viernes, 23 de febrero de 2007

BRUJAS Y HECHICERAS



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Desde tiempos ignotos la humanidad ha sufrido el devastador ataque de las brujas y de las hechiceras. Unas y otras han cautivado a generaciones enteras sumergiéndolas en un infierno de dudas, temores, vacilaciones y actos atentatorios contra la ética, la moral y las buenas costumbres. También aunque parezca contradictorio su acción ha llenado de felicidad, de placer y amor a la vida a buena parte de quienes habitamos el planeta tierra.

Que niño no recuerda vívidamente esas aterradoras pesadillas donde una mujer, que digo, una pécora sino una harpía, lo perseguía por los oscuros vericuetos de una casa encantada profiriendo conjuros y maldiciones; disparándole destellos con su vara encantada con la aviesa intención de convertirlo a uno en un horripilante sapo, burro u otro bicho detestable.

Hasta donde yo sé las brujas han sido siempre malas. Y no tan solo malas sino que muy feas y antisociales, tanto que nunca pudieron vivir normalmente con la gente en casas con jardín, en apartamentos, en villas o poblaciones. Siempre escogieron castillos o casonas deshabitadas, grutas olvidadas en medio del monte o refugios inaccesibles para el resto de los humanos.

Por eso la gente no tiene fotos donde éstas aparezcan. No se sabe de ningún álbum familiar donde exista un retrato real de alguna de ellas. Solo las conocemos por dibujos y retratos a mano alzada que nos han legado aquellos que tuvieron la oportunidad de tenerlas frente a frente o de verlas de reojo mientras huían despavoridos.

Tampoco sabemos que comían, a pesar que se la representa generalmente cocinando sus conjuros mágicos en un ollón, así debe llamarse esa inmensa olla negra suspendida del techo y bajo la acción de una fogata. Esto me hace pensar que en el fondo a las brujas les gustaba estar en sus casas, en su cocina, rodeadas de mascotas de todo tipo. Cuervos, arañas, murciélagos, gatos negros, serpientes, escorpiones, gusanos y otras alimañas.

Pienso que eso no es tan malo. Eran los únicos animalitos que podían recoger en esas soledades, además les salían baratos. Yo conozco algunos que tienen como regalones cocodrilos, leones, camaleones y serpientes pitón

Lo misterioso para mí ha sido siempre saber cómo se alimentaban, qué comían, qué guisos preparaban. Tampoco existe un legado de sus mejores recetas. Sería magnífico conseguir esos menús. En una de esas, tales comidas tenían propiedades que la cocina tradicional no tiene, como por ejemplo la longevidad. Todos, cual más, cual menos, sabemos que la mierda que estamos comiendo concluirá por matarnos y qué nos alimentamos mal.

Comida basura le llaman algunos, o comida chatarra. Lo raro es que los lugares donde la preparan se han hecho muy famosos. Incluso existen cadenas de negocios en todos los países del mundo con esta comida. Y hasta las madres modernas se las preparan como merienda a sus hijos como cocaví escolar.

Seguro que este instinto suicida que compele a la gente a concurrir a estos lugares donde se enfermerá del hígado, engordará como cerdo y sufrirá espantosas diarreas seguidas de largos y dolorosos estados de estitiquez es también otro conjuro de estas malditas criaturas.

Tal vez algún día aparecerá en algún desván de anticuario el Libro de Cocina Maestro de las Brujas. Si es correcto lo que yo creo, allí se descubrirá que la composición del alimento diario de las brujas es el responsable, entre otras cosas, de su conocida longevidad. Trescientos años. Quinientos años.¡Vaya que no es una bicoca!. Yo me conformaría con vivir solo ciento cincuenta años para alcanzar a dejar pagada la casa que le legaré a mis hijos.

Otra cosa que llama poderosamente mi atención, es que estas señoras solitarias y un tanto ermitañas, que ya tenían sus cientos de años en el cuerpo y que por lo tanto no estaban para ir caminando por los senderos del bosque, inventaron un aerodinámico sistema, insuficientemente estudiado por la ciencia, para movilizarse por el aire, que a juzgar por los antecedentes existentes desarrollaba velocidades cercanas a las del sonido.

Sí. Sí señores. Quizás superiores a la velocidad del sonido, porque sus desplazamientos abarcaban no solo una comarca o un país, sino que comprometían las fronteras de varios países y pueblos de la antiguedad, que por supuesto no tenían muy clara la delimitación territorial y la fijación de hitos fronterizos, por lo que el dato no resulta cien por ciento fidedigno.

Pero como fuera, las brujas se desplazaban, a veces con sus gatos, otras con otra persona agarrada a su cintura, y seguramente con un bolso o saco para llevar ropa y comida, lo que habla que ya en esos tiempos éstos vehículos de transporte aéreo tenían presente el concepto que más tarde constituyó el negocio de transportar carga y pasajeros, del que estas brujildas fueron sin duda pioneras.

Fíjense ustedes en la simplicidad del invento. Un palo largo, no importa que fuese muy recto y paja de coirón o de otra yerba de ramas. No obstante su apariencia exenta de turbinas, alerones o hélices, estas escobas hechizas cumplían a la perfección su cometido. Desplazarse por el aire a gran velocidad, transportar un peso superior al suyo, girar en cualquier sentido y utilizar a manera de combustible una energía que desconocemos, pero que sin duda alguna ha ser más barata que la bencina.

Se dan cuenta ustedes del minuto mágico en el reloj del tiempo que desaprovechamos los humanos, cuando por culpa de estos curas pedófilos perdimos el rastro de estos seres tan extraños, pero al mismo tiempo impredecibles y misteriosos como fueron las antiguas brujas.

Digo ésto con pesadumbre, porque el hombre solo ha pesquisado dos formas de volar. El dirigible de helio y luego de hidrógeno y los motores a combustible. El primero fracasó por un gran accidente, el del Graf Zepeplin (Conde Zeppelin en alemán), se acuerdan, lo que también me parece una injusticia, pués cuando se hundió el Titánic, también considerado al igual que el Zepelín casi indestructible, no se suspendió la construcción de barcos.

Sin embargo, por intereses que no es del caso tratar aquí, de allí en adelante solo se buscó perfeccionar el área aeronáutica como la conocemos hasta el día de hoy, en base a sofisticados combustibles derivados del petróleo y modelos aerodinámicos de metales livianos y capaces de no oponer resistencia al aire.

No logramos conocer el gran secreto, los materiales y conjuros que hacían volar las escobas. Siento que ésta es una de las mayores pérdidas científicas de la humanidad en toda su historia.

Quién nos dice si los creadores de los platillos voladores u ovnis, no conservaron estos conocimientos milenarios y rescataron estos conjuros y pócimas esotéricas del profundo abismo de oscuridad que significó la inquisición de la iglesia católica, romana y apostólica. Y que esa es la propulsión que hace que estos misteriosos objetos no identificados trajinen el espacio aéreo de todos los países del mundo sin que nunca hayan podido ser perseguidos o detectados.

Dicen que la Edad de las Brujas ha concluido, que ya no quedan brujas como las de antes, que a casi todas las mataron los curas cuando tuvieron en sus manos el poder de juzgar a la gente y llevarla a la hoguera si no les gustaba. Ellos inventaron la Inquisición y eliminaron a todos los herejes del mundo, que no es poca cosa.

Hereje parece que se llamaba a todo aquel que aprendía a leer y quería pensar por sí solo. Eso era pecado. Ahora, cuestionar la existencia de Dios y apreciar que la María era una casquivana que tuvo varias aventuras y muchos hijos ya era herejía. Peor era pensar que el Jesús no pudo nacer del aire por obra y gracia del espíritu santo. Si tenía ombligo fue procreado y a éste acto sexual entre dos personas se llama cópula, no milagro.

La razia contra los enemigos de la iglesia todopoderosa eliminó a moros y cristianos, justos y pecadores. Vieja que tenía un gato negro, que por añadidura vivía sola y era fea del verbo fea iba a la hoguera con absoluta seguridad.

No se precisaba una acusación especial. Esta etapa oscura que averguenza a la raza humana, originada en la sed de poder, la ignorancia y la maldad de estos grandes fundamentalistas católicos, sectarios y recalcitrantes como pocos, que miraban al mundo con ojeras, de esas que ponen a los caballos para que no miren para los lados, extinguió también a las brujas verdaderas.


Hoy constituyen una leyenda rememorada por la Noche de Brujas o Halloween, en que se supone que duendes, espíritus y seres sobrenaturales andan sueltos por el mundo, donde la gente se pone disfraces alusivos, ahueca calabazas y los niños bajo el lema truco o trato piden golosinas, golpeando las puertas de los vecinos, enmascarados eso sí para que no los reconozcan, porque si no se accede a sus peticiones te avientan una pedrada en la ventana, que viene a ser, ésto de pedir objetos y ante la negativa vengarse, vestigio de la malignidad que era parte de la esencia de las brujas de antaño.









LAS HECHICERAS





Hay gente que confunde las brujas con las hechiceras y la verdad es que entre ambas hay un mundo de diferencia.

Las brujas, son mujeres viejas, feas y según la opinión vulgar tuvieron o tienen pacto con el diablo y por ello poderes extraordinarios. Representan por tanto el lado negativo de la vida.

En cambio las hechiceras, son aquellas jóvenes mujeres que por su hermosura, gracias o buenas prendas, atraen y cultivan la voluntad y el cariño de las gentes, siendo por ende representantes de una visión alegre y positiva de la vida.

Algunos entendidos, por no decir expertos en el imaginario popular y particularmente en psicología femenina opinan que brujas y hechiceras son una misma cosa y que las brujas no son sino hechiceras viejas.

Esta teoría que encuentro bastante cuestionable, parece indicar que todas las mujeres nacen hechiceras y que durante buena parte de su vida son encantadoras, gentiles, amorosas y bellas, pero que después, a medida que transcurren los años van transformándose, quizás imperceptiblemente, por etapas y matices, en personas gruñonas, temperamentales y con un genio de los mil demonios, hasta culminar en un cambio radical. Más que eso, dramático, si tomamos en cuenta las enfermedades, achaques y manías que van adquiriendo que las convierten en seres insoportables, que algunos, quizás en son de mofa, atribuyen a su condición de suegras.

En lo personal, ésta tesis no acaba de convencerme, a pesar que conozco algunas señoras entradas en años que por su presencia, vestimenta, arrugas y mal carácter dan el tipo.

Y digo que no me convence esta teoría porque a mi juicio adolece de firmeza en un aspecto fundamental que es la magia y la longevidad. Si efectivamente todas las mujeres van pasando de hechiceras a brujas, habríamos observado a esta altura del siglo, que huyen a las montañas y se retiran a vivir solas en lugares escondidos para realizar sus prácticas malignas.

Por el contrario, todas las damas de edad que conozco, viven de allegadas con sus hijas y sus yernos, otras son bañadas por la luz de la religión y constituyen la cofradía de las viejas beatas que no se pierden misa ni celebración de santos. Las hay que por sus achaques son asiduas de hospitales y centros médicos y aquellas que se acogen a los asilos o casas de retiro. Ninguna de estas damas vive más allá de los ciento quince años. Y nadie nunca ha visto salir de estos lugares a estas respetables señoras volando sobre una escoba.

Por lo tanto he desechado esta versión por falsa y me quedo con la mía.

Yo sí creo en la hechicería de las mujeres. En sus encantamientos y bendiciones. En que son capaces de cautivar a cualquier hombre y rendirlo a sus pies. Me consta que el placer que proporcionan no tiene parangón con ningún otro existente. Y estas cosas hay que valorarlas

No tengo duda alguna que el mundo sin ellas sería un lugar espantoso. Bares, restaurantes, carreras de caballos, garitos, FUTBOL, pesca deportiva tendrían que ser los pasatiempos favoritos. Imagínense una playa, un balneario o una calle sin la presencia de las mujeres. Llegar a casa y no encontrar a nuestros encantadores chicos pidiéndonos dinero ni a nuestra más encantadora mujercita esperándonos para salir. O que no exista comida alguna porque nadie la ha preparado.

No. Nadie desea un mundo sin mujeres. Sería además el sueño dorado, el Olimpo de los maricones.

Si cierro los ojos y quiero pensar en algunas hechiceras que ha tenido la humanidad no puedo sino pensar en primerísimo lugar en Marilyn Monroe, la rubia dorada. La pícara de bella sonrisa e inocentes ademanes que conquistó el mundo del cine y que se constituyó en una leyenda.

Vestida, con poca ropa o solo asomando su linda cara desde un abrigo de visón, Marilyn Monroe, de desdichada vida, fue lo más maravilloso que pudieron observar los hombres de su generación. Una hechicera de verdad.


Símbolo sexual de varias generaciones murió muy joven, lo que ayudó a erigirla en un verdadero mito del cine. Para quienes la admiramos y amamos siempre será una reina.

La belleza de la mujer y el amor que son capaces de entregar, a sus padres, a sus hijos, a sus maridos son sin duda magia pura. Siendo como son tan distintas una de otra siempre hay quien las encuentra únicas, la mujer especial

Con el devenir del tiempo ELLAS de han convertido en nuestras madres, en nuestras abuelas, en nuestras tías, en nuestras hijas, en nuestras amantes y en las dueñas del corazón de los hombres del mundo. Y si ésto no es un hechizo poderoso y fascinante, nada puede serlo.

Aquí va mi colección de reinas, auténticas hechiceras a quienes no se puede sino adorar y homenajear, por darnos tanta felicidad y dulzura, aunque sea admirándolas.

Ahora, si estoy equivocado y efectivamente se convierten en brujas, no tendré más remedio que buscar la forma de transformarme en su brujo personal














lunes, 12 de febrero de 2007

Sí, me gustan las mujeres hermosas


Siempre me han gustado las mujeres lindas, hermosas, de buen cuerpo y atractivas figuras. Y nunca he logrado entender a los que cuando se les pregunta qué atractivo femenino prefieren, manifiestan que es la boca, o los ojos o la curvatura de sus cuellos. O aquellos otros un poco más cínicos que afirman que les encanta su forma de ser, su personalidad, su inteligencia o su criterio.

Los más mentirosos aseguran que de las mujeres les atrae su espiritualidad, coraje y su diáfana mirada que refleja la pureza de su alma.Como si alguien supiera la existencia o la localización del alma o hubiese alguna vez visto, conversado o acariciado un espíritu.

Repito, a mí me gustan de hermoso rostro, grandes y armoniosos senos, piernas alargadas y breve cintura. Pero por sobre todo ello, sin importar alguna flaqueza en los atributos anteriores, que sean dueñas de un opulento trasero, culo, glúteos, nalgas, asentaderas, lomos, cachetes, popín o como quiera denominarse esa maravillosa estructura de la anatomía femenina, que no puede dejar indiferente a ningún varón de la tierra, cuando una de estas diosas pasa a nuestro lado.

Y desde luego, me importa un bledo que alguien diga que ésto es un sentimiento machista o una observación sesgada o sexista respecto de las mujeres. No me importa porque no estoy diciendo que sean más o menos que los varones ni las estoy comparando con los hombres.

Solo reconozco y alabo algo atávico que se refiere a las características físicas más destacadas de las hembras de nuestra especie. Y ya me gustaría ver si es efectivo que uno de estos embusteros se casaría con un fenómeno circense tipo mujer barbuda de cuatrocientos kilos, o un esperpento similar a la bruja Aghata, con verruga en la naríz incluída, solo porque es dueña de una mirada diáfana, tenga una dulce voz y cante como los ángeles.

Ahora, que una de estas deidades de que hablamos sea además inteligente, criteriosa, valiente, esforzada o cualquier otra virtud que la adorne, es harina de otro costal.

¿Se olvida acaso que desde el principio de los tiempos la humanidad ha buscando la mujer perfecta ?. ¿Acaso ésta admiración por los atributos físicos femeninos no ha llegado a ser tan intensa que hasta los fletos, esos "varones" desnaturalizados viven soñando con cambiar de sexo, llegando algunos al extremo de cortarse sus presas masculinas y someterse a operaciones y mutaciones que los hagan parecerse a este deseable prototipo de mujer?

¡Y qué me dicen de los concursos de belleza dónde cada país compite por tener una Miss Mundo o Miss Universo donde los cánones que se califican son exactamente los mismos que aquí estamos resaltando, amplias caderas que den paso a piernas bien torneadas que terminen en un tobillo fino, hermoso y gracioso rostro, cintura de avispa, senos que amenacen romper la blusa y un trasero de miedo!. Las otras secciones del concurso como forma de andar, vestuario, personalidad, cultura general son ni más ni menos que la guinda de la torta, minucias.

El problema de este tipo de concursos de belleza extremo va a ser en el futuro, cuando a estas competencias se agreguen mises de otros mundos, chicas de otras galaxias, para escoger a una Reina Galáctica. Estoy cierto que si éstas féminas de otros rincones del universo carecen o les sobran algunos detallitos, como por ejemplo, un seno en vez de dos, antenitas en vez de pestañas, o diez deditos en cada mano, no se alterarían mucho los criterios existentes.

Pero si alguna de estas competidoras poseyera dos culos, o cuatro tetas todo ello muy bien puesto en un mismo cuerpo, no tengo dudas que a las mises terrestres les iría bastante mal, porque si con una colita nos volvemos locos, pensar en una belleza que tenga doble de todo, para nosotros los varones del planeta tierra sería algo prodigioso, alucinante, portentoso, sin contar que la constelación que produjo tales especímenes femeninos superdotados mantendría este cetro por muchos lustros.

Yo las votaría. Y también me nacionalizaría para radicarme allí para siempre. Lo juro.