo de oficina para poner en funcionamiento “El Cuartel General”.

Apenas llegado a su oficina le dio una dura reprimenda al Mayor General George H. Brett "por no poder defender Bataán y por las incomodidades que le causaron a él y su familia en la organización del escape de Filipinas", sobre todo lo último. El General Brett fue relevado y enviado de regreso a Washington.

El General Brett "pagó el pato de la boda", sin embargo MacArthur sabía perfectamente que fue el propio General Brett quien lo había recomendado en Washington para que asumiera el cargo de Comandante Supremo del Sureste Asiático, cargo que MacArthur asumió oficialmente poco después el 18 de abril de 1942.
Medalla de Honor.
La señora Jean MacArthur se dedicó inmediatamente a la búsqueda de ropa adecuada a su estatura y posición, porque toda su ropa había quedado en Manila. El 25 de marzo se dirigió al “Myers Emporium” de Melbourne donde le recibió un dependiente que dándole una mirada de arriba a abajo dijo: "SSW. Bueno, no creo que tengamos mucho para usted." Jean MacArthur preguntó intrigada sobre el significado de SSW y el empleado le dijo -"Small Sized Woman"- (mujer de talla pequeña)- "una talla muy difícil de encontrar en esta época de guerra". Al día siguiente Jean acompañó a su esposo a la cena de gala donde el general fue condecorado con la Medalla de Honor por el Gobierno de Australia y donde se hizo continuas referencias a su nombramiento como Comandante Supremo del Sureste Asiático.

Ya seguro en Australia fue nombrado de inmediato Comandante Supremo de todas las fuerzas aliadas en el teatro del Pacífico Suroccidental, y con el fin de eliminar cualquier posible ambigüedad, el Primer Ministro de Australia, John Curtin, puso a las fuerzas armadas australianas directamente bajo su mando. Por aquel entonces, los australianos formaban el grueso de las tropas disponibles en la zona, complementadas con una pequeña cantidad de estadounidenses, holandeses y el resto de los Aliados en proporción descendente. Una de las primeras tareas de MacArthur consistió en aumentar la confianza de los australianos, que temían una inminente invasión japonesa. Los combates estaban ya produciéndose predominantemente en la zona de Nueva Guinea y las Indias Orientales.

El 20 de julio de 1942, MacArthur mudó su Cuartel General al edificio de la AMP en Brisbane, seguido de sus grupos de inteligencia. El Central Bureau Intelligence se instaló en el 21 de Henry Street, en el suburbio de Ascot. A esa dependencia de inteligencia se incorporó Eric Nave, quien fue conocido experto en códigos y claves, junto con un equipo mixto de expertos australianos y estadounidenses que trabajaron para el Cuartel General de MacArthur. Después de la guerra, Eric Nave se enteró que muchos de los documentos de inteligencia del Central Bureau fueron tachados por la censura que ejerce el gobierno americano, evitando que se conozcan los pormenores de muchos episodios ocurridos durante la guerra.

El Shangri-La y el Bataán.
Por la larga estadía de MacArthur en Australia era forzoso que algunos privilegios del general de cuatro estrellas le permitieran tener su propio yate, el "Shangri-La" y su propio avión un bombardero B-17 bautizado "Bataán", que después fue reemplazado por un C-54. Las horas de ocio, la familia MacArthur las solían pasar en una granja en Beaudesert y para reuniones más serias los MacArthur se asociaron al “Brisbane Club”.

La estadía en Australia.
Los esposos MacArthur entablaron una estrecha amistad con el Primer Ministro John Curtin, quien se convirtió en un adorno dentro del gobierno australiano, pues las decisiones relacionadas con la guerra las tomaba MacArthur. Prácticamente fue MacArthur quien dirigió el esfuerzo de guerra australiano, a pesar que la responsabilidad recaía sobre el Comandante en Jefe de las fuerzas australianas General Thomas Blamey. Australia trató muy bien a MacArthur, incluso pasando el límite de la adulación. Tal vez porque los australianos sabían que les resultaba muy conveniente la presencia de tan poderoso General, garantía estadounidense ante la amenaza de invasión japonesa. Un conocido músico australiano de la época, autor de "This is love", un éxito disquero en radio, escribió la canción "Marching with MacArthur and his men" con arreglos de Rex Shaw y que fue un éxito para la disquera D. Davis & Co. en 1942.

Durante el tiempo en que MacArthur permaneció en Australia hizo muchas amistades y se hizo muy conocido y respetado, a tal punto que en la actualidad existe un Museo en su memoria llamado "MacArthur Museum Brisbane" que fue inaugurado por el Premier australiano Peter Beattie, el 15 de agosto de 2004,coincidente con el Aniversario 59 del término de la Guerra en el Pacífico.

El museo está en las que fueron las oficinas 806, 807 y 808 ocupadas por el Estado Mayor del General MacArthur en 1942 y nadie olvida en Australia que un día desde el corazón de Queensland, donde se concentraron un millón de soldados aliados, se dirigieron durante dos años todas las acciones de guerra hasta la reconquista de las islas, en que MacArthur trasladó su Cuartel General a Manila, con el fin de planificar la invasión de Japón prevista para finales de 1945, la cual se anuló a consecuencia de la rendición japonesa tras los bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki, que produjeron la rendición formal de Japón.


La Conferencia de Washinghton de 1943 le otorgó el Mando de las Fuerzas Aliadas en el Pacífico Suroccidental. Dirigió la contraofensiva que conduciría a la victoria, basada en la estrategia de ir saltando de isla en isla hasta llegar al Japón propiamente dicho: desembarcó en Guadalcanal, Nueva Guinea, las islas del Almirantazgo, islas Salomón y ya en unión con las fuerzas del Almirante Chester Nimitz, las Filipinas, Leyte, Luzón y finalmente, Manila en 1945.

Después de la gran responsabilidad de ser el encargado de recibir la rendición japonesa a bordo del portaaviones Missouri anclado en la bahía de Tokyo, el 2 de septiembre de 1945, fue nombrado Jefe de las Fuerzas de Ocupación en Japón, cargo que mantuvo hasta 1950. (A nadie puede escapársele que ello equivalía a ser ni más ni menos que el Jefe de Estado con poderes Plenipotenciarios en Japón). MacArthur se convirtió en un "todopoderoso" dirigiendo la política para remodelar el Japón dentro de los cauces democráticos, pero según sus detractores, ejerciendo su poder de manera totalmente autoritaria y sin ninguna consideración hacia la población.
Organizó las labores de reconstrucción de la posguerra, los procesos contra los criminales de guerra, el pago de reparaciones, el regreso de los prisioneros… Pero también realizó reformas políticas de fondo, que adaptaron el país a modelos occidentales. La Constitución de 1946, que democratizó la vida política japonesa, constituye el símbolo de esta transformación que dio origen al Japón actual.

MacArthur proponía no modificar en lo más mínimo la situación de la figura del Emperador; se limitó a continuar la situación existente durante el último año de la guerra, resolviendo sus implicaciones a medida que las circunstancias lo requerían. El plan de acción, llamado "Operación Lista Negra" de manera informal, consistía en separar a Hirohito de los militaristas, manteniéndole como elemento de legitimación de las fuerzas de ocupación aliadas y usando su imagen para potenciar la transformación del pueblo japonés hacia un nuevo sistema político.

Las medidas realmente extraordinarias tomadas por MacArthur para salvar a Hirohito de ser juzgado como criminal de guerra tuvo un impacto duradero y fue profundamente distorsionador en la comprensión japonesa de la guerra perdida.
Sus detractores, como el ex-Primer Ministro japonés Yasuhiro Nakasone, quien en 1952 acusó a Hirohito de ser el causante de la guerra y exigió su abdicación, han declarado posteriormente su convencimiento de que absolver y rehabilitar al Emperador fue un acto de liderazgo sabio que facilitó las reformas del Japón de la posguerra y evitó lo que podía haber sido un desastre político.
Cuando en 1950 estalló la Guerra de Corea, Estados Unidos no vaciló en proponer al resto de las naciones a MacArthur para que los sacase del atolladero y éste debió abandonar sus altas funciones para tomar el mando de un Ejército, esta vez en calidad de Comandante en Jefe de las Fuerzas de las Naciones Unidas. Después de una lucha desesperada contra las fuerzas de Corea del Norte, MacArthur realizó un osado y exitoso contraataque con el desembarco en Inchon. Rechazó a las fuerzas coreanas hasta el Río Yalu donde cometió el error de pensar que China no se atrevería a desafiar a los Estados Unidos. Les aseguró a las tropas que en Navidad estarían de regreso.
En noviembre un contraataque chino hizo retroceder a las fuerzas de MacArthur hasta el paralelo 38. La derrota lo encolerizó tanto como lo humilló. Le exigió al presidente Truman que le permitiera atacar China con una ofensiva ilimitada. El Presidente Truman le advirtió que las decisiones políticas las tomaba él y que como General se ocupara de los asuntos militares. Le advirtió también que cesara de hacer declaraciones públicas sobre lo que se debía o no hacer en Corea. Pero MacArthur, sabía mandar, pero no sabía obedecer. En abril de 1951, volvió a hacer declaraciones subidas de tono y el Presidente Truman lo relevó del mando regresándolo a Estados Unidos, donde fue pasado al retiro definitivo.

El relevo de MacArthur fue recibido con manifestaciones de repudio al presidente y apoyo hacia él. El 19 de abril de 1951, asistió a la sesión conjunta del Congreso. Su intervención fue cubierta por la radio y la televisión terminando su discurso de manera impactante para la opinión pública diciendo: "Los viejos soldados nunca mueren, ellos sólo se desvanecen..." Pero no se desvaneció, estaba decididido a ser presidente realizando giras por todos los estados lanzando críticas a Truman y la "venta" de Asia al comunismo.
En diciembre de 1952, otro militar, a esa fecha más poderoso y más político que él, fue elegido Presidente de los EEUU, el General Dwight Eisenhower. Este también era su amigo, lo llamó para que le diera su opinión sobre la forma de terminar la guerra en Corea. MacArthur recomendó una conferencia de paz y si fracasaba, un ataque atómico masivo contra las bases militares de Corea del Norte y China y llenar los campos con desechos atómicos para formar una barrera, además de un asalto con paracaidistas en Manchuria para tumbar al gobierno comunista. MacArthur salió eufórico de la entrevista, pero para su desazón, no se volvió a repetir. En esa oportunidad sí se desvaneció.
Convencido que en política no tenía futuro, en agosto de 1952, MacArthur aceptó el puesto de presidente de la Remington Rand Corporation. Pero a partir de ese momento tuvo problemas de salud y se retiró a la vida privada, pasando rápidamente al olvido.
Douglas MacArthur falleció en el Hospital Militar Walter Reed el 5 de abril de 1964. Su esposa Jean falleció el 22 de enero del 2000 a la edad de 101 años. El hijo de MacArthur, nacido con el nombre de Arthur MacArthur IV, cambió su apellido para poder vivir anónimamente como artista y saxofonista en el área de Nueva York. Se desconoce su paradero.

Datos extractados de las páginas http://www.exordio.com/19391945/personajes/Mcarthur.html y Wikipedia.