lunes, 1 de enero de 2007

EL AMO DE LAS CARPAS


Quizás las últimas generaciones no hayan conocido suficientemente a Cantinflas, ese genial actor mexicano, ya fallecido, que hizo las delicias de millones de personas que en todo el mundo esperábamos impacientes la tarde del domingo para ir a la función de la tarde, a la matiné donde se exhibían sus películas.

Mario Moreno Reyes era su verdadero nombre pero siempre será más conocido por el personaje que consagró con su estilo tan personal, tan próximo al hombre de pueblo de cualquier parte de mundo pero que él con su talento inimitable convirtió en personaje universal.

Su biografía dice que "Cantinflas", nació el 12 de agosto de 1911 en la sexta calle de Santa María la Redonda Nº 182, Ciudad de México. Fue bailarín, boxeador y cómico de carpa. Durante muchos años recorrió Mexico presentando su personaje llegando a ser anunciado como el Amo de las Carpas. Actuó en la radio y protagonizó varias películas y obras de teatro personificando al "pelado" mexicano de los años 30. El personaje de la gabardina deshilachada, y pantalones de cadera caída; el lustrabotas, el borrachín, el cargador, que se enreda en un laberinto de palabras y expresiones nació en 1936 y lo llevó a la fama en todo el mundo de habla hispana.


Cantinflas era el maestro de las evasivas, del hablar convincente en una mixtura de medias verdades e invenciones del momento pero sin concretar ideas para no comprometerse. Todo ello caracterizado por su picardía y expresiva dulzura."Con su excelente manejo de la improvisación" --cuenta el bailarín cubano Roberto, de la pareja Mitsuco y Roberto--, "siempre salía con un impredecible comentario, totalmente fuera de libreto". Sin embargo, lejos de las luces del escenario, Mario Moreno era otra persona, tal cual relatan varios de sus familiares, amigos y antiguos compañeros de trabajo.

Cuentan que era un hombre solitario, introvertido, que no soportaba las mentiras y que se llevó muchas decepciones, sobre todo en el ámbito familiar. También destacan su labor altruista, que se ha mantenido incluso después de su muerte por medio de dos fundaciones que desarrollan su tarea solidaria en México.

El 20 de abril de 1993, Mario Moreno falleció víctima de un cáncer de pulmón, y "lleno de amargura", según palabras de su hermano Eduardo. Sin embargo, "Cantinflas" no murió. El hombre de la gabardina, como le decía al trapo deshilachado que ponía en su hombro sigue arrancando carcajadas: ha perdurado y resistido el juicio implacable del tiempo. Incluso su nombre y todos sus derivados --cantinflada, cantinflear, cantinflesco-- ya integran el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.

De orígen humilde, tuvo que sufrir la pobreza durante su infancia. Se matriculó en la Facultad de Medicina de la Universidad de Ciudad de México para complacer a su padre, pero durante los estudios comienza a realizar sus incursiones profesionales como bailarín e imitador.
Trabajó en el circo y pronto sus grandes dotes para la interpretación, su ternura y su visión optimista del mundo le llevaron a recrear al atorrante, verdejo, descamisado o como quiera llamársele, en este caso al pelao (hombre vulgar y pobre de México).

De este modo nació "Cantinflas". Cierto día acudió a una cita con un empresario del teatro de variedades de Jalapa (Veracruz) para que lo viera bailar pero por un incidente ocurrido en el local Cantinflas tuvo que salir a escena y calmar los ánimos del público. Los nervios no le permitían hablar con fluidez y su forma entrecortada de charlar hizo reir al público. Así inició su carrera de cómico.

El mismísimo Charles Chaplin le admiraba e intentó hacer una película con él pero no fue posible. En 1940 fundó la productora Rosa Film junto a Jacques Gelman y Santiago Riachi. Su primer film lo rodó en 1936 aunque será cuatro años después cuando alcance la fama con la película "Ahí está el detalle".

Quizás el éxito de Cantinflas residiese, más que en la calidad de sus películas, en la extraordinaria expresividad de su caracterización (pantalones caídos, camiseta haraposa, corbata atada al cuello...) y en la identificación plena de su personaje con los problemas sociales de la época y más concretamente con la realidad de las clases proletarias de América Latina.

Mario Moreno no se ciñó sólo al cine de habla hispana sino que también traspasó fronteras lingüísticas participando en producciones extranjeras como las películas inglesas "La vuelta al mundo en 80 días" que obtuvo un Oscar y "Pepe". Fue miembro del Sindicato de Actores y al sustituir en la dirección de dicha institución a Jorge Negrete, fundó de forma benéfica la Casa del Actor. En 1952, haciendo gala de la generosidad que lo caracterizaba, emprendió una campaña a favor de los pobres para construir un habitat social. Vivió sus últimos años retirado en su rancho.

Cómo no mencionar sus películas, hoy clásicos del cine.
El patrullero 777 . El padrecito. Ahí está el Detalle (1940). El circo (1942). Romeo y Julieta(1943). Un día con el diablo (1945). Soy un prófugo (1946). ¡A volar, joven! (1947). El supersabio (1948). El bombero atómico (1950). El Siete Machos (1950). El señor fotógrafo (1952). Caballero a la medida (1953). Abajo el telón (1954). La vuelta al mundo en ochenta días (1956) . El bolero de Raquel (1956). Sube y baja (1958). El mago (1958). Ni sangre ni arena (1959). Pepe (1960). El analfabeto (1960). El gendarme desconocido (1961). El extra (1962). Entrega inmediata (1963). El señor doctor (1965). Su excelencia. Por Mis Pistolas (1968). Un Quijote sin mancha (1969). Don Quijote cabalga de nuevo (1972).

Además de extractar estos comentarios de sus biógrafos, no resistimos la tentación de anexar su famoso discurso de la película Su Excelencia, pieza maestra absolutamente vigente hoy como hace cuarenta años, en una situación ficticia que podríamos aplicar en cualquier conferencia internacional de nuestros días.

Todo ocurre en Pepeslavia poderosa nación del bloque oriental donde la embajada de la pequeña República de los Cocos, está a punto de alcanzar una importancia decisiva en el panorama internacional. Se está celebrando una asamblea entre los miembros de un organismo internacional para tratar nada menos que el futuro del mundo, y el voto del pequeño país será el que decida el éxito de uno u otro bloque... Cantinflas es por supuesto el Embajador de la República de Los Cocos. Escuchémosle...

"Me ha tocado en suerte ser último orador, cosa que me alegra mucho
porque, como quien dice, así me los agarro cansados.
Sin embargo, sé que a pesar de la insignificancia de mi país que no
tiene poderío militar, ni político, ni económico ni mucho menos
atómico, todos ustedes esperan con interés mis palabras ya que
de mi voto depende el triunfo de los Verdes o de los Colorados.

Señores Representantes:
Estamos pasando un momento crucial en que la humanidad se enfrenta a
la misma humanidad.
Estamos viviendo un momento histórico en que el hombre científica e
intelectualmente es un gigante, pero moralmente es un pigmeo. La
opinión mundial está tan profundamente dividida en dos bandos
aparentemente irreconciliables, que dado el singular caso, que queda
en solo un voto.

El voto de un país débil y pequeño pueda hacer que la balanza se
cargue de un lado o se cargue de otro lado.
Estamos, como quien dice, ante una gran báscula:
por un platillo ocupado por los Verdes y con otro platillo ocupado
por los Colorados.
Y ahora llego yo, que soy de peso pluma como quien dice, y según
donde yo me coloque, de ese lado seguirá la balanza.
¡Háganme el favor!...
¿No creen ustedes que es mucha responsabilidad para un solo
ciudadano?
No considero justo que la mitad de la humanidad, sea la que fuere,
quede condenada a vivir bajo un régimen político y económico que no
es de su agrado, solamente porque un frívolo embajador haya votado,
o lo hayan hecho votar, en un sentido o en otro.

El que les habla, su amigo...
yo...
no votaré por ninguno de los dos bandos
(voces de protesta).
Y yo no votaré por ninguno de los dos bandos debido a tres razones:
Primera, porque, repito que no se sería justo que el sólo voto de un
representante, que a lo mejor está enfermo del hígado, decidiera el
destino de cien naciones;
Segunda, estoy convencido de que los procedimientos, repito,
recalco, los procedimientos de los Colorados son desastrosos (voces
de protesta de parte de los Colorados); y
Tercera!... porque los procedimientos de los Verdes tampoco son de
lo más bondadoso que digamos.
(ahora protestan los Verdes)
Y si no se callan ya yo no sigo, y se van a quedar con la sensación
de saber lo que tenía que decirles.

Insisto que hablo de procedimientos y no de ideas ni de doctrinas.
Para mí todas las ideas son respetables aunque sean "ideítas"
o "ideotas" aunque no esté de acuerdo con ellas.
Lo que piense ese señor, o ese otro señor, o ese señor (señala), o
ese de allá de bigotico que no piensa nada porque ya se nos durmió,
eso no impide que todos nosotros seamos muy buenos amigos.
Todos creemos que nuestra manera de ser, nuestra manera de vivir,
nuestra manera de pensar y hasta nuestro modito de andar son los
mejores;
y el chaleco se lo tratamos de imponérselo a los demás y si no lo
aceptan decimos que son unos tales y unos cuales y al ratito andamos
a la greña.
¿Ustedes creen que eso está bien?
Tan fácil que sería la existencia si tan sólo respetásemos el modo
de vivir de cada quien.
Hace cien años ya lo dijo una de las figuras más humildes pero más
grandes de nuestro continente:
"El respeto al derecho ajeno es la paz" .
(aplausos)
Así me gusta...
no que me aplaudan, pero sí que reconozcan la sinceridad de mis
palabras.

Yo estoy de acuerdo con todo lo que dijo el representante de
Salchichonia (alusión a Alemania) con humildad, con humildad de
albañiles no agremiados debemos de luchar por derribar la barda que
nos separa, la barda de la incomprensión, la barda de la mutua
desconfianza, la barda del odio, el día que lo logremos podemos
decir que nos volamos la barda (risas).
Pero no la barda de las ideas, ¡eso no!, ¡nunca!, el día que
pensemos igual y actuemos igual dejaremos de ser hombres para
convertirnos en máquinas, en autómatas.

Este es el grave error de los Colorados, el querer imponer por la
fuerza sus ideas y su sistema político y económico, hablan de
libertades humanas, pero yo les pregunto:
¿existen esas libertades en sus propios países?
Dicen defender los Derechos del Proletariado pero sus propios
obreros no tienen siquiera el derecho elemental de la huelga, hablan
de la cultura universal al alcance de las masas pero encarcelan a
sus escritores porque se atreven a decir la verdad,
hablan de la libre determinación de los pueblos y sin embargo hace
años que oprimen una serie de naciones sin permitirle que se den la
forma de gobierno que más les convenga.
¿Cómo podemos votar por un sistema que habla de dignidad y acto
seguido atropella lo más sagrado de la dignidad humana que es la
libertad de conciencia eliminando o pretendiendo eliminar a Dios por
decreto?

No, señores representantes, yo no puedo estar con los Colorados, o
mejor dicho con su modo de actuar;
respeto su modo de pensar, allá ellos, pero no puedo dar mi voto
para que su sistema se implante por la fuerza en todos los países de
la tierra.
(voces de protesta)
¡El que quiera ser Colorado que lo sea, pero que no pretenda teñir a
los demás!
-los Colorados se levantan para salir de la Asamblea-.
¡Un momento jóvenes!, ¿pero por qué tan sensitivos?
Pero si no aguantan nada, no, pero si no he terminado, tomen
asiento.
Ya sé que es costumbre de ustedes abandonar estas reuniones en
cuanto oyen algo que no es de su agrado;
pero no he terminado, tomen asiento, no sean precipitosos...
todavía tengo que decir algo de los Verdes,
¿no les es gustaría escucharlo?
Siéntese (va y toma agua y hace gárgaras, pero se da cuenta que es
Vodka).

Y ahora, mis queridos colegas Verdes, ¿ustedes qué dijeron?:
"Ya votó por nosotros", ¿no?, pues no, jóvenes, y no votaré por
ustedes porque ustedes también tienen mucha culpa de lo que pasa en
el mundo, ustedes también son medio soberbios, como que si el mundo
fueran ustedes y los demás tienen una importancia muy relativa, y
aunque hablan de paz, de democracia y de cosas muy bonitas, a veces
también pretenden imponer su voluntad por la fuerza, por la fuerza
del dinero.
Yo estoy de acuerdo con ustedes en que debemos luchar por el bien
colectivo e individual, en combatir la miseria y resolver los
tremendos problemas de la vivienda, del vestido y del sustento. Pero
en lo que no estoy de acuerdo con ustedes es la forma que ustedes
pretenden resolver esos problemas, ustedes también han sucumbido
ante el materialismo, se han olvidado de los más bellos valores del
espíritu pensando sólo en el negocio, poco a poco se han ido
convirtiendo en los acreedores de la humanidad y por eso la
humanidad los ve con desconfianza.

El día de la inauguración de la Asamblea, el señor embajador de
Lobaronia dijo que el remedio para todos nuestros males estaba en
tener automóviles, refrigeradores, aparatos de televisión;
ju... y yo me pregunto:
¿para qué queremos automóviles si todavía andamos descalzos?, ¿para
qué queremos refrigeradores si no tenemos alimentos que meter dentro
de ellos?, ¿para qué queremos tanques y armamentos si no tenemos
suficientes escuelas para nuestros hijos?
(aplausos).

Debemos de pugnar para que el hombre piense en la paz, pero no
solamente impulsado por su instinto de conservación, sino
fundamentalmente por el deber que tiene de superarse y de hacer del
mundo una morada de paz y de tranquilidad cada vez más digna de la
especie humana y de sus altos destinos.
Pero esta aspiración no será posible sino hay abundancia para todos,
bienestar común, felicidad colectiva y justicia social.
Es verdad que está en manos de ustedes, de los países
poderosos de la tierra, ¡Verdes y Colorados!, el ayudarnos a
nosotros los débiles, pero no con dádivas ni con préstamos, ni con
alianzas militares.

Ayúdennos pagando un precio más justo, más equitativo por nuestras
materias primas, ayúdennos compartiendo con nosotros sus notables
adelantos en la ciencia, en la técnica...
pero no para fabricar bombas sino para acabar con el hambre y con la
miseria.
(aplausos)

Ayúdennos respetando nuestras costumbres, nuestras costumbres,
nuestra dignidad como seres humanos y nuestra personalidad como
naciones por pequeños y débiles que seamos; practiquen la tolerancia
y la verdadera fraternidad que nosotros sabremos corresponderles,
pero dejen ya de ratarnos como simples peones de ajedrez en el
tablero de la política internacional.
Reconózcannos como lo que somos, no solamente como clientes o como
ratones de laboratorios, sino como seremos humanos que sentimos,
que sufrimos, que lloramos.

Señores representantes, hay otra razón más por la que no puedo dar
mi voto:
hace exactamente veinticuatro horas que presenté mi renuncia como
embajador de mi país, espero me sea aceptada.
Consecuentemente no les he hablado a ustedes como Excelencia sino
como un simple ciudadano, como un hombre libre, como un hombre
cualquiera pero que, sin embargo, cree interpretar el máximo anhelo
de todos los hombres de la tierra, el anhelo de vivir en paz, el
anhelo de ser libre, el anhelo delegar a nuestros hijos y a los
hijos de nuestros hijos un mundo mejor en el que reine la buena
voluntad y la concordia.
Y qué fácil sería, señores, lograr ese mundo mejor en que todos los
hombres blancos, negros, amarillos y cobrizos, ricos y pobres
pudiésemos vivir como hermanos.
Si no fuéramos tan ciegos, tan obcecados, tan orgullosos, si tan
sólo rigiéramos nuestras vidas por las sublimes palabras, que hace
dos mil años, dijo aquel humilde carpintero de Galilea, sencillo,
descalzo, sin frac ni condecoraciones:
"Amaos... amaos los unos a los otros", pero desgraciadamente
ustedes entendieron mal, confundieron los términos, ¿y qué es lo que
han hecho?,
¿qué es lo que hacen?:
"Armaos los unos contra los otros". ...
He dicho...".